Sesiones extraordinarias: el Gobierno acelera comisiones y choca con su propio calendario
El oficialismo intenta llevar al recinto el Presupuesto y la ley de Inocencia Fiscal, mientras el Senado se prepara para un diciembre de fricciones.
El Gobierno acelera el tratamiento de las reformas en el Congreso. Foto: Presidencia
El período de sesiones extraordinarias quedó inaugurado el 10 de diciembre, pero la primera semana transcurrió entre especulaciones y demoras que expusieron, más que la urgencia del Gobierno, la fragilidad operativa con la que La Libertad Avanza administra su agenda legislativa.
El proyecto de Modernización Laboral, finalmente presentado el jueves 11, monopolizó la conversación pública, aunque no consiguió activar en paralelo la maquinaria parlamentaria, como muchos suponían que ocurriría en esos días iniciales de extraordinarias.
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El calendario del Gobierno
El calendario que imaginaba el oficialismo lucía, en el papel, eficiente, montar de inmediato las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y de Legislación Penal, para encaminar el Presupuesto 2026 y la ley de Inocencia Fiscal. Se hablaba incluso de llevar dictámenes al recinto entre martes y miércoles, para que el Senado iniciara el debate antes del jueves. Pero, como ocurre a menudo con los trazos gruesos del mileísmo, la ejecución no acompañó la intención. No se avanzó con el Presupuesto y tampoco prosperó el intento de cumplir el deseo de Patricia Bullrich, que en modo “topadora” insinuó dictaminar la reforma laboral el mismo día de su presentación.
Todo quedará concentrado en esta semana, con dos reuniones clave este lunes, donde a las 16 se constituirá Legislación Penal, que seguirá bajo la órbita de Laura Rodríguez Machado; y a las 17, Presupuesto y Hacienda, nuevamente presidida por Alberto “Bertie” Benegas Lynch.
Ambas comisiones iniciarán un trámite acelerado que debería conducir, el martes, a la firma del dictamen del Presupuesto y de la ley de Inocencia Fiscal. Resta aún que ingrese el proyecto de “Compromiso Nacional para la Estabilidad Fiscal y Monetaria”, una iniciativa que obligaría a que cada ley o nuevo gasto público cuente con financiamiento explícito. Su sola formulación anticipa controversias mayores.
La intención oficial es llevar todos los dictámenes al recinto el miércoles 17 y completar el paquete el jueves 18, aunque también se evalúa una sesión maratónica en un único día. Para el oficialismo, la meta no es menor: cerrar el año con la media sanción del Presupuesto y despejar el camino de los diputados, que quedarían liberados hasta enero. La monotonía con la que se menciona ese alivio revela un dato político más profundo: el Congreso vuelve a calibrarse bajo una lógica de supervivencia temporal, no de planificación institucional.
El laberinto en el Senado
El Senado, por su parte, entra en una fase de ordenamiento propia. Este martes 16, a las 11, los jefes de bloque se reunirán en el Salón Gris para diagramar un cronograma que deberá convivir con los feriados de fin de año. Allí se resolverá la integración de las comisiones que tratarán los textos enviados por Diputados. Presupuesto y Hacienda, y Trabajo y Previsión Social deberán constituirse para abordar la reforma laboral, cuyo contenido impositivo ya generó una reacción opositora que anticipa un posible debate jurídico sobre la Cámara de origen. La idea de desdoblar el proyecto para evitar objeciones legales circuló entre algunos despachos, pero fue descartada. Por ahora.
Las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, y de Minería, Energía y Combustibles también deberán reactivarse, especialmente de cara a la inminente discusión sobre la reforma de la Ley de Glaciares. Mientras tanto, Unión por la Patria presiona para extender el tratamiento de la reforma laboral, con un centenar de invitados para las reuniones informativas.
El oficialismo aceptaría apenas una treintena. Ese número, no el contenido del proyecto, será el primer escenario donde se mida la verdadera correlación de fuerzas del Senado.
Si todo marcha acorde al plan, los dictámenes podrían emitirse entre jueves y viernes, habilitando un debate en recinto para el lunes 29 o el martes 30 de diciembre. Sería la última escena institucional del año, discutir casi en simultáneo la Modernización Laboral y el Presupuesto 2026.
Un objetivo maximalista, de realización improbable. Como suele ocurrir en la Argentina, la expectativa de velocidad legislativa tal vez termine chocando con la gravedad propia de diciembre. Lo que no se alcance ahora quedará para la segunda temporada de extraordinarias, que inexorablemente ocupará buena parte de enero y febrero.




