Historia de vida

Pinta con la boca, enseña fútbol en silla de ruedas y se convirtió en un ejemplo en el barrio

Pablo Ochoa tiene Artrogriposis Múltiple Congénita, la cual afecta a sus extremidades. El joven pinta cuadros para sus vecinos y creó una escuelita de fútbol para los chicos del barrio.

Felicitas Oyhenart
Felicitas Oyhenart domingo, 8 de mayo de 2022 · 08:31 hs
Pinta con la boca, enseña fútbol en silla de ruedas y se convirtió en un ejemplo en el barrio
Pablo Ochoa tiene una discapacidad que no le permite mover sus extremidades. Pero nada impidió que llevara adelante dos grandes proyectos. Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

La vida de Pablo Ochoa (28) es de esas que inspiran y empujan a concretar proyectos. Este joven de Las Heras nació con una enfermedad rara que afecta a las articulaciones, pero nada impidió que él avanzara con sus proyectos y que se convirtiera en un gran ejemplo en su barrio.

Pablo tiene Artrogriposis Múltiple Congénita, por lo cual se produce la contracción de una o varias articulaciones con diferente afectación. En su caso se ven afectadas sus extremidades superiores e inferiores. Por ello, se traslada en sillas de ruedas y debe adaptar objetos para el movimiento de sus manos.

Pablo pinta cuadros con la boca, ha adaptado todos sus elementos para poder hacerlo. Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

“Esta discapacidad nunca me impidió que yo hiciera algo, siempre seguí adelante acompañado de mi familia. Gracias a ellos soy la persona que soy”, cuenta Pablo en diálogo con MDZ.

"Esta discapacidad nunca me impidió que yo hiciera algo"

"Pablo es una persona muy fuerte y tuvo mucha fuerza de voluntad. Desde chico, cada operación que le hacían él nunca se quejaba y aguantaba", cuenta con orgullo su mamá, Gertrudis Talquenca.

Pablo junto a su mamá Gertrudis Foto: Maximiliano Ríos/MDZ

Desde chico tuvo que pasar por varios obstáculos. Insertarse en el sistema educativo no le fue fácil al comienzo, tuvo que aprender a escribir de una manera muy diferente a la que lo hacían sus compañeros de clase. “En segundo aprendí a escribir con la boca y en sexto grado aprendí a escribir con la mano izquierda y eso me simplificó muchísimo”, comparte.

Cuando salió de la secundaria, continuó sus estudios terciarios. Estudió y se recibió de técnico en economía social y desarrollo social. Pero no conforme con su logro nuevamente se inscribió en otra carrera y estudio la tecnicatura en administración de empresas.

Pablo tiene una gran pasión por los números, esto lo llevó a estudiar sus dos carreras y a trabajar, desde hace siete meses, en el sector administrativo del Polideportivo Polimeni de Las Heras. 

“Me brindaron el espacio y me siento muy contento. Tengo un grupo de trabajo muy lindo, me ayudan y ellos también aprenden de mí a como tratar a una persona con discapacidad”, cuenta Pablo.

Entre los números y los pinceles

Hace dos años y medio Pablo comenzó a pintar cuadros, retomó una pasión que tenía desde niño. Cuando era chico tuvo que dejar de lado esta vocación debido a la gran cantidad de operaciones que recibió por su discapacidad, las cuales le imposibilitaba moverse.

Pablo es autodidacta, aprendió solo, mirando videos en Youtube, una técnica que le permite pintar con la boca. Ha adaptado sus pinceles, colores, lápices y atril para poder usarlos para sus creaciones.

“Comencé a pintar hace 2 años y 6 meses nuevamente. Por el covid-19 mi padre, que trabaja en la construcción, tuvo que frenar su actividad; para poder ayudarlos comencé a pintar y vender mis cuadros". El joven pinta por encargo cuadros en acuarela, también hace retratos a lápiz y demás dibujos. Vende sus creaciones en el barrio y a través de su página de Facebook

Así pinta Pablo

Una escuelita de fútbol para los chicos del barrio

Pablo es una persona con mucha energía, predisposición y con un gran compromiso por lo social. “Veía que muchos chicos que conozco de toda la vida se iban por mal camino, por eso llamé a diez del barrio y los comencé a entrenar. Siempre me gustó el fútbol, todos en la familia somos muy futboleros, vi que podía ayudarlos formando una escuelita de fútbol”.

Pablo nuevamente recurrió a los videos de Youtube para aprender las técnicas y aplicarlas en sus clases. La escuelita que comenzó con una decena de alumnos, hoy tiene más de 100 inscriptos, los cuales se distribuyen en seis categorías de hombres y tres de mujeres.

Al tiempo se sumó al proyecto su hermano Diego, quien lo acompañó codo a codo hasta el año pasado. El joven falleció con 33 años por covid-19. “Gracias a él pudimos fundar la escuelita de fútbol, conseguir materiales y sponsors", afirma Pablo con lágrimas en los ojos.

Toda la familia colabora con este proyecto. La escuelita Fournier funciona en el Barrio 26 de Enero, en el Cedrys Nº25 de Las Heras, allí Pablo también abrió un merendero para los chicos que son parte de la escuela y donde recibe donaciones para ellos. "Muchas veces los chicos vienen con las zapatillas de su mamá al entrenamiento, por eso hacemos colectas".

escuela de fútbol
Pablo junto a sus alumnos de la escuelita.

“Yo quiero transmitirles a los chicos que todo se puede en la vida. Si lo hago yo que nunca he jugado al fútbol y los estoy entrenando, por qué ellos no lo van a poder hacer el día de mañana", expresa el joven.

Pablo quiere seguir adelante con este proyecto, a través de la escuela de fútbol ha ayudado a muchos chicos, inclusive cuando han tenido conflictos familiares o trayectorias débiles en la escuela. 

Por ello, tiene un gran sueño. “Quiero sumar más actividades deportivas, que vengan más chicos y que no sea solo una escuelita de fútbol, sino que sea un club para personas con discapacidad y personas sin discapacidad”.

Archivado en