Debate y cruces en la Iglesia mendocina por el cura que "colgó los hábitos"
El barrio de Campo Pappa, ubicado en el departamento de Godoy Cruz, quedó conmocionado en los últimos días: el padre Michael Belmont, quien revolucionó el lugar con su ayuda y su trabajo con los más necesitados -incluso tuvo contacto con el presidente Macri por este tema-, abandonó los hábitos, se enamoró de una mujer y se mudó a otra provincia.
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El padre Belmont.
Según informaron los medios locales, desde la propia capilla Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan Diego se confirmó que el joven religioso ya no estaba allí. Así, el panorama se tornó desolador para muchos habitantes de la zona, que se encontraban contenidos y en plena recuperación de sus adicciones a las drogas o de actos delictivos.
Esto en las últimas horas cambió, y muchos de los fieles han mostrado su apoyo y cariño hacia Michael tras su decisión. La sorpresa muchos la transformaron en aliento hacia Belmont, fundamentalmente expresado en redes sociales.
Horacio Day, sacerdote mendocino afincado en Roma, salió al cruce de la decisión tomada por el padre Belmont y lo criticó, considerando que lo que este ministro religioso hizo fue un "abandono". Day utilizó la red social Facebook para opinar sobre esta situación que produjo zozobra en los vecinos del Campo Pappa.

Horacio Day junto al Papa Francisco.
En su elaborado posteo, Horacio sostiene que no importan las obras sociales que se realicen, sino lo sagrado del ministerio sacerdotal, y además pide a las mujeres que no salgan a la conquista de sacerdotes. A continuación, el escrito:
Escribo estas líneas porque muchos están sorprendidos, shockeados, escandalizados, por una noticia que salió en uno de los diarios de Mendoza ayer, sobre un cura que "dejó los hábitos". Solo voy a decir esto: No se dejan los hábitos (eso es una pavada de las películas y novelas de la tarde). No se cuelgan los hábitos, tampoco me gusta aquello de dejar el ministerio. Se abandonan, si, abandonan, comunidades, personas, gente sencilla, humilde, pobre. Gente que cree en nosotros, gente que nos ha confiado su vida, su alma. Gente que tal vez somos lo único que tiene! Gente que veía y ve en el sacerdote algo más que un simple hombre. Alguien que le muestra el rostro de Dios (con nuestras propias limitaciones, que son muchas, y eso es para que se vea más claramente que el que actúa es Él). Eso tenemos que ser los curas, mostrar el camino al Cielo (por eso me gusta tanto la imagen del cura de Ars). Y no importan nuestras obras sociales, aunque sean muy meritorias, no somos asistentes sociales, somos sacerdotes de Jesucristo! Existimos solo para mostrarle el rostro de Dios Misericordioso a los hombres y mujeres del mundo. Y me animo a escribirlo acá, porque lo he dicho mil veces: "No hay nada más lindo que ser cura!!!". Es una gracia enorme el haber sido elegidos para esto! No somos dignos de esto, Él nos eligió. Es algo que supera todo! Si lo entendiésemos moriríamos, como decía el Santo Cura.
En todas las Misas que celebro (celebro diariamente) le pido al Señor que me dé la gracia de ser un cura bueno y fiel, hasta la muerte! Y que me lleve antes de abandonarlo.
Y como también he hecho más de una vez (los sanmartinianos son testigos) les pido a las mujeres: no se metan con los curas o seminaristas! Es tremendo el daño que podés hacer! Es enorme el bien que se va a dejar de hacer culpa tuya!!! No cargues con esa culpa!!!
Y no me vengan con el torpe argumento que la culpa la tiene el celibato. Acaso está bien que un marido abandone a su mujer y chicos porque ahora se "enamoró" de otra? Acaso no amamos los curas? Acaso no somos amados? Y el amor de tantísima gente de nuestras comunidades? Acaso tenemos que abandonar nuestras comunidades (que es gente concreta, rostros, nombres) para "amar y ser amados" (como una vez dijo alguien, que prefiero olvidar)? Si es así, no entendimos nada, y somos los hombres más estúpidos del mundo.
Y vos, amigo o amiga que te duele este abandono, este golpe: no bajés los brazos! Qué no flaqué tu fe en Dios, en la Iglesia, en el sacerdocio! Vamos! A no sacar los ojos de los ojos del Señor Jesús! Él nos sostiene! Esta es su obra!
Termino con una cita libre del Antiguo Testamento. Es de David, cuando muere su amigo Jonatán. Yo la modifico, y se la digo a Jesús: "Señor Jesús, tu amistad es para mí más maravillosa que el amor de todas las mujeres (2 Sam 1, 26)".