"No a las salmoneras en el canal de Beagle", es el lema con el cual una gran cantidad de grupos ambientalistas busca frenar la actividad en Tierra del Fuego. Hoy se define si se prohíben por ley los criaderos de salmones en esta zona, se aprobarse tendría gran impacto mundial.

La Legislatura de Ushuaia, Tierra del Fuego, este miércoles podrá tomar la decisión de convertir en ley o no el proyecto que rechaza la instalación de criaderos de salmón en el Canal de Beagle, frente a las costas de Tierra del Fuego. Desde 2018, en Argentina existe un acuerdo con Noruega para instalar esta industria en aguas fueguinas.

La salmonicultura es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales. En este tipo de producción, los salmones engordan en “jaulas de redes abiertas o flotantes” ubicadas normalmente en bahías y fiordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega a finales de 1960.

Esta industria genera impactos irreversibles en las zonas en las cuales se instala, no solo por cómo afecta a los ecosistemas marinos, sino también por sus consecuencias en las comunidades locales, el riesgo sanitario global y el impacto directo en otros ecosistemas.

Sobre el proyecto de ley

En caso de convertirse en ley, Argentina será la primera nación que se pronuncie en contra de ese tipo de proceso de producción industrial que atenta contra el medioambiente y el ecosistema natural.

El proyecto de ley, que consta de siete artículos, fue presentado el 20 de marzo de 2019 por la actual vicegobernadora, que en su momento era legisladora, Mónica Urquiza, y el legislador Pablo Villegas (Movimiento Popular Fueguino) y llega a la sesión con dictamen favorable de la Comisión de Recursos Naturales, logrado el pasado 24 de junio.

Tras el último dictamen favorable, el legislador Villegas destacó en diálogo con los medios fueguinos “el compromiso de los vecinos de la ciudad, activistas de distintas organizaciones ambientales, los legisladores provinciales que entendieron el impacto negativo de esta actividad”.

El impacto ambiental de las salmoneras

El camino legislativo de este proyecto se inició luego de que se conociera la suscripción de un convenio entre el Gobierno de Tierra del Fuego y Noruega a fin de estudiar la factibilidad de la explotación de la cría de salmónidos a escala industrial en la zona del Canal Beagle. Esto causó el rechazo inmediato de distintos grupos ambientalistas locales, vecinos y sumó a chefs de todo el país a través de una campaña para visibilizar la amenaza que implicaría avanzar con ese acuerdo.

Las alarmas se encendieron aún más tras conocerse hace pocas semanas que en las aguas del Fiordo de Comau, al sur de Chile, más de 5 mil toneladas de salmones aparecieron muertos. Esta catástrofe ambiental remarcó la necesidad de proteger el entorno marino fueguino.

Las aguas de Tierra del Fuego concentran el 50% de los bosques de macroalgas que existen en Argentina, uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y hogar de una gran cantidad de fauna asociada. El Canal de Beagle es un refugio para todas las especies que lo visitan o viven allí, como ballenas jorobadas, delfines australes, lobos marinos de un pelo y dos pelos y distintas aves marinas.

Que se apruebe esta ley significa evitar mortandades masivas, blooms de algas nocivas (como en Chile), la introducción de especies exóticas, la alteración del ecosistema y la pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas” y el enmallamiento de mamíferos marinos.

Desde la Fundación Rewilding expresaron: “En Argentina, Tierra del Fuego cuenta con la oportunidad única de ser el primer lugar del mundo en decirle no a las salmoneras antes de que se instalen, con el objetivo de preservar la industria del turismo y todos los empleos que esta genera, preservar la cultura e identidad del territorio y conservar los paisajes y naturaleza única de la provincia”.

“Frente a la crisis ambiental que estamos viviendo, urge repensar el tipo de desarrollo económico que potenciamos como provincia. Si seguirá siendo un modelo que deprede los pocos ecosistemas prístinos que quedan o si avanzaremos hacia un sistema donde todas las comunidades de vida podamos convivir en armonía y beneficiarnos mutuamente", sostienen desde Rewilding Argentina y agregan: "Un modelo que se apoye en las fortalezas de la provincia (sus paisajes, territorio) y logre construir un presente próspero para todos sin hipotecar el futuro de las generaciones venideras”.

Siguiendo esta línea desde la fundación ambientalista afirman que para lograrlo “hace falta construir una visión a largo plazo entre todos, una idea en común que permita sentar las bases para la construcción de esta visión”.