Son ingenieros y crearán el primer satélite mendocino
Son pioneros del proyecto MendoSat-I, y pasaron por MDZ para contar en detalle las bases y objetivos que tiene esta propuesta innovadora para Mendoza.
La tecnología es uno de los capitales más preciados en la actualidad. Su crecimiento e influencia en el mundo es evidente, y mientras más avanza, más facilidades y beneficios le aporta a la humanidad.
En Mendoza, el ingeniero Ernesto Chediak es consciente de ello y por eso coordina un equipo de trabajo encabezado por: Leonardo Muñoz, Gabriel Caballero, Álvaro Giunta, Marcos Peralta, Federico Alderisi y Agustín Giardinelli. Todos estos jóvenes están comprometidos a crear el MendoSat-I, que sería el primer satélite mendocino.
Con la intención de contar los objetivos y metas del proyecto, Ernesto Chediak y Leonardo Muñoz se acercaron a la redacción de MDZ para explicar en primera persona de que se trata la propuesta:
- ¿De qué trata el proyecto?
- Eduardo Chediak (en adelante, EC): Nosotros venimos hace algún tiempo trabajando con unos proyectos de ingeniería, con el INVAP (una de las empresas que ha estado en todo lo referido al desarrollo satelital argentino) y con CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales). Se formó un grupo humano interesante, ya que se metió en el desafío de proyectos de ingeniería bastante complejos; y a partir de ello, nos empezamos a envalentonar con desarrollar un proyecto insignia en Mendoza sobre tecnología aeroespacial, con la idea de que nos empiece a posicionar como sector, ya que el área tecnológica de la provincia es muy importante, dentro de lo que es el contexto del Polo TIC de Mendoza. Entonces, decidimos que vamos a empezar la construcción del primer satélite diseñado y construido en la provincia, y que tenga la posibilidad de identificarse como un nuevo hito tecnológico.
- Leonardo Muñoz (en adelante, LM): En el transcurso en el que íbamos desarrollando proyectos complejos, íbamos conociendo gente del ámbito espacial, y nos encontramos con la novedad de que personas muy importantes de la NASA, salían de Mendoza. El capital humano lo tenemos; y hay muchas empresas que, de forma separada, hacen tecnología. Con la potencialidad que hay, tanto de capital humano, como de personas, creemos que es totalmente viable hacer un proyecto de esta magnitud. Más con el apoyo que mencionaba Ernesto de INVAP y CONAE, que son dos referentes que han tirado un montón de satélites y que tienen, realmente, tecnología muy interesante. Obviamente, la misma es propiedad de ellos, pero tener a disposición su experiencia, nos ayuda a recortar el camino de dificultad que tendría una empresa o alguien que quisiera hacer un satélite desde cero.
Actualmente, estamos teniendo encuentros semanales con ellos, para que nos den una mano con los temas que son un poco más complejos, y que así sea un proyecto más lineal y no tenga tantas vueltas, como un proyecto de desarrollo de cero. En lo que consiste al MendoSat-I, uno se imagina un satélite como algo que mide lo mismo que un auto, pero nosotros buscamos hacer uno que va a ser funcional a diferentes objetivos, de dimensiones y dificultad más reducida de lo que se tiene, y obviamente, más complejos. Pensamos que está al alcance del conocimiento que tenemos nosotros como profesionales, ya que hemos trabajado con proyectos de complejidad, y queremos involucrar a egresados o estudiantes por egresar de universidades que tengan conocimientos de índole tecnológico.
- EC: Mirá, el fin principal va a ser el internet de las cosas remotas (IORT). La idea es poder dotar a Mendoza de la capacidad de hacer lecturas de una serie de parámetros y lugares que hoy le son inaccesibles o tienen que ser contrataciones satelitales específicas para poder hacerlas. Estamos hablando de las cuencas del río, de la posibilidad de que la Dirección de Medio Ambiente, que también es un organismo interesado, tenga la posibilidad de la construcción de un índice de fuego, de que se empiecen a recolectar datos de todo el territorio provincial, de que nos permita ver cómo va a ser el impacto del cambio climático en la migración de las zonas de cultivo, entre otros. Entonces, tiene una serie de aplicaciones bastante interesantes, y hay algunas entidades que están interesadas en eso. Por supuesto, esperamos que tenga un impacto desde lo educativo, porque creo que de una u otra manera hay que empezar a mover a las universidades para que se involucren en este tipo de proyectos que pueden ser insignias, y hoy tenemos cerca de 50 personas involucradas.
- LM: Hemos tenido un alcance gradual, ya que realizamos muchas charlas. En primera instancia, queríamos contarles a todos los estudiantes de la universidad de qué se trataba. Alrededor de 200 o 300 personas fueron a las primeras charlas introductorias y, a medida que muchos fueron diciendo que no podían participar o que no se sentían a la altura, ese número fue bajando.
Transitamos las diferentes etapas del desarrollo como, por ejemplo, armar los equipos y ahora, estamos entrevistando personalmente entre 50 y 60 personas. Hay mucha gente que ha trabajado en lo espacial, otra que se dedica a legales, personas expertas en la parte contable. En definitiva, hay muchos interesados; ya sea por motivación propia, porque escuchó o porque quiere.
- EC: Las universidades se han involucrado en este proceso. Empiezan a poner a disposición, por ejemplo, laboratorios, lugares de trabajo, entre otras. Algunas casas de estudios se sumaron a este proyecto en sus pedidos de equipamiento para el año que viene. Es decir, hay un movimiento universitario que antes no había.
- LM: Estamos buscando mover todo el ecosistema educativo, sobre todo motivacional, para estudiantes de grado y de posgrado que se han sumado. En principio, llamamos al satélite MendoSat-I, y queríamos que impacte en Mendoza; pero cuando subimos la difusión mediática, vía internet o por redes sociales, hemos tenido gente de otras provincias que están interesadas, como personas de La Plata, de Misiones, de Jujuy o de Chaco. Estamos super contentos con la convocatoria y con lo que está generando esto.
- Recién hablaban de que se han sumado diferentes organismos, como así también universidades; ¿Cómo es el financiamiento y qué tipo de empresas y entidades gubernamentales están interesados en el proyecto?
- EC: Hay interés de parte de varios organismos. Este proyecto está pensado para tener fondos a partir de colaboraciones públicas y privadas y un elemento que hemos introducido, es la posibilidad de financiarlo a través del reciclaje PET y de latas. Por ejemplo, la municipalidad de Godoy Cruz ha dispuesto una cantidad de dinero como para poder apoyar el proyecto, pero eso va a ser efectivo a partir de que se generen las acciones de reciclaje correspondientes. Por lo tanto, quienes tecnológicamente no estén cercanos al proyecto, y lo vean como una cuestión de visión social, van a poder colaborar a través de una acción positiva como es el reciclaje. Otras dependencias, como la Secretaría de Medio Ambiente han reservado partidas como para poder hacer uso del satélite el año que viene, y también hay interés de Irrigación para participar.
- ¿Ustedes creen que hace algunos años era posible hacer hacer esto?, ¿Hace cuánto es factible?
- EC: En realidad, hace algunos años atrás empieza a aparecer la posibilidad del New Space, que se trata de una disminución significativa de los costos de acceso al espacio, por lo cual era una de las barreras importantes que impedían poder hacer este tipo de desarrollo. Estamos hablando, en este caso, de un satélite que está enmarcado dentro de lo que es la tecnología de los nano satélites, que son modulitos que, como mínimo, pueden llegar a tener unidades de 10 por 10 centímetros, los cuales cumplen funciones muy específicas, ya que están en órbitas bajas de la tierra. Creo que más de una vez, más de una de estas actividades empiezan a poder ser popularizadas a partir de la posibilidad de tener una barrera de acceso, desde el punto de vista económico, mucho más baja.
- LM: Hubo un quiebre en lo que se refería a órdenes de magnitud en el costado que salía tirar espacio millones de dólares. Ahora, ha bajado un montón, pero es un viento a favor a nivel internacional. A todo el mundo le pasó; a tal punto de que no es que estamos promoviendo ideas locas, ya que muchas universidades del mundo, los proyectos de fines de grado, de camadas enteras de estudiantes, es hacer un satélite de estas características. Primero, porque la experiencia que ya se tiene a nivel mundial de esto, lo hace más posible, ya que la baja de costos permite que sea mucho más accesible (vale 100 veces menos).
Entonces, se hace muy viable para este tipo de cosas que sea académico, educativo y aparte que tenga su fin científico, por el hecho de monitorear y conocer el estado de los recursos naturales de la provincia y de todo lo que hace referencia a la parte climatológica de la provincia; además, tenemos el tercer impacto, que prácticamente todos los proyectos lo buscan. El mismo es ambiental, y será el financiamiento a través del reciclado. Entonces, realmente tenemos un proyecto que cierra por muchas aristas, y que son muy llamativos para proyectos actuales.
- A futuro, ¿esos impactos ambientales en qué se podrían traducir?
- LM: Un impacto muy inmediato que se conoce, y que realmente lo necesitamos, es conocer el uso de agua. además de la disponibilidad de la misma en Mendoza, y uno de los usos que tiene es la medición de caudal, en donde no hay ningún otro tipo de conectividad, y la única disponible es mediante enlace satelital, que hoy en día se usa, pero comprado afuera. Se hace a través de un sensor que esté en una zona remota inaccesible, que transmite una vez al día un dato. Eso, en puntos específicos o de intermonitores de riesgo de incendio, que también se mide a través de parámetros militares. Entonces, son todas mediciones científicas de interés para la provincia y que de alguna manera, terminan impactando nuestra matriz productiva, que es muy fuertemente agronómica.
- EC: Realmente, nosotros le daríamos la posibilidad de Mendoza de que se empiecen a tomar datos de cosas que hoy, si bien existen, no es ni en cantidad y en calidad que se requieren como para poder tomar decisiones de largo plazo. Entonces, en ese sentido, hay una oportunidad interesante para la continuidad del proyecto; pero por otra parte, en sí mismo, por el desarrollo de las tecnologías de New Space y por el crecimiento que está teniendo a nivel internacional el hecho de validar módulos y partes de satélites; hace que sea viable que la provincia empiece a producir las mismas. El proyecto no va a terminar en uno solo. Estoy seguro que va a ser más que eso, y tiene ramificaciones, desde el punto de vista de la creación de un área económica de desarrollo para la provincia, de alto valor agregado.
- ¿Hay algún modelo o espejo en el cual ustedes se reflejen para este tipo de satélite que buscan crear?
- LM: Estos tipos de proyectos están basados en un estándar de diseño, una especificación de lo que es el formato satelital, en este caso, de 10 por 10 centímetros; y todo lo que hace referencia a este tipo de desarrollos es Open Sores. Hay muchas cosas que están abiertas a personas, y entonces, muchos diseños para imitar. Una universidad que estamos usando de referencia, lanzó un satélite de código abierto, funcionó, tuvo su tiempo de vida y conclusión. Además, algo importante que recalcar es que este tipo de satélites tiene una duración de un año o de meses; depende qué tan alto se lo tire, ya que puede estar entre 400, 500 y 600 kilómetros.
Todo depende del lanzador, pero este es proyecto, está abierto y es un poco lo que estamos consultando nosotros para basarnos en lo que hace referencia a lo técnico; y desde ahí, aportamos nuestro valor agregado junto con los estudiantes para que ellos puedan aprender y mejorarlo. Queremos que este MendoSat-I, después de todas las pruebas y del primer lanzamiento, siga el II, el III, y muchos más.
EC: Hay una cuestión importante. La característica específica que tiene este proyecto, de tener de comunicaciones en tierra múltiples, (que son los que capturan información y la mandan a satélite) es que no hay muchas experiencias al respecto. Entonces, tiene algunos desafíos técnicos particulares, pero son solo eso: cuestiones de las cuales los ingenieros tenemos que estar acostumbrados. Queremos trabajar en eso, si no, sería aburrido.
- ¿Creen que este proyecto podría generar fuentes de trabajo? ¿Además de los estudiantes, ven que chicos recién recibidos de escuela secundaria podrían pensar a ingeniería como una carrera interesante para desarrollar el resto de sus vidas?
- LM: ¿Sabes qué?, Es justamente eso. Es una lástima, por ejemplo, en ingeniería electrónica, nosotros somos egresados casi juntos, con algunos años de diferencia (risas); y la carrera ha ido bajando en cantidad de inscriptos notablemente, porque hay un desinterés de las personas y de los jóvenes en general de inscribirse a carreras de grado de ingeniería. Por año, hay aproximadamente 20 inscriptos en electrónica, y es realmente muy poco para ser una universidad de esa índole. Entonces, con esto pensamos que se va a fomentar mucho más el estudio de la tecnología, en donde hay mucho campo que hacer. Creemos que nosotros, como electrónicos, podemos aportar, ya que se puede hacer un montón de cosas, tanto en el área satelital, como en otras áreas en donde también que se puede trabajar.
- EC: Hoy el mundo requiere recursos humanos capacitados, y el desarrollo de la tecnología necesita un trabajo metodológico que permita potenciar sus habilidades. Creo que proyectos de este tipo, en donde se utiliza un marco específico para el trabajo, en donde se está desarrollando tecnología, los pone en condiciones. No sé si de iniciar sus propias empresas; tal vez para algunos sí, pero los pone en condiciones de acceder a empleos muy interesantes.
- ¿En qué plazo creen ustedes que se puede terminar este MendoSat-I?
- LM: Nosotros estamos pensando, como fecha de lanzamiento, finales del año que viene. La fecha exacta no la van a tener todavía, porque depende de muchas cosas que hay que cuadrar, como hablar con empresas ;y además, cerrar muchos acuerdos de de confidencialidad. Es difícil poner un día, pero sí estamos buscando un margen temporal que sea alrededor de fines de 2.024.
- EC: Puedo decir algo anecdótico en todo esto. Nosotros, para poder lanzar el satélite, no nos ponemos en contacto directamente con quien es la empresa que lo lanza, por darte un ejemplo, SpaceX. Existe una serie de intermediarios, que lo que hacen es juntar varios de estos satélites pequeños que se hacen en el mundo, que van como cargas secundarias de una misión principal. Una de las empresas con las cuales nosotros nos ponemos en contacto a través de gente que había estado trabajando con nosotros, se llama Uarx, y nos llama la atención que el dueño de esa compañía es precisamente mendocino. Entonces, vos te empezás a encontrar con ese tipo de cosas. Cuando nos pusimos en contacto con por mail con ellos, me dijeron "tenemos que esperar para hacer la reunión; porque el dueño quiere estar presente", y resulta que era de Mendoza, increíble.
LM: Para aclarar un poco lo que dice Ernesto, las misiones principales son enviar satélites grandes, que pesan cientos o miles de kilos, que valen un cohete; y como el nuestro es chico, ya que hay lugar, aprovechan el flete. Bueno, en realidad te venden ese espacio mucho más barato. Justamente, por eso es que se ha permitido esta movida de tirar mucho más proyectos educativos y experimentales a al espacio.
- EC: Vos tenés fechas, las cuales no elegís vos. Te preguntan cuando lo vas a tener disponible, y a partir de ahí, ellos dicen "bueno, tu fecha probable de lanzamiento es esta" por eso es que no podemos dar una fecha exacta todavía. Para ese día, si nosotros no cumplimos en poner el satélite, tenemos que poner una piedra de exactamente el mismo peso, pero ese espacio es tuyo: vos lo pagás. Es todo un proceso en el cual tenés que registrar que vas a poner un objeto en órbita. Afortunadamente, nos está asesorando la gente de la facultad de derecho de la Universidad de Mendoza.
- ¿Cómo es la rutina de trabajo?, ¿Cuántas horas hay que dedicarle al proyecto?
- LM: En primera instancia, contar un poco cómo fue cronológicamente esto. El primer día que dijimos "hagamos esto", estudiamos varios meses, porque básicamente es imposible prever de que una facultad te pueda dotar de todos los conocimientos que necesitás para hacer todo. Esto es lo que va a hacer cualquier persona que entre: ponerse al día, y transferir en nosotros todo lo que hemos estudiado. Nosotros compartimos documentos que escribimos con los estudiantes que van a participar. Por lo tanto, primero nos formamos, acompañados de INVAP y CONAE, y averiguamos si esto era posible. Luego, empezamos la etapa de difusión, que fue este último mes, a través de charlas. Ese ha sido nuestro día a día.
Por otro lado, entrevistar a 50 personas, como te comentaba, no se logra en un lapso de poco tiempo. De acá en adelante, nosotros estamos full time trabajando para esto, pero hay estudiantes que tienen disponibilidad horaria intermitente para participar y para colaborar, debido a mesas de exámenes, estudio, y otro montón de cosas. Ellos tendrán una dedicación parcial, ya que nosotros no estamos pidiéndole que ellos estén fijos todo el tiempo. Es exactamente al revés. Queremos que ellos participen en la medida que puedan, ya sea aportando desde un proyecto final, alguna pasantía o de manera voluntaria; y nosotros coordinar ese trabajo para que sea un proyecto exitoso.
- EC: Somos 7 los que estamos en forma estable. Ahora vamos a ser muchos más, por todas las universidades y laboratorios de las mismas que se están sumando. Hasta acá, se ha hecho la ingeniería conceptual, con todos esos documentos que se han generado. En la nueva etapa, crearemos material nuevo, porque lo que se trata de hacer es un trabajo metodológico que vaya siguiendo los pasos. Ahora, hay que hacer pruebas y test sobre supuestos tecnológicos, y por eso necesitamos personal. Hay mucho trabajo que hacer.
Mirá la entrevista completa con Ernesto Chediak y Leonardo Muñoz, participantes del proyecto MendoSat-I: