Pandemia

Por el aislamiento, bajó un 60% la contaminación del aire en Mendoza

La pandemia de coronavirus redujo dramáticamente la contaminación por actividad humana y las ciudades argentinas no son ajenas a ese fenómeno. Según la CONAE, las emisiones del principal gas contaminante en el Gran Mendoza cayeron hasta un 60% en las tres primeras semanas de cuarentena. Los motivos.

Nicolás Munilla
Nicolás Munilla miércoles, 15 de abril de 2020 · 06:52 hs
Por el aislamiento, bajó un 60% la contaminación del aire en Mendoza
Foto: ALF PONCE / MDZ

La pandemia del coronavirus SARS-Cov-2 provocó como efecto colateral la drástica disminución de la contaminación ambiental en todo el mundo, debido a que las medidas de aislamiento social que rigen en la mayoría de los países causaron una súbita paralización de gran parte de las actividades humanas, principalmente en el tránsito vehicular y aéreo, en la producción de combustibles y en las industrias manufactureras. Este escenario se replica en las principales ciudades de la Argentina, incluyendo en Mendoza donde las emisiones de gases contaminantes cayeron hasta un 60% desde el inicio de la cuarentena,

A partir de los datos recolectados por el satélite Sentinel-5p que opera para la Agencia Nacional Europea (AEE), la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) elaboró una serie de mapas de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Rosario y San Miguel de Tucumán que muestran los niveles de contaminación promedio durante las tres semanas anteriores al inicio del aislamiento social y obligatorio (20 de marzo), por un lado, y las tres semanas posteriores (hasta el 10 de abril), tomando como base las mediciones del dióxido de nitrógeno (NO₂) presente en la atmósfera de esos centros urbanos.

Según explicó la CONAE, el NO₂ es una de las especies gaseosas elegidas para monitorear la calidad del aire, debido a que su abundancia está muy relacionada al tránsito vehicular y aéreo, como también a la actividad de algunas industrias. También recordó que el dióxido de nitrógeno tiene efectos nocivos en la salud humana y, además, participa en la formación de otros contaminantes atmosféricos como el ozono troposférico.

En el informe, María Fernanda García Ferreyra, experta en temas de calidad de aire de la Unidad de Emergencias y Alertas Tempranas de la gerencia de Vinculación Tecnológica de la CONAE, señaló que "es notable ver cómo en otros conglomerados urbanos de la Argentina (Córdoba, Rosario, Mendoza y San Miguel de Tucumán) se observan valores de magnitud similar para el momento previo al Aislamiento, pero cuando se los compara con los registrados sobre el área metropolitana de Buenos Aires y Conurbano bonaerense, resultan entre 5 y 6 veces más bajos".

Para el caso del Gran Mendoza, los mapas advierten que las emisiones de NO₂ a la atmósfera disminuyeron en el orden del 60% en solo tres semanas, especialmente en las zonas más densamente pobladas y las vinculadas a las industrias petroquímica y cementera, al oeste y suroeste del casco urbano. Enrique Puliafito, investigador de CONICET y director del Grupo de Estudios de la Atmósfera y el Ambiente (GEAA) de la Facultad Regional Mendoza - Universidad Tecnológica Nacional (FRM - UTN), detalló que en Mendoza "esta baja importante se explica por dos razones: la reducción del tránsito de vehículos, lo que es común a todas las ciudades, y la merma en la actividad industrial, especialmente en la refinería de Luján de Cuyo".

En ese sentido, remarcó que "si anteriormente en un sector habían niveles de 25 m₂ de NO₂, ahora pasaron a 11 m₂ o menos, al igual que el material particulado fino (PM2.5) que pasó de 15 a 8 m₂", lo cual "refuerza lo que venimos diciendo desde hace mucho tiempo: que las emisiones de vehículos son las más importantes fuentes de contaminación ambiental en las ciudades".

"Si seguimos con otra semana de aislamiento, es probable que la contaminación medida por acumulación de dióxido de nitrógeno se reduzca un 75% desde el 20 de marzo" resaltó en diálogo con MDZ.

Respecto a los beneficios de esta reducción de las emisiones gaseosas a la atmósfera, además de contribuir a la mejora del efecto invernadero, Puliafito indicó que "una de las hipótesis que manejamos los investigadores es si el material particulado fino (PM2.5), que puede entrar a los pulmones y afectar la capacidad respiratoria, también puede ser un agente de propagación del virus", y si bien manifestó que "no estamos seguros de ese escenario y aún se está estudiando en todo el mundo.", es posible que su disminución en el ambiente contribuya a mejorar la calidad sanitaria de las ciudades.

"Lo que sí se conoce gracias a un estudio reciente de la Universidad Harvard es que los sitios donde hay niveles muy altos de PM2.5 han tenido más incidencia de contagios y afecciones, dado que una atmósfera contaminada afecta a los pulmones y la respiración, por lo que puede provocar una afección más grave de coronavirus en los pacientes. Por ello, si baja el nivel de material particulado en la atmósfera, la gente estará con menos carga de contaminantes y mejorará su salud respiratoria", resumió.

Para Puliafito, esta situación demuestra que "la única forma de reducir tanto los gases de efecto invernadero como la contaminación ambiental es bajando la actividad y el consumo, lo que estamos viendo claramente en este momento difícil para todos, aunque el gran problema es que es muy difícil hacerlo en condiciones normales".

Por último, el científico manifestó que "todos estamos sorprendidos que la reducción haya sido rápida y en gran cantidad, lo cual es positivo porque nos da el tiempo de carga de contaminación".

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