Giuliana Lucoski, la reina perfecta por la que hoy Mendoza reza

Fue en el año 2016 cuando en una espectacular noche de verano mendocina que cubría el escenario del Teatro Griego Frank Romero Day la lujanina Giuliana Lucoski fue coronada como Reina Nacional de la Vendimia. 

Se trató de un espectáculo maravilloso en el que se celebraron 80 años de Vendimia y 200 años de la Independencia Argentina -"Vendimia de la identidad"- que llevó a los espectadores que dijeron presente en el ya mítico Teatro abierto del parque General San Martín a un viaje de la mano del personaje del Tiempo, que viajó por diferentes hechos fundantes para descubrir esa identidad de Mendoza adquirida y forjada a lo largo de la historia.

El 2016 vendimial también entró en la historia por una decisión gubernamental trascendente: se prohibió la pirotecnia con estruendos, y por primera vez se utilizó la pirotecnia fría -que reacciona por combustión y no por explosión, y al no producir ruidos evita la contaminación sonora-.

En las apuestas y las predicciones, Giuliana ya figuraba como "la reina cantada": era la favorita y de la cual se hablaba entre susurros por los pasillos de los ministerios de Turismo y Cultura, y los de las redacciones periodísticas. El mismo Omar De Marchi, intendente de Luján de Cuyo en ese período, ya daba notas orgulloso de la inteligencia, la gracia, la dulzura y la belleza de la joven. 

Sin embargo, más allá de los dimes y diretes y a pesar de los pronósticos que ya la daban a Lucoski como acreedora de la corona, la característica del grupo de jovencitas candidatas ese año fue el cariño y el compañerismo que mantuvieron siempre. Juntas y nerviosas vieron pasar los cuadros del Acto Central, en donde la figura de José de San Martín como gestor de la libertad de América se realzó, y se destacó a Tomás Godoy Cruz, quien fue protagonista estratégico y fundamental de la firma del Acta de la Declaración de la Independencia de nuestra Patria. Todas aplaudieron el cuadro de los inmigrantes, y se emocionaron con la Virgen de la Carrodilla. 

Finalmente, en una emocionante elección que fue acompañada por la algarabía popular, Giuliana fue quien se llevó ese cetro que hoy está envuelto en la polémica entre aquellas que lo adoran y defienden a rajatabla como un ícono cultural de la provincia, y las que lo consideran el símbolo de algo obsoleto y de una forma más de cosificación. La morocha de Luján de Cuyo escuchó 86 veces a los conductores Daniela Galván, Marcelo Ortiz, Silvia Santos, Fernando Zárraga, Laura Rez Masud y Federico Croce -quien escribe- gritar su nombre, y finalmente pronunciarla como la nueva Reina Nacional de la Vendimia: su Virreina fue Rocío Fuster de Lavalle, que recibió 39 votos. 

Con 22 años, la joven que representó a Chacras de Coria entró en ese momento en la historia de la celebración más importante de Mendoza. Además de destacar sus impresionantes ojos verdes, Giuliana fue siempre una estudiante modelo. Se destacó cuando hacía promoción ya como reina departamental por el manejo del idioma inglés, y estaba por terminar Abogacía en el año 2016, y hoy ya es abogada, escribana y martillera pública.

Amante del yoga, tanto es así que se había convertido en instructora, hoy con 28 años y 6 años después del hecho que la hizo famosa en toda la provincia; Giuliana tenía fecha para unir su vida en matrimonio para siempre con Ricardo Luna el próximo 28 de mayo. 

Hoy son miles los mendocinos y mendocinas que juntan sus manos para pedir por la salud de una de las lujaninas más queridas. "Estamos realizando cadenas de oración a las 14 y a las 22 horas para pedir por la pronta recuperación de Giuliana Lucoski y su novio", publica en sus redes sociales Soledad Reina, quien es la presidenta de la Corenave (Comisión de Reinas de la Vendimia de mandato cumplido). "Estamos todas pendientes, y todas en oración. Giuliana es una chica maravillosa: gran amiga y gran persona. Ella es fuerte, y de esta saldrá, sin lugar a dudas", comentó Lorena Lorca, Reina vendimial 1996 y amiga personal de la joven.