Nadie se salva de la inseguridad: así atacan a los cementerios

Los hechos de vandalismo en los cementerios de la provincia de Mendoza son frecuentes y dejan en evidencia una problemática que deja en el centro de la escena las medidas de seguridad y el mantenimiento que los municipios realizan para preservar los espacios.

Quienes visitan los cementerios son testigos de los robos de las placas de bronce, los floreros y, en algunos casos, hasta las rejas y manijas de los mausoleos. Si bien la vigilancia en estas dependencias municipales es permanente, la dimensión y características del lugar hacen que sean un blanco fácil para los delincuentes.

MDZ hizo una recorrida por el cementerio de la Ciudad de Mendoza y observó las condiciones de algunas tumbas que fueron profanadas. Los robos de placas identificatorias, adornos o crucifijos de bronce y otros metales son una constante ya que los materiales con las que son confeccionadas esas piezas tienen un valor importante en el mercado negro.

"Estos últimos 6 meses se ha evidenciado un incremento de los robos que se dan como consecuencia de la situación económica que se da a nivel país. Desde la municipalidad reforzamos la seguridad con preventores que hacen rondines de manera permanente, porteros, cámaras de seguridad conectadas con el sistema de ojos en alerta y con la policía", destacó José Curia, director del Cementerio de la Ciudad de Mendoza y agregó que "la inversión en luminaria para las 17 hectáreas y media con las que cuenta el predio fue fundamental para desalentar este tipo de hechos".

Según informó el funcionario existen horarios donde las alertas aumentan. "Entre las 11 y las 13:30 horas es uno de los horarios donde más hechos se producían, al igual que el horario de la siesta que va desde las 15 a las 17 horas. Sin embargo, hemos logrado desactivar los hechos de vandalismo que se dan dentro del cementerio gracias al refuerzo de la seguridad", explicó.

En relación al modus operandi de los delincuentes, coincidieron en que es variado pero generalmente se trata de personas o matrimonios jóvenes que ingresan con cochecitos de bebé donde esconden las placas de bronce y elementos sustraídos.

Esta situación se repite en la mayoría de los cementerios de la provincia, tal es el caso de las necrópolis ubicadas en Santa Rosa, Godoy Cruz y Malargüe. En este último, hace un mes aumentaron la cantidad de serenos ya que sufrieron una ola de robos que tuvo lugar incluso cuando el personal estaba realizando servicios de sepultura. 

“Mientras el personal del turno tarde estaba realizando un servicio de sepultura, personas desconocidas intentaron robar el reloj que marcaba el ingreso y egreso del personal y como no pudieron sacarlo de la pared lo rompieron”, contó el secretario de Ambiente y Obras Públicas de la comuna, Maximiliano Zenobi, en ese momento.

En el caso del cementerio ubicado en Santa Rosa, el malestar de los vecinos se hizo visible a través de las redes sociales donde algunos usuarios replicaron fotos de las tumbas y bóvedas profanadas. Los denunciantes reclamaron una intervención inmediata por parte del municipio y esperan mayores medidas de seguridad en el predio.

El denominador común de los familiares que tienen a sus seres queridos enterrados en esos espacios es el reclamo por más medidas de seguridad que garanticen el cuidado de las tumbas y mausoleos que se encuentran dispuestos en los cementerios. "Es responsabilidad de los municipios garantizar condiciones mínimas de seguridad para la protección de las tumbas y nichos de los cementerios, como así también de los vecinos y vecinas que concurrimos a estos espacios”, dijo una mujer que visitaba la tumba de su esposo.

Algunos empleados municipales que se desempeñan en estos espacios no quisieron ser identificados pero coincidieron en que la situación es insostenible y ven su acción muy limitada debido a la falta de personal para cubrir los turnos y las dimensiones que deben custodiar.