Estrategias

¡Me quedé sin trabajo! Y ahora… ¿qué hago?

La expresión depende de muchas variables particulares y coyunturales. El objetivo de la nota es averiguar sobre su impacto psíquico y por lo tanto ver una propuesta: cómo salir de la angustia que genera transitar esta situación que se vive como derrumbe subjetivo.

Carlos Gustavo Motta viernes, 20 de agosto de 2021 · 16:34 hs
¡Me quedé sin trabajo! Y ahora… ¿qué hago?
¿Cómo superar las emociones que genera perder el trabajo? Foto: Pexels

Trabajar proviene del latín tripalium, invento de tortura similar a una cruz de tres palos a los que se ataba a un condenado para arrojarlo al fuego. Por eso, en su sentido más antiguo, el verbo trabajar se usaba en el idioma español, con el significado de sufrir y padecer, solidario a la sentencia bíblica: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”. En cambio, la palabra labor es del español antiguo y se refiere a cualquier tipo de trabajo, pero a partir del siglo XVI se ajustó su significado a las tareas del campo. De allí se deriva laborare, de labrar, restringido a las tareas del campo, y de su herencia italiana laburar o laburo, que se emplea de modo cotidiano en Argentina y Uruguay.

Trabajo no es igual a "ocupación". A menudo se piensa que un trabajo equivale a empleo remunerado, como implica la idea de estar “sin trabajo”. El trabajo no remunerado es preponderante en la vida de todos y podemos definirlo como la ejecución de tareas que suponen un gesto de esfuerzo psico físico que tiene como objetivo la producción de bienes y servicios para atender necesidades. Una ocupación o empleo es el trabajo que se realiza a cambio de una paga regular. De acuerdo al INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) en 2020 la tasa de desocupación en Argentina fue del 11% y alcanzó a 1,4 millones de
personas. Actualmente hay menos empleo que en prepandemia.

Sólo en el sector gastronómico (uno de los más perjudicados) hay 150.000 personas desocupadas en CABA. Cuando se pierde una ocupación por el motivo que sea, la precarización del empleo impacta a la persona y se somete a condiciones laborales no convenientes acuciado por la necesidad. El impacto del que hago referencia deriva en problemas de ansiedad, molestias corporales desde contracturas musculares hasta inconvenientes gastrointestinales; desánimo; insomnio; desesperación; depresión. Un porcentaje de las consultas recibidas este año 2021 por desocupados, padecieron agotamiento emocional; ansiedad y enojo; disminución del desempeño en el área psicosexual. La falta de ocupación, en el caso de estar en pareja, genera distancia emocional entre convivientes. Los pensamientos negativos relacionados con la falta de ingresos impacta directamente a la autoestima desestimando cualquier propuesta de acompañamiento necesario para afrontar esta situación de adversidad.

¿Qué hacer ante la pérdida del trabajo?

Primero: calma. Los impulsos siempre nublan la serenidad de una decisión posible. Estrategia, táctica y política están en relación a la guerra y al amor…también a la falta de trabajo. Sin una búsqueda constante que refleje lo que sabemos hacer (estrategia) una acción posible que combine diferentes niveles de búsqueda (táctica) y un acuerdo de ayuda solicitada a otros (política) es poco probable que salgamos rápido de cualquier situación inmerecida.

Segundo: la crisis de la ocupación perdida de modo personal no expresa la actual crisis de empleo en una sociedad. En esta crisis generalizada existe el desempleo masivo, la precariedad laboral, la falta de reconocimiento de la empresa al esfuerzo del trabajador, la eterna disputa si es necesaria la intervención del Mercado o la intervención del Estado. Datos que es necesario conocer.

El impacto de perder el trabajo varía por múltiples factores que tienen que ver no sólo con el individuo sino también con el contexto.

Tercero: los consejos están para no seguirlos. A cada uno, cuando le llega este sinsabor de quedarse sin ocupación alguna, sin el ingreso del dinero que cubre nuestros costos fijos, recibe la noticia sin que haya un standard en la conducta que sigue. Las variables que mencioné se reflejan a lo largo de las reacciones que cada uno tiene frente a la falta de trabajo o de la pérdida de una ocupación que tiene. Es caso por caso.

Sin embargo, encerrarse o aislarse nunca genera solución alguna. El problema es el problema. Esta sentencia defiende que hay que evitar insistir en las soluciones ensayadas y que nos llevan al fracaso. Si lo que uno hace para solucionar el problema con una ocupación que siempre nos encuentra con el mismo resultado (en este caso, la desocupación) hay que cambiar hasta lograr
el resultado deseado. Insistir en las soluciones que no han tenido éxito se convierten en el verdadero problema.

Una escena de una gran película de Kiarostami, El sabor de las cerezas (1997) enfoca algo de lo escrito: “Un hombre va al médico y le dice: 'Doctor, me duele todo. Cuando me toco la cabeza me duele. Cuando me toco aquí el estómago, lo mismo. Cuando me toco la rodilla, me duele. Cuando me toco el pie, me duele. ¿Qué debo hacer? ¿Cómo puedo aliviar el dolor? El médico le
examina y le dice: Su cuerpo está muy bien…pero tiene el dedo roto”.

Los malos momentos pasan. La falta de ocupación también. Despejemos toda la información recibida para encontrar pronto una solución. Las soluciones al principio son sólo medios y no un fin en sí mismas, pero siempre, siempre, se encuentran.

Para tener en cuenta en Argentina

La Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) tiene algunos planes para que las personas sin trabajo puedan contar con un incentivo antes de encontrar otro trabajo. El principal programa es el Fondo de Desempleo para trabajadores en relación de dependencia, aunque también hay otros para las personas que no tienen trabajo e hijos como la Asignación Universal por Hijo o para los que se están capacitando como Hacemos Futuro. Anses también tiene un programa para que las personas independientes puedan acceder a aportes y una obra social por un bajo costo a través del Monotributo Social.

El fondo de desempleo le corresponde a los trabajadores en relación de dependencia despedidos sin justa causa. A través de esta prestación, pueden acceder a un cobro mensual y conservar su obra social y las asignaciones familiares. Estos trabajadores en relación de dependencia tienen que haber estado comprendidos en la Ley de Contrato de Trabajo N° 24.013. A parte de haber sido despedido sin causa, hay otros requisitos para recibir la prestación.

 

*Carlos Gustavo Motta es psicoanalista y cineasta

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