Carne porcina

Acuerdo porcino con China: el impacto ambiental, sanitario y económico del convenio

China quiere producir en el país 9 millones de toneladas de carne porcina. Cancillería afirma que la negociación no está cerrada. Investigadores del Conicet advierten que no se estudiaron con seriedad las consecuencias del acuerdo

Candelaria Reinoso viernes, 23 de julio de 2021 · 20:56 hs
Acuerdo porcino con China: el impacto ambiental, sanitario y económico del convenio

A principios de la semana pasada, el periodista Martín Dinatale publicó una nota en El Cronista que confirmaba el cierre del acuerdo entre China y la Argentina, negociación iniciada el año pasado, donde se buscaba traer al país inversiones chinas para producir 9 millones de toneladas de carne porcina.

Sin embargo, horas después Cancillería publicó un tweet desmintiendo que el acuerdo se hubiese cerrado. La mañana siguiente Dinatale respondió a Cancillería con otro tweet ratificando el contenido de su nota y, por lo tanto, confirmando que el acuerdo está cerrado. 

El avance del mismo generó revuelo en las redes y muchos salieron a protestar con el hashtag #noalacruedroporcinoconchina, debido al gran impacto ambiental que podría implicar la creación de mega factorías de cerdos en el país, entre ellos la posibilidad de convertirnos en el foco de una nueva pandemia. Entre estas idas y vueltas, MDZ se comunicó con varios especialistas que dejan en claro su postura en contra y a favor del acuerdo. 

Cuestión de salud: el riesgo de una nueva pandemia

Por un lado, hay una preocupación por la defecación masiva de los cerdos. “Los excrementos de los cerdos no se depuran, sino que van a piletones que pueden filtrar y contaminar el agua potable”, explica Martin Vainstein, politólogo con formación en activismo y coordinador nacional de Climate Save Argentina, movimiento social parte de una red internacional.

Por otro lado, hay quienes temen que el acuerdo porcino con China sea origen de nuevas enfermedades. El año pasado la revista científica PNAS publicó sobre el potencial pandémico de una nueva cepa, la Gripe Porcina, G4 EA H1N1. Según los científicos, tienen todas las características esenciales de un virus pandémico candidato. “Existe un riesgo que virus de animales infecten a los humanos, es lo que nosotros llamamos virus zoonóticos” explica la doctora Débora Marcone, bioquímica especializada en virología. “No solo deben tener la capacidad de infectar a los humanos en eventos únicos, sino también que ese virus sea capaz de transmitirse entre distintos individuos y causar de este modo brotes”. Las granjas son donde se produce la mayor interacción entre humanos y animales que, de portar virus con estas características, pueden llevar a epidemias o incluso pandemias. “La variante viral de influenza porcina G4 EA H1N1, que se transformó en la más prevalente en los últimos años en la región, tiene la capacidad de interactuar con el mismo receptor que los virus influenza humanos”, agrega la especialista.

Encontraron que un 10% de los individuos que trabajaba en las granjas de cría porcina tenían anticuerpos para este virus influenza G4, lo que sugiere que esas personas estuvieron en contacto con el virus, se infectaron y montaron una respuesta inmune específica contra de él. “Aún no encontraron que este virus tenga la capacidad de trasmitirse entre humanos”, aclara Marcone. “Si estas grandes granjas se instalan y se trabaja cumpliendo los requisitos necesarios que promueven los entes reguladores como SENASA, se podrá actuar de manera rápida ante brotes en porcinos o ante un posible caso en humanos de esta cepa viral y así evitar la generación de un virus que adquiera la capacidad de transmitirse entre los humanos y producir una pandemia”.

La bioquímica hace hincapié en la vigilancia epidemiológica viral, como se hace hoy en día para Covid, y el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias que requieren para su funcionamiento las granjas de esta industria ganadera. “El cumplimiento de estas medidas y de la vigilancia son fundamentales para evitar cualquier situación que ponga en peligro la salud humana” concluye Marcone.

Dos años atrás, China sufrió un fuerte brote de Peste Porcina Africana (PPA) y perdió gran parte de su producción de cerdos. Para erradicar la gripe y garantizar a su población el consumo de esa carne, China autorizó muchas de sus empresas a invertir en otros territorios.

En los criaderos industriales, los animales son sometidos a aplicaciones de una cantidad de antibióticos y antivirales para prevenir las enfermedades y engordarlos rápidamente. Por ende, estos centros industriales se convierten en un caldo de cultivo de virus y bacterias resistentes", explica Guillermo Folguera, biólogo y filósofo investigador del CONICET.

Del lado de los que impulsa el proyecto, Cancillería afirma que el acuerdo permitiría generar trabajo genuino fuera de los grandes centros urbanos del país, afectados por mayores índices de desempleo. “Somos productores de maíz y soja y terminamos exportando para que otros le agreguen valor. Transformarlo en carne de cerdo sería generar trabajo y valor agregado local y regional” comenta Juan Luis Uccelli, consultor del sector porcino.

La densidad de cerdos por km2 es muy baja en Argentina, podríamos duplicarla y aún estar por debajo de los valores de Europa, Brasil y China. Tenemos el costo de producción más bajo del mundo para hacer 1 kilo de cerdo”, asegura el experto y agrega que China colaboraría con la financiación ya que Argentina no tiene forma de hacerlo. “Ya produciendo podríamos generar 900.000 toneladas de carne porcina para exportar y una facturación cercana a los U$D2.000 millones anuales” menciona Uccelli.

Impacto ambiental: granjas inteligentes vs mega factorías

Con respecto al brote de nuevas enfermedades, afirma que “tenemos un país libre de enfermedades porcinas, quizás el más libre del mundo, lo que nos permite ser aún más eficientes en producción”. Y, en relación a los cuestionamientos por el impacto ambiental agrega: “Haremos granjas inteligentes distribuidas en una región y no concentradas en un solo campo. Toda inversión se hará dentro de las normativas nacionales, cuidando el medioambiente, sin desforestar, utilizando responsablemente el agua, reutilizando los excrementos para producción de energía o como fertilizantes orgánicos”.

Propone además la generación de granjas inteligentes y no mega-factorías.Las mega granjas han fracasado en gran parte de los principales países productores y hay casos, muy cerca de nosotros, que se construyeron y nunca se llegaron a poblar, por los problemas que podían ocasionar”. Estas serían las llamadas granjas S+S+S: Seguras, Sostenibles y Sustentables. “El acuerdo no habla de eso, pero nadie hará algo distinto, porque los primeros que los denunciaremos seremos los propios productores locales”.

En contra de la realización del proyecto, Folguera declara que “por más que te prometen regulación, todas las experiencias latinoamericanas han sido terribles. Así paso con la mega-minería”, recuerda el biólogo, cuando la corporación canadiense Barrick Gold fue responsable de un derrame de cianuro que llevó a una emergencia sanitaria a tres poblados de San Juan en el año 2015 y otro en 2017. 

No es un error comunicacional, es una estrategia”, declara el investigador con respecto al manejo de la información por parte del gobierno. “Se trata de un tema tan pesado ¿y cancillería se comunica por Twitter? De un organismo estatal se espera una comunicación más formal, tendría que aclarar qué parte del artículo de Dinatale no es correcto y cuál sí. El acuerdo ha despertado tanta resistencia, al igual que el año pasado, que se tienen que manejar en la oscuridad”, dice Folguera


Los ambientalistas insisten, además de la concentración de enfermedades, con una suma de presión sobre la deforestación. “Los cerdos se alimentan de soja, maíz y otros cultivos, y se buscan lugares locales para la producción de estos alimentos”, explica el investigador del CONISET. “Es un acuerdo que busca garantizar ciertos requerimientos de China, pero no se sostiene en el tiempo. Además, salimos perdiendo en términos económicos: ¿Qué pasa con los pequeños productores de cerdos? ¿Qué pasa con otras formas productivas como el turismo, la apicultura o la agroecología? Se habla de dólares, pero no se está tomando ninguna consideración de lo que significa en términos económicos" sostiene Folguera.

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