Vacunas y efectos secundarios: ¿qué se sabe hasta ahora?
La reciente autorización que recibieron los distintos fármacos generan dudas acerca de posibles reacciones adversas. Entrá en la nota y entérate de toda la información que hay hasta el momento.
Desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, la enfermedad ya infectó a casi 80 millones de personas y mató a más de 1,7 millones en el mundo. Es por eso que distintos países de mundo comenzaron a aplicar las primeras vacunas, poniendo prioridad en los grupos de riesgo.
Muchos de los fármacos ya fueron aprobados por las entidades regulatorias médicas del mundo, como es el caso de los creados por Pfizar-BioNTech o el de Moderna. Otros, como la vacuna rusa Sputnik V o las chinas Sinopharm o CanSino, están siendo aplicadas sin que se hayan publicado todos los ensayos clínicos de revisión. En este momento, se espera la aprobación en Reino Unido de la AZD 1222, creada por la Universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca, que se produce también en Argentina.
La expectativa creada por la aplicación de estas vacunas generó un monitoreo de los posibles efectos secundarios que podrían generarse cuando se inoculen masivamente.
La Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos publicó un informe sobre los posibles efectos que podrían darse según la vacuna que se administre.
“Sabemos más sobre los efectos secundarios después de la vacunación con las vacunas de ARN mensajero (o ARNm) de Pfizer y Moderna, en donde el más común es dolor en el lugar de la inyección. Otros incluyen fatiga, dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos, dolor en las articulaciones y posiblemente algo de fiebre”, explicó el doctor William Moss, de dicha universidad, e indicó que estos efectos pueden durar de 24 a 48 horas y son más frecuentes después de la segunda dosis.
“Estos efectos secundarios son típicos de la inflamación inducida por las vacunas y son un signo de la respuesta inmunitaria del cuerpo a la vacuna. Algunas vacunas son más reactogénicas, término que se usa para describir este tipo de efectos secundarios, y algunas personas tienen reacciones más graves que otras. Los efectos secundarios de las vacunas covid-19 son similares a los que se observan después de la vacuna contra el herpes zóster”, agregó y comentó que se dan con menor frecuencia en adultos mayores de 55 años.
Por otro lado, confirmó que una persona puede contraer la enfermedad entre dosis, “por eso es importante seguir usando tapaboca, practicar el distanciamiento social y lavarse las manos. La primera dosis no proporcionará una protección completa, y pasarán aproximadamente siete días después de la segunda dosis antes de que logre un nivel protector completo de inmunidad que se desarrolla en aproximadamente el 95% de los receptores de la vacuna. Si se está expuesto al SARS-CoV-2 antes de este tiempo, es posible que desarrolle covid-19. Incluso una vez que haya recibido ambas dosis de la vacuna, seguirá siendo importante seguir practicando estrategias de mitigación de salud pública como máscaras y distanciamiento hasta que la pandemia esté bajo control y sepamos más sobre cómo las vacunas previenen la transmisión”.
Tanto las vacunas de Pfizer como la de Moderna publicaron datos esta semana por lo que son consideradas seguras. Con respecto a la de Pfizer-BioNTech, la información disponible muestra que el fármaco provoca efectos secundarios clásicos: el 80% de los vacunados tuvieron dolor en lugar donde fueron inyectados, fatiga, dolor de cabeza y rigidez muscular y en algunos casos de registró inflamación temporal en los ganglios. Estos efectos son más frecuentes e intensos en los jóvenes.
Al mismo tiempo, los datos de la vacuna de AstraZeneca-Oxford se publicaron en la revista médica The Lancet y muestran que se aplicó 23.000 voluntarios y es considerada segura.
El fármaco de AstraZeneca-Oxford es una vacuna con vector viral mientras que la de Pfizer-BioNTech se basa en tecnología ARN Mensajero.
En ambos casos, los efectos secundarios son pocos. Sin embargo, en el caso de la vacuna inglesa, un paciente tuvo un efecto secundario serio “posiblemente relacionado”, según The Lancet, y se trata de un caso de mielitis transversal, una afección neurológica poco común. Esto motivó la interrupción temporal del ensayo en septiembre,
“Fue una respuesta adversa post vacunal conocida”, explicó Gabriela Gutiérrez, investigadora del Conicet y directora de Inmunogenesis. “En una fase 3 se chequea la aparición de efectos adversos y la efectividad de la vacuna. Entre los posibles efectos adversos está este como conocido, que es una reacción inflamatoria, una disfunción inmunológica de la médula espinal, que puede darse a causa de una infección, por una enfermedad autoinmune o por respuesta a una vacuna”.
Gutiérrez resaltó que “hay efectos a corto y largo plazo” y sostuvo que “los efectos secundarios están normalmente relacionados al tipo de vacuna”. Esto va de la mano de si al utilizar un virus atenuado, si se basa en una proteína, o si usa un adenovector, como la de Oxford.
“En las de virus atenuado, el riesgo es que el virus se active; en las de proteína los efectos secundarios pueden estar relacionados con la eficacia, ya que al no usar virus disminuye su eficacia y también presentar efectos adversos -comentó-. En tanto en la de virus recombinante, no se conocen los efectos adversos del virus mutado, los cuales son más a largo plazo y pueden ir desde infecciones hasta efectos de tipo oncológico”.
Respecto a la vacuna Pfizer-BioNTech, el efecto secundario preocupante son los cuatro casos de parálisis de Bell, una afección facial de frecuencia temporal, pero existen dudas acerca de si fue provocada por la vacuna.
Al mismo tiempo, se registraron ocho casos de apendicitis entre los vacunas y cuatro en el grupo placebo por lo que la FDA consideró que se trata de un azar estadístico, sin relación con el fármaco.
La vacuna de Pfizer-BioNTech comenzó a aplicarse en Reino Unido y al día siguiente las autoridades informaron que dos personas tuvieron reacciones adversas, pero se confirmó que ambas tenían antecedentes de alergia a las vacunas por lo que recomendaron no aplicarse a personas que hayan tenido una “reacción alérgica importante a las vacunas, medicamentos o comida”. Al mismo tiempo Stephen Evans, profesor de fármaco-epidemiología en la London School of Hygiene & Tropical Medicine, citado por el organismo británico Science Media Centre (SMC), llamó a la población a no tener miedo ante el fármaco.
El temor mayor tiene que ver con la posibilidad de efectos secundarios posteriores por lo reciente de las vacunas. Las autoridades sanitarias mundiales anunciaron que continuarán controlando a aquellos que recibieron dosis para poder reaccionar inmediatamente de ser necesario.
Fuente: Infobae