Derechos vulnerados

Advierten sobre una forma de violencia que deja a niños como rehenes

La violencia vicaria es una forma de agresión que se repite en Argentina de manera invisibilizada y que atenta contra los derechos de la infancia. El testimonio de una madre que asegura no ver a sus hijos desde hace dos años.

Zulema Usach
Zulema Usach martes, 17 de enero de 2023 · 15:01 hs
Advierten sobre una forma de violencia que deja a niños como rehenes
La violencia vicaria afecta de manera directa a los derechos del niño. Foto: Imagen ilustrativa

Hace al menos viente años, en España, la psicóloga Sonia Vaccaro le puso un nombre a una forma de violencia ejercida contra mujeres y niños. La violencia vicaria, definió, es un conjunto de acciones violentas (que van desde la manipulación, la instauración del miedo e incluso el maltrato o amenazas) que un agresor aplica contra las madre de sus hijos vulnerando todos sus derechos e irrumpiendo la posibilidad de ejercer su rol o establecer vínculos sanos. En todos los casos, esta realidad está atravesada por la violencia de género, aparece invisibilizada y muchas veces naturalizada, al punto de vulnerar los derechos de miles niños, niñas y adolescentes en Argentina.

En ese marco, desde julio de 2022, al menos cinco organizaciones que defienden los derechos de mujeres y niños en el país, hicieron llegar un proyecto de Ley en la Cámara de Diputados, a través del cual se busca incluir a la violencia vicaria, dentro de la Ley Nacional Ley N°26.485, que desde abril de 2009 establece las bases que deben aplicar los Gobiernos (nacional y en cada provincia) para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Lo cierto es que desde ese entonces hasta hoy, el proyecto no ha presentado avances en los recintos legislativos, en tanto que en todo el país, las historias en las que los agresores toman de rehenes a sus hijos para hacer daño a sus ex parejas, se repiten.

Sara Barni, fundadora de la organización Red Viva -entidad que desde 2015 trabaja en la defensa de los derechos humanos a nivel nacional- asegura que que los pedidos de ayuda y asesoramiento por parte de madres alejadas de sus hijos e hijas son habituales. Aclara que en todos los casos, ellas son o han sido víctimas de violencia de género y que además sufren violencia vicaria sin que la Justicia y los organismos que deben intervenir para garantizar el cumplimiento de la protección integral de niños y niñas actúe en tiempo y forma, con las medidas adecuadas para evitar una mayor afectación a sus derechos fundamentales.

El resultado de esas situaciones deriva en que son ellos justamente, quienes terminan siendo afectados por estas situaciones. "En todo el país, desde marzo de 2022 hasta hoy, recibimos entre ocho y diez llamados diarios de madres que son víctimas de violencia vicaria", alerta Barni y detalla que en la Provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza y Santa Fe, desde Red Viva han intervenido en 200 causas en los últimos diez meses. "Estamos explotados de casos y no vemos avances para que se tomen soluciones de fondo", asegura la titular de Red Viva, al dar cuenta de la urgencia que se plantea a nivel nacional para que los mecanismos y la Justicia (en todas las áreas intervinientes) estén focalizados a priorizar el interés superior del niño, niña y adolescente, a la luz de las leyes, convenciones y normativas que rigen en pos de su protección integral (Ley N°26.061 y Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, entre otras).

El sistema lleva a que miles de mujeres queden entrampadas en la imposibilidad de vincularse con sus hijos e hijas luego de una separación. 

Inclusive, Barni advierte que en los últimos tiempos se ha notado una avanzada de jueces que revierten las tenencias de los hijos e hijas, con sentencias favorables a los progenitores varones, generando un alejamiento de sus madres. En general, aclara Barni, las determinaciones se toman sin los argumentos suficientes y terminan por afectar de manera trágica -en muchos casos- al bienestar de niños y niñas que luego se ven sometidos a una red de maltrato por parte de sus padres. La violencia machista, alerta Barni, se reproduce de este modo en el sistema judicial: "a las mujeres se les pide pruebas y pericias de toda clase; se les solicitan documentos de todo tipo, pero a los varones se les toma solo la declaración y se les cree más", advierte.

Dos años sin ver a sus hijos

Natalia (nombre ficticio) pone su corazón al compartir su relato. Asegura que hace más de dos años, en el marco de la separación con su ex esposo, no ha podido retomar el vínculo con sus pequeños hijos y aclara que aún sin tener motivos judiciales (denuncias contra su persona o antecedentes comprobables de maltrato contra sus hijos) para alejarla de ellos, todas las decisiones de la Justica han ido en detrimento de su posibilidad de ejercer su derecho y rol como madre. De hecho, relata que mientras ambos compartían el día a día antes de establecer las pautas para el divorcio, ella fue víctima de violencia de género. "No me dejaba salir de la casa y no quería que trabajara. Yo me dedicaba íntegramente a la casa y el cuidado los niños y transitaba por una situación de ansiedad por el estrés que me causaba vivir toda clase de maltratos", relata la mujer que ha decidido hacer público su caso y asegura continuar su lucha para poder volver a abrazar a sus pequeños.

Por las características del caso y en vistas de proteger los derechos de los pequeños, su identidad no puede ser revelada. A través de su abogada, Fabiola Calle, la mujer detalla que días atrás los pequeños fueron sacados de la provincia sin autorización y cuando aún el régimen de visitas debe ser retomado. "No sé a dónde ni cómo están mis hijos. Exijo respuestas urgentes por parte de la Justicia y necesito que de manera ágil se prioricen las medidas necesarias para que me sean restituidos", expresa esta mamá mendocina que ya ha presentado casi 200 denuncias como consecuencia de los incumplimientos, amenazas y complicaciones a la hora de vincularse con sus hijos que ha recibido por parte de su ex esposo desde 2020, cuando la Justicia de Familia había determinado que custodia compartida de ambos progenitores. "Como a los estudios ambientales para determinar dónde debían vivir los niños los realizaron por zoom, él mostró una parte de la realidad y así y todo la Justicia determinó que nuestros hijos vivieran con él", asegura la mujer.

Natalia sueña con el día en que pueda volver a abrazar a sus pequeños.

Lo cierto es que desde ese entonces hasta la fecha, Natalia no ha dejado de movilizarse y golpear puertas para volver a abrazar a sus pequeños y brindarles la protección y cuidados necesarios. "Siempre que he hablado con mis hijos sé que hay alguien detrás escuchando todo y dirigiendo lo que van a decir. Ellos están siendo presionados para no hablar conmigo y su progenitor siempre ha puesto excusas para alejarlos de mí. Nadie, ni la Justicia ni la policía le han puesto un freno. La policía siempre me ha tratado mal y pese a que hay una restitución vigente para que vuelvan conmigo, esto tampoco ha sido respetado", asegura la mamá  y detalla que como consecuencia de las dilaciones de la Justicia  a la hora de intervenir en su caso, ella también se ha visto entrampada por los aletargamientos del sistema y la falta de criterios claros a la hora de garantizarle que sus hijos están bien y poder compartir momentos con ellos.

"Hoy yo ni siquiera puedo saber cómo están ellos; él me obstruye toda posibilidad; mi entorno ha sido víctima de sus amenazas y acá nadie hace lo necesario. Yo sé que mis niños me extrañan pero sé que cada vez que trato de acercarme, él toma represalias contra ellos, Sé que están sufriendo y por eso no voy a rendirme hasta que se haga Justicia", comparte Natalia.

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