Nueva oportunidad

La historia de 7 mujeres que salieron de la cárcel y crearon una cooperativa de trabajo

Un grupo de siete mujeres, con el apoyo de la Fundación Pulso Educativo, logró llevar adelante un proyecto para ofrecer servicio de limpieza y acompañamiento terapeútico. La experiencia de Rosa Troncoso, una de las mujeres que lucha por derribar estigmas y construir un nueva vida.

Zulema Usach
Zulema Usach viernes, 22 de abril de 2022 · 10:00 hs
La historia de 7 mujeres que salieron de la cárcel y crearon una cooperativa de trabajo
Rosa junto a parte del equipo de emprendedoras que iniciarán sus trabajos para la cooperativa Suculentas Foto: Gentileza

Trazar nuevos rumbos en su vida; caminar hacia adelante habiendo aprendido del pasado para curar las heridas. Desde esa mirada, un grupo de mujeres mendocinas ha logrado organizarse para concretar un proyecto que promete ser para ellas y sus familias una nueva oportunidad desde el punto de vista laboral, educativo y social. En perfecta armonía con el objetivo que buscan concretar, las siete integrantes del proyecto “Suculentas” proponen insertarse en el mercado de trabajo para ofrecer servicios de limpieza y acompañamiento terapéutico a las personas que así lo necesiten.

Con el apoyo de la organización social Pulso Educativo (integrada por profesionales de diferentes áreas dedicados a la promoción de proyectos sociales y la reinserción de personas en estado de vulnerabilidad), las integrantes del emprendimiento lograron acceder a capacitaciones y talleres que les permitieron abrir una ventana a la esperanza y mostrar a la sociedad todas aquellas acciones positivas que son capaces de llevar adelante.

Resiliencia y valor para iniciar una nueva vida

Detrás de cada nombre, el pasado habla de historias de sufrimiento, de dificultades que como una marea de circunstancias las llevaron a cometer errores por los que ya pagaron con su libertad. “Elegimos llamar Suculentas a nuestra cooperativa porque sentimos que somos mujeres que nos hemos forjado a base del dolor, que hemos logrado aprender y salir adelante a pesar de las adversidades”, comparte Rosa Troncoso (51), una de las integrantes del emprendimiento.

Rosa muestra con orgullo el ambo con el que trabajarán en tareas de limpieza

Ni bien cumplió su condena por haber cometido un delito, Rosa decidió hacer frente a los prejuicios para iniciar un rumbo distinto en un escenario que considera, es hostil al extremo para las personas que han vivido en contextos de encierro. Cuenta Rosa que cuando salió de la cárcel de El Borbollón, tuvo que vender su casa para poder subsistir. Las posibilidades de encontrar un trabajo en su condición eran nulas.

"En mi caso, creo que así y todo he tenido la posibilidad de apelar a algo para poder encontrar alternativas e ir resolviendo las necesidades de mi familia. Con la venta de la vivienda, pude acceder a un terreno y eso ya es mucho comparado con las problemáticas a las que se enfrentaron mis compañeras una vez que salieron de la cárcel. El medio no siempre acompaña a la reinserción y los prejuicios con lo que cargamos hacen que todo sea aún más complejo", comparte la mujer al profundizar en las situaciones de desempleo, pobreza y estigmatización que suelen vivir las personas que ya pagaron su pena y que desean simplemente, trabajar y salir adelante.

La cooperativa de trabajo Suculentas ya tiene logo, uniformes y recursos humanos para iniciar las labores

Pero Rosa es de esas personas que prefiere mirar el vaso medio lleno. No baja los brazos; asegura que su convencimiento de poder superarse es lo que le abre el camino para lograr sus metas. Dice que en realidad, lo que la define es el ímpetu por aprender y demostrar que es posible construir desde las buenas acciones. "El trabajo dignifica; empodera. Y sabemos que es el trabajo lo que nos dará las respuestas que nunca nadie nos dio", reflexiona de cara al inicio a las actividades por las que tanto ha trabajado junto a sus compañeras de la cooperativa. 

Una ventana a la esperanza 

Fue justamente en una situación extrema y en los peores momentos de la pandemia de covid-19, cuando un vínculo comenzó a tomar forma, al menos desde el exterior, para Rosa y otras mujeres en su situación. Al mirar a ese pasado, recuerda el momento en que, sumidas en la desesperanza por no poder recibir visitas de ninguna índole en el penal, ella y sus compañeras no tenían forma de conseguir elementos básicos de higiene.

La ayuda no tardó en llegar, de la mano de los integrantes Pulso Educativo, quienes enterados de su situación, organizaron una colecta para proveerlas de artículos básicos para higienizarse. "Como no podíamos entrar por el aislamiento preventivo, logramos dejarles los productos con el capellán del penal", recuerda Fabricio Fiochetta, psicólogo y fundador de la entidad que trabaja desde el convencimiento de que solo las acciones positivas alejadas del prejuicio y estigmatización, son las claves a la hora de achicar brechas, incluir y construir nuevos futuros.

Ese fue el primero de muchos momentos para continuar hacia adelante. Siempre, adelante. Luego, llegó el momento de avanzar en las capacitaciones para el trabajo y la realización del emprendimiento productivo. "El objetivo de la fundación es ayudar a las personas a ampliar sus capacidades laborales y ayudarlas a salir del circulo de pobreza, vulnerabilidad y conflicto con la ley", explica Fiochetta, quien además destaca la importancia de ayudar a este grupo de la población a avanzar en su escolaridad.

Con la mirada hacia adelante

Rosa cuenta con alegría que el grupo Suculentas ya está preparado para ofrecer sus servicios de limpieza. "Ya tenemos los uniformes con nuestro logo y la verdad es que estamos felices de poder concretar este sueño", destaca. Entre la formación que la fundación ha brindado a las siete mujeres que integran esta nueva cooperativa, figura la posibilidad de aprender habilidades al momento de gestionar acuerdos con potenciales clientes, crear su curriculum vitae y aprender recursos clave para el trabajo a desempeñar. "También realizamos previamente una evaluación psicofísica para que sea incluida en su curriculum", detalla Fiochetta, quien además se desempeña en la Dirección de Salud Mental de la provincia.

Rosa agrega que desde que en diciembre del año pasado se concretó la primera reunión para llevar adelante el emprendimiento hasta hoy, los avances han sido muy satisfactorios. "Todas coincidíamos en que deseábamos mucho poder reinsertarnos y trabajar", destaca y cuenta que por estos días algunas de sus compañeras están realizando talleres para formarse en la tarea de contener y asistir a las personas que así lo necesiten. Por eso, además de la posibilidad de ofrecer trabajo doméstico, la cooperativa de mujeres quiere focalizarse en el acompañamiento terapéutico. Para ello, los profesionales de Pulso Educativo siguen con los talleres de formación.

Consciente de que aún pueden haber puertas que se cierren debido a la estigmatización con la que cargan las personas que han pasado por un penal, Rosa dice con seguridad que "también va a haber quienes crean que somos mujeres que podemos desarrollar un trabajo, alejándose de los prejuicios y prestando atención a lo que somos hoy: mujeres capaces de salir adelante, que hemos pasado por muchas situaciones dolorosas, pero que también supimos resolver los problemas y hemos trabajado con esmero para salir adelante. Porque nuestro pasado o solo lo que hicimos mal no nos define como personas. Tenemos mucho más para brindar y todo eso es bueno". 

 

 

 

 

 

 

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