Presenta:

Un cambio de año sin sorpresas

Se aprobó el Presupuesto. Arrancan las caravanas. Conflictos reactivan precios. Propuesta impositiva bajo fuego (calor).

Un cambio de año sin sorpresas. Foto: Telam

Un cambio de año sin sorpresas. Foto: Telam

A diferencia de otros fines de año, esta vez la cuestión vino bastante más tranquila (para el campo, y para el país), hasta para el Congreso, que aprobó el Presupuesto en forma acelerada, para no perderse las Fiestas.

Incluso el clima contribuyó mucho, al menos en la zona agrícola central, donde llovió en forma bastante generalizada, pero apenas “lo justo y necesario”, mientras que los excesos se corrieron ahora hacia el centro-norte, y la Mesopotamia del país, con Corrientes-Resistencia como epicentro, con 230-190 mm, respectivamente .

Esto, sin embargo, hasta ahora no está impactando en las muy buenas producciones que se siguen consolidando, con un trigo de unos 28 millones de tn (que ya recolectó el 87% del área sembrada, igual que la cebada); un maíz por encima de los 60 millones de tn, y la soja, que va a superar los 50 millones, lo que permitiría descomprimir un tanto la ajustada situación de la industria aceitera, que viene con 40% o más de capacidad ociosa instalada en el último quinquenio.

El alerta de estos días pasa por las temperaturas extremas que pueden “quemar” las plantas nuevas, sobre todo las que no tienen humedad suficiente.

Hasta los mercados, por el momento, parecen haber abierto un impasse, y mientras se observa con detenimiento la situación bélica internacional (que puede disparar las cotizaciones), la plaza local sigue con la alteración lógica de los feriados, y mantiene la firmeza que, incluso, en algunos casos, casi permite igualar los precios internacionales.

La hacienda, mientras tanto, retomando la calma, ahora nuevamente en $ 4.000-4.500/kilo vivo promedio, tras los picos típicos de mediados de diciembre, cuando se adelantan las compras por los feriados, aguinaldos y vacaciones.

No todo es tranquilidad…

La ola de calor también cambia el ritmo de la producción o, más vale, de la cosecha, tanto para evitar el “¨sancochado” de los cultivos, como por las condiciones de humedad de los granos, con especial cuidado en la posibilidad de incendios, incluso, de la maquinaria agrícola, trabajando en condiciones de temperaturas extremas.

Sin embargo, lo que viene levantando la temperatura (más aún) es la puesta en marcha a partir del 1º de enero, de las controvertidas “caravanas electrónicas” para identificar individualmente cada vacuno, teóricamente exigidas por los importadores europeos de carne y cuyo costo, finalmente, recaerá sobre los productores (aunque al principio se decía que las compraría el Gobierno). Y, si bien se logró que los famosos “lectores” (los bastones) se ubiquen en los lugares de destino, con lo cual estarán a cargo económicamente, de los frigoríficos, feed lots, ferias, y mercados, los cuestionamientos no cesan.

“¿Porque hay que caravanear toda la hacienda, cuando solo un tonelaje reducido es el que va a Europa y el resto de los mercados no lo pide?” es uno de los planteos más escuchados, y que remite a la experiencia anterior, con los propios campos calificados como “Unión Europea”, que debían cumplir una serie de requerimientos y restricciones, pero que nunca tuvieron alguna ventaja, o diferencial de venta en los precios de la hacienda, lo que determinó que abandonaran la calificación.

“Vuelven a permitirle a la industria elegir sin esfuerzo en todo el país, encareciendo la producción, tanto para el consumo interno, como para la exportación a otros destinos”, se escucha en los foros de ganaderos.

El SENASA en silencio.

Menos furibunda, por el momento, es la discusión en el seno de Angus donde, la decisión de jurar por separado los ejemplares negros de los colorados, en el próximo Palermo, levanta polvareda desde la “pureza” de la raza, hasta las razones de la decisión que. naturalmente no se daba años atrás porque el colorado era una rareza, mientras que en la actualidad sigue expendiéndose, dados los problemas sanitarios (mosca) y de temperatura que tienen los ‘negros” en el norte del país.

Visto así, la diferencia sería solo de conveniencia y de marketing, aunque se desvirtúe aquello de los famosos “mochos negros”, que fue históricamente casi el sinónimo habitual de la raza.

Ahora Trabajo e impuestos

Salvado el tema central del Presupuesto (el primero “propio” de la era Milei), el próximo desafío pasan por la desregulación laboral y la flexibilización tributaria que ya cuentan con sendos proyectos del Ejecutivo y que deberían “ver la luz” en las Extraordinarias que se retoman a partir del 26 de enero.

Ambos temas son clave para las empresas de cualquier rubro, aunque las agropecuarias (mayoritariamente pymes) tienen algunas características diferenciales, como el caso de muchas actividades “zafreras”, muchas de las extrapampeanas (por clima o topografía), etc.

De ahí que no sorprenda que al menos, alguna de las entidades del campo, haya preparado ya un proyecto para debatir en el Congreso, sobre los puntos que más le interesan (y preocupan) al campo. Para la gente de CARBAP, que nuclear a las rurales de Buenos Aires, y La Pampa, y que preside Ignacio Kovarsky, además de las retenciones, hay puntos críticos para el campo, al menos si se pretende aumentar la producción, el ingreso de divisas por exportaciones, y aumentar la mano de obra ocupada.

Según el anteproyecto tributario considera, desde un cronograma de reducción de los impuestos a la exportación pendientes, hasta la amortización acelerada -y simplificada- tanto de maquinaria, como de inversiones en mejoras (construcción de galpones, mangas, silos, tambos, etc.) y hay que pagar impuesto a las Ganancias por esas cosas.

Por el lado de los fertilizantes, podría haber alguna forma de doble afectación, por la que se pagaría Ganancias al año siguiente, pero tendría una respuesta automática en la aplicación de este insumo.

También aparece el IVA, ya que el campo paga el 21%, pero cobra el 10,5%, y las devoluciones se atrasan por lo que deberían ser de “libre disponibilidad”. para evitar la pérdida financiera que generan. El mismo sistema se podría aplicar a la producción de novillos pesados (algo similar ya existía en los ´60), interesante para incrementar la cantidad de carne producida ante la presión de la exportación.

Según el Tesorero de la entidad, Carlos Bilbao, uno de los redactores del proyecto, hay muchas expectativas favorables respecto a que el gobierno ahora pueda sacar estas leyes a partir de la nueva composición del Congreso.