Psicología

Enfermos imaginarios

Ansiedad por enfermedad. Se la conoce por hipocondría y se caracteriza por el miedo excesivo a contraer una enfermedad grave, aunque los exámenes clínicos médicos muestren que la persona no tiene nada.

Carlos Gustavo Motta
Carlos Gustavo Motta sábado, 3 de diciembre de 2022 · 06:59 hs
Enfermos imaginarios

La hipocondría se refiere a dos trastornos principalmente. El trastorno de ansiedad por enfermedad, cuando no hay síntomas o es moderada, y el trastorno somatomorfo cuando hay síntomas físicos importantes que causan estrés emocional. Quienes lo padecen se preocupan excesivamente por su salud, rodeados de remedios y concertando citas médicas buscando causas para sus enfermedades imaginarias. Algunos tienen sensaciones exageradas relacionadas con una enfermedad existente ya que existe un porcentaje de la población que tienen problemas cardíacos, gastrointestinales o neurológicos. Pero otros tienen síntomas inexplicables, convencidos y seguros que se deben a una grave enfermedad que a los médicos se les pasa por alto.

 Argán, es una persona que cree estar muy enferma. Debido a esto, siempre se encuentra rodeado de médicos y medicinas, exacerbando todos sus males.

Es el caso de Argan, el protagonista de “El enfermo imaginario” de Moliere, quien rico e hipocondríaco tiene tanto miedo a la muerte que olvida la intensidad de la vida. En el texto de Moliere, la enfermedad y el temor a la finitud operan como una ficción en sí misma y como motor propio de otras invenciones. Qué es la hipocondría sino una gran ficción que actúa como prisión para quienes la padecen? La hipocondría es común entre ciertas patologías. En las psicosis, por ejemplo, desarrollan muchas veces ideas delirantes de fondo hipocondríaco.

Hace un tiempo en un hospital público existió el caso de una mujer que decía estar embarazada desde hacía cinco años y ella continuaba sintiendo los movimientos fetales dentro de su útero. Estas perturbaciones pueden explicar el desarrollo de ciertos síntomas hipocondríacos. Pero hay otros síntomas que se aplican a todos nosotros y que resultan difícil definir. En términos generales, existen una serie de presiones que sin motivo aparente, nos tornan demasiados preocupados con nuestra propia salud. La publicidad nos recuerda en todo momento que podemos estar sufriendo de mal aliento, manchas en el rostro, “arrugas gravitacionales”, indigestión, estreñimiento, hemorroides, dolores musculares, gripe.

El trastorno por ansiedad por enfermedad puede empeorar con la edad o con
situaciones de estrés.

Luego, la correspondiente “consulta” al Dr. Google de cada día provoca que a cada instante se nos sugiere que tomemos algún medicamento para evitar que determinada enfermedad nos pueda sorprender. La sociedad responde a este tipo de avisos y es la que se encuentra predispuesta a la hipocondría de este modo generalizada ni qué decir ahora con el tema que por momentos retorna como el COVID y sus nuevas variantes. El trastorno por ansiedad por enfermedad puede empeorar con la edad o con
situaciones de estrés y se encuentra encadenado a acontecimientos importantes. Los tratamientos se centran en controlar la prevención y en técnicas para recuperar la confianza y también, por qué no, en aumentar la autoestima que eleve el nivel de tolerancia ante la incertidumbre.

Comprobado el caso de hipocondría o ansiedad por enfermedad, el profesional de la salud procurará verificar si los síntomas forman parte de alguna problemática psíquica que pueda ser aliviada con el tratamiento indicado en cada caso y quizás poder encontrar la posibilidad de actuar de modo interdisciplinario donde se hallará más rápida la solución.

* Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta.

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