Cuestión de fe

Virgen del Milagro: los peregrinos llegaron a la Catedral de Salta

Tras dos años interrumpidos por la pandemia, miles de fieles volvieron a peregrinar al encuentro con el Señor y a la Virgen del Milagro en la provincia de Salta

Cristina Fiore Viñuales viernes, 16 de septiembre de 2022 · 15:31 hs
Virgen del Milagro: los peregrinos llegaron a la Catedral de Salta
Cada año miles de peregrinos van hacia el encuentro de su fe.

Luego de una suspensión de dos años consecuencia de la pandemia, volvió a realizarse sin ninguna restricción, la Procesión del Señor y la Virgen del Milagro en la ciudad de Salta, con quienes el pueblo tiene un vínculo de amor y fé que data del año 1692, cuando el 13 de septiembre de esa fecha, unos terribles terremotos hicieron desaparecer la ciudad de Esteco, a 150 kilómetros de la capital salteña, donde se sintieron también sus remezones, alarmando muchísimo a la población.

Fue en ese contexto que la gente acudió a la iglesia, en busca del alivio divino y según cuenta la tradición, encontraron la imagen de la Virgen caída, como en una actitud suplicante, recordando en ese momento el sacerdote José Carrión de la compañía de Jesús, que en el Santuario se encontraba guardado un Cristo crucificado, que donación de Fray Francisco de Victoria, había llegado desde Lima, luego de ser encontrado en un cajón -junto al cajón de una Virgen que fue a Córdoba- y que aparecieron misteriosamente flotando en 1592 frente al puerto del Callao con claras instrucciones sobre sus destinos.

Decimos misteriosamente, porque nunca se supo que navío las había llevado desde España, ni que le paso al mismo, solo los cajones con sus instrucciones aparecieron flotando. Resolvieron entonces sacar en andas a ambas imágenes, suplicando que cesaran los temblores, lo cual ocurrió. En consecuencia, las autoridades de ese entonces: Cabildo, Justicia, Regimiento, gobernadores de las provincias del Tucumán, obispos, clero secular y pueblo de Salta, juraron solemnemente realizar todos los años la procesión, lo cual venimos cumpliendo como pueblo -aun en pandemia, por internet desde nuestros domicilios- desde ese entonces, renovando al final el pacto de fidelidad.

Hubieron otros temblores, siendo los más importantes quizás los de 1826, que dañaron severamente la ciudad de Rosario de la Frontera, el de 1930 que hizo lo propio en la Poma, o el recordado por nuestros padres y abuelos de 1948, pero ninguno tuvo la virulencia de aquel. Interesante en este aspecto resulta señalar el artículo publicado en el Diario local “El Tribuno”, por el Dr. en Geología Ricardo Alonso, quien refiriéndose al temblor de febrero de 2010 en el Valle de Lerma dijo: “Desde el punto de vista sismológico fue considerado como un “terremoto anómalo”, ya que por su profundidad, intensidad y cercanía epicentral, debería haber causado daños mayores a la ciudad. La energía se disipó hacia la Quebrada del Toro, la cual quedó severamente dañada, pero permitió que la ciudad de Salta solo sufriera un fuerte remezón con consecuencias menores”. 

Desde 1692 el pueblo tienen un compromiso de fe.

Esto es solo el resumen de la tradición y la convicción que los salteños tenemos del milagro colectivo más reciente del Señor y la Virgen del Milagro, pero existen tantas historias y milagros, como personas que peregrinan, a veces a pie: recorriendo trayectos de más de 540 kilòmetros, como es el caso de los peregrinos de Santa Victoria Oeste y los Toldos, al norte de la provincia; otras veces, en avión o en colectivo desde distintas provincias y partes del mundo, en agradecimiento por un favor concedido o en suplica por un milagro, miles de personas seguimos las imágenes en total recogimiento, en medio de los aromas a los naranjos y los azares, de una ciudad pintada en colores blanco, lila y amarillo de sus lapachos, como si la naturaleza acompañara también uno de los actos de fe más grandes de nuestra patria.

Cristina Fiore Viñuales

Diputada provincial de Salta

Senadora Nacional (MC)

Archivado en