Festividad religiosa

Padre Pío: del misterio de los estigmas a la vinculación con Argentina del sacerdote exorcista

Un día como hoy, pero de 1968 fallecía Francesco Forgione, más conocido como San Pío de Pietrelcina. Su vida religiosa transcurrió entre estigmas y enfrentamientos al diablo. ¿Cuál es su vínculo con nuestro país?

Santiago Alvarez Tocalli jueves, 23 de septiembre de 2021 · 00:01 hs
Padre Pío: del misterio de los estigmas a la vinculación con Argentina del sacerdote exorcista
Padre Pío Su nombre de nacimiento es Francesco Forgione

Francesco Forgione nació en 1887 en Pietrelcina, una ciudad italiana, en el seno de una familia trabajadora y creyente, lo que lo llevó a introducirse en el mundo de la religión desde una temprana edad. Su nombre fue elegido por su madre en honor a San Francisco de Asís. De niño empezó a tener encuentros extraordinarios con la Virgen María, el Sagrado Corazón y con demonios. Vecinos de su infancia aseguraron haberlo visto luchar contra “su propia sombra”.

Con solo 8 años comenzó su carrera religiosa junto a los frailes capuchinos, una rama de los franciscanos. Dentro de la Orden adoptó en nombre de Pío y se consagró como sacerdote en el año 1910. Grazio Forgione, su padre, tuvo que emigrar a la Argentina para poder costear la educación de su hijo. Vivió en nuestro país entre 1910 y 1917. 

El Padre Pío falleció el 23 de septiembre de 1968, con 81 años. En noviembre del año siguiente comenzaron los preliminares para su beatificación. El 18 de diciembre de 1997 Juan Pablo II lo declaró venerable, el 2 de mayo del año próximo o beatificó y finalmente el 16 de junio de 2002 lo canonizó. La fiesta de su santo se celebra cada 23 de septiembre y moviliza a miles de fieles en todo el mundo. 

Pío de Pietrelcina y los estigmas de Cristo 

Durante 50 años, el Padre Pío de Pietrelcina sufrió en su propia carne los estigmas de la pasión de Cristo. Desde 1918 hasta unos días antes de su fallecimiento distintas lastimaduras similares a las de Jesús en la cruz aparecieron en su cuerpo. La noticia se difundió rápidamente y los creyentes comenzaron a asistir en masa a sus misas, a solicitar confesiones con él y a venerar sus lastimaduras.

La situación del padre Pío de Pietrelcina puso en alerta a la Iglesia, ya que muchos desconfiaban de la veracidad de los estigmas. Raffaello Rossi fue un obispo encomendado en 1921 a realizar las investigaciones pertinentes sobre el caso. En el informe entregado al Santo Oficio, luego de ocho días de investigación con interrogatorio a testigos, sentenció: “Lo que me parece que se puede afirmar hoy, recapitulando, es que los estigmas en cuestión y examen no son ni obra del demonio ni un grosero engaño, un fraude, el arte de un malicioso o un malvado. Y esto, si no estoy equivocado, puede ser hoy suficiente para tranquilizar a la Suprema Autoridad eclesiástica ante el caso del padre Pío de Pietrelcina. Querría añadir que sus «estigmas» no me parecen tampoco un producto morboso de sugestión externa.”

En sus últimos años de vida, y sin explicación médica, las lastimaduras que presento por tantos años comenzaron a cicatrizar hasta el punto de no dejar rastros de su existencia. El 20 de septiembre de 1968, con el motivo de la celebración de los 50 años de la presentación de sus estigmas, el padre Pío de Pietrelcina celebró una misa multitudinaria. Tres días después falleció.

Los estigmas presentes en las manos del Padre Pío.

Enfrentamientos del Padre Pío con el diablo

Algunos aseguran que la relación del padre Pío de Pietrelcina con el diablo se remonta a su niñez. El mismo declaró en reiteradas oportunidades que tenía un vínculo periódico con Satanás y que luchaba constantemente por proteger a los religiosos de sus males.

Realizó numerosos exorcismos bajo la misma metodología que Jesús lo hacía, que consistía en tomar al poseído y con voz firme decir “¡Cállate!, ¡Basta!, ¡Márchate!” y así lograba traerle paz. El padre Tarcisio da Cervinara, que practicó exorcismos a su lado, afirmó que en una ocasión el diablo declaró “Pío, nos moletas más que San Miguel”, santo vinculado a las batallas contra los demonios.

Según contaba el padre Pío, los momentos más difíciles para enfrentar al diablo fueron cuando se presentaba en forma de sus superiores, ya sea un miembro de la iglesia o la Virgen María.

Un sentido vínculo del padre Pío con Argentina

La trayectoria del padre Pío de Pietrelcina tiene una unión con Argentina desde el momento en que su padre vino a estas tierras para poder financiar los estudios religiosos de su hijo, quien luego se convertiría en santo.

La devoción por San Pío en nuestro país es muy importante. Muestra de ello es que la primera iglesia construida en su honor fuera de Italia se encuentra en Mar del Plata. Su construcción comenzó mientras el padre Pío aun vivía y fue impulsada por un ingeniero cuya esposa fue sanada de una enfermedad luego de la intercesión del santo italiano.

Iglesia en honor al santo, ubicada en Mar del Plata.

Con motivo de la fiesta del santo se exhibirá en Roma una reliquia del padre Pío. Hace unos años, en 2018, -en el marco del 50° aniversario de su muerte del santo y al cumplirse 100 años de la aparición de los estigmas- una reliquia del corazón del santo, que permanece incorrupta, visitó Argentina para que los devotos pudieran orar frente a ella. Fue expuesta en la Catedral de Buenos Aires, en la Basílica de Luján, en el Santuario de Nuestra Señora de Pompeya, en la Basílica de la Piedad y en el Hospital Garrahan. 

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