Un argentino creó un sistema informático que potencia las ganancias de las empresas
Fabián Videla es un argentino que emigró a EEUU y creó un software que permitió optimizar los recursos de diversas empresas relacionadas a la construcción.
La decisión de emigrar no se toma de un día para el otro, suelen ser muchos los factores que inciden a la hora de emprender una nueva vida en otro país. Los miedos y expectativas se entrecruzan pero los resultados muchas veces están dados por la capacidad que tienen las personas de adaptarse y reinventarse en culturas diferentes.
Fabián Videla es un argentino que nació y vivió su infancia en el barrio La Gloria de la provincia de Mendoza. Tras atravesar obstáculos relacionados a la difícil situación que vivía su familia en un entorno complejo, decidió emigrar y creó una empresa exitosa cuyo modelo se replica en Estados Unidos. Lejos de renegar de sus raíces, asegura que todas las experiencias y dificultades que tuvo que atravesar, lo formaron para lograr el éxito de un modelo de negocio que se replica en el país del norte.
- ¿Cómo fue tu infancia?
Mi infancia la pasé en Godoy Cruz en el barrio La Gloria donde mis padres vivían, ahí me inicié y tengo todos mis amigos de la niñez. La historia comienza con la gente que me rodeaba, las cosas que me enseñaban y aprendía. Las oportunidades que me fueron saliendo y las negadas debido al estigma social que había por el lugar donde vivía. Había carriles marcados donde tenías que quedarte y mientras te quedaras en esos carriles ibas a estar bien, si te animabas a cruzarlos no sabías lo que podía pasar.
- Tu historia se basa en el coraje de dar el paso fuera de lo conocido y eso es parte de lo que el libro cuenta. ¿Cómo fue animarse a dar ese paso?
La necesidad es la madre de la creación, mucha gente no necesita cosas y no tienes necesidad de crear avenidas o espacios para crecer. Éramos una familia de poco poder adquisitivo, nunca pasamos hambre ni nos faltó ropa pero no había lugar para lujo. En la escuela veía otras cosas y la forma de vivir de otras personas y siempre me preguntaba por qué nosotros vivíamos así...la respuesta siempre era: "eso no es para vos, esas cosas no son para vos". Esos son los límites de la sociedad que en ocasiones te quiere mantener en un cierto sector y también del miedo que se crea internamente antes de tomar ese paso. Hay un condicionamiento mental que te dice que no a lo desconocido.
- ¿Cuál fue tu primer emprendimiento?
A los 10 años tuve una experiencia con la venta de ajo que surgió a través de mi tío Francisco que tenía una finca en el kilómetro 8 y y cultivaba. Los traía a casa todas las semanas y siempre me llamaba la atención ya que cuando íbamos a comprar lo que ella no traía en la verdulería, las cabecitas de ajos eran muy pequeñitas y las que traía mi tío parecían manzanas. Tenía esa curiosidad de saber los precios del mercado, la diferencia con los intermediarios. Le pregunté a la verdulera del barrio si compraría los ajos de mi tío. Tenía la curiosidad de que se podía hacer algo, no sabía bien qué pero había novedoso.
"Hay muchísimo potencial pero algunos argentinos no sienten que realmente lo tienen porque están más preocupados en sobrevivir que en crecer. Me encantaría ver un cambio en esa actitud y obviamente empieza desde arriba ¿no?"
- ¿Cuándo tomaste la decisión de emigrar?
Creo que nos fuimos a los 27 años, pasaron muchas cosas en el medio. Me fui cuando superé el miedo a salirme de lo convencional y empezar a explorar otras cosas. Creamos muchos negocios o intentamos crear muchas oportunidades de negocio. En Argentina se podía, era cuestión de encontrar la vuelta y usar un poco el ingenio. Es una de las cosas que he visto cuando los argentinos salimos afuera, ves muchos argentinos que son de las personas más creativas ya que nos criamos en un país donde tenés que usar todo lo que tengas a mano para poder moverte.
Cuando decidimos emigrar es porque tenía una oferta de trabajo en una empresa americana de Internet importante, había estudiado Ingeniería de Sistemas y salió la oportunidad de emigrar y tener un poco de estabilidad.
En Mendoza fue todo a prueba de golpes, estuve con la venta de ajo, trabajé en una farmacia, trabajamos en la construcción, vendíamos ropa. En el año 1998 empezamos con uno de los primeros paseos de compra virtuales en Argentina llamado Compre Ya, era una especie de Amazon pero evidentemente estábamos muy adelante de nuestro propio tiempo. En esa época nadie pensaba en las compras por internet y había una cantidad de usuarios muy limitada en Argentina.
Todo fue parte de mi proceso de formación y cada una de esas experiencias, me enseñaba algo algo distinto.
- ¿Quiénes son esas personas que te acompañaron y posibilitaron tu crecimiento?
Obviamente mi familia, los amigos y mi esposa Ágata que ha sido la persona más constante en mi vida y ha estado siempre detrás de cada una de las locuras que se me ocurrieron. Si no tienes el apoyo de la persona con la que estás, se hace extremadamente difícil. Ella me permitió esa libertad para que pueda soñar y crear.
"Los argentinos se han convertido en maestros en el arte de la supervivencia y me parece que es algo que tendríamos que empezar a cambiar entre todos ya que tenemos un país muy rico con gente con mucho talento"
Nadie puede hacer muchas cosas solo, hay que rodearse del equipo indicado pero cuando estás empezando el núcleo familiar que te apoya es crítico. He visto mucha gente con buenas ideas que fallan monumentalmente porque no tienen ese soporte desde su casa, tienen que pelear afuera y adentro.
- ¿Cuáles fueron las experiencias que contás en el libro?
Cuando nos mudamos a Estados Unidos no íbamos a crear nada sino a trabajar para alguien pero las cosas se complicaron y cuando llegamos el trabajo se había evaporado. Habíamos vendido todo en Argentina, no teníamos trabajo ni casa y un conocido me ofreció un trabajo de ayudante en su fábrica para que tuviera algo y no pasara hambre en Estados Unidos.
El primer consejo que me dio fue que no me preocupara tanto por los papeles de inmigración sino por aprender a hablar inglés para que pudiera comunicarme. En Estados Unidos había muchas agrupaciones de comunidades hispanas y no necesitaban hablar inglés pero siempre se mantenían en esas comunidades sin poder dar un salto. Me preocupé por aprender inglés y comunicarme con gente fuera de esos núcleos y eso me abrió las puertas porque tenía acceso a cosas que antes ni siquiera había soñado.
Mucha gente que emigra especialmente Estados Unidos o a países donde no hablan el mismo lenguaje comenten el error de cerrarse en las comunidades y eso los limita mucho en el tiempo. El lenguaje me ayudó a comunicarme, crear nuestra primera empresa de construcción y en base a eso aprendí muchas cosas. Otra clave fue rodearme de la gente indicada, había que tomarse el tiempo de encontrar la persona correcta para ese puesto y no llenarlo solamente porque tenías que llenarlo.
Otro aspecto fue el tema ganancias, siempre fui una persona muy centrada en ganancias. Es un término que mucha gente lo ve mal porque lo relacionan con la avaricia y codicia del empresario pero para mí siempre fue el combustible que me permitía contratar a la gente indicada, proveerle los beneficios adecuados para darle al cliente los servicios que necesitaba.
- ¿Qué medidas considerás que te permitieron crear un negocio exitoso?
Una de las medidas fue abrir los libros a los empleados para que vieran los ingresos que se generaban en la empresa. Muchos colegas me decían que estaba loco ya que no tenían que tener detalles de las ganancias pero para mí eso es clave. Los empleados deben conocer cuánto necesita ganar la empresa para generar los aumentos y beneficios para ellos. Las personas deben trabajar contentas para atender bien a los clientes, ese fue un cambio radical para nosotros porque nos separamos de muchas compañías que compiten en precio. Nosotros nos basamos en la calidad del servicio que brindamos.
Capacitamos a empleados y subcontratistas, abrimos los libros. Ellos sabían poner ladrillos, pisos o levantar paredes pero no sabían el negocio de la construcción.
- Ese modelo se puede replicar en otras empresas, ¿de qué manera?
El modelo es replicable, de hecho, una de las cosas que nos preocupaba una vez que llegamos a un cierto nivel de crecimiento era como me separaba de la conducción de la empresa. ¿Era mi personalidad o el modelo?. Después de un tiempo llegamos a la conclusión de que habíamos creado un sistema que era replicable.
Cuando decidimos expandirnos del rubro de la construcción a las inversiones inmobiliarias decidimos vender este modelo a otras compañías constructoras alrededor del país porque habíamos logrado un modelo donde nuestros márgenes de ganancia, eran tres o cuatro veces más que el estándar de otras compañías, todos los empleados y subcontratistas ganaban en promedio de 50% más que que lo que se pagaba en otras.
- ¿Cómo funciona el software que creaste para llevar a cabo este modelo?
El software manejaba todo el sistema desde el momento que se atendía el teléfono hasta el momento del seguimiento del cliente, presupuestos, contrato de venta, calendario de eventos. Decidimos licenciar el software que nosotros hemos usado para convertirnos en una de las empresas de más rápido crecimiento en Estados Unidos antes de la pandemia.
No se necesita exprimir a los trabajadores para ganar más, hay un punto medio donde se puede involucrar a todas las partes, todos los stakeholders como decimos allá para para producir un resultado mejor.
En Estados Unidos no hay tantas restricciones laborales, es muy sencillo contratar empleados. En Argentina creo que es un poquito más complicado por todo el tema de sindicatos pero yo creo que en su nivel más alto el sistema puede ser duplicado.
- ¿Cómo ves la situación en Argentina?
Veo que nadie tiene esperanzas, no ven futuro, la gente solamente estaba esperando a que pasen las elecciones. Los argentinos se han convertido en maestros en el arte de la supervivencia y me parece que es algo que tendríamos que empezar a cambiar entre todos ya que tenemos un país muy rico con gente con mucho talento. Nosotros desde allá estamos contratando empresas y tercerizando servicios acá en Argentina.
Hay muchísimo potencial pero algunos argentinos no sienten que realmente lo tienen porque están más preocupados en sobrevivir que en crecer. Me encantaría ver un cambio en esa actitud y obviamente empieza desde arriba ¿no?.
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