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El Gobierno ordena las comisiones y pone a prueba su verdadera mayoría en Diputados

Sin Presupuesto propio, Milei busca ordenar el frente fiscal y político con una mayoría frágil y un Congreso que empieza a mostrar su nueva geometría.

Por primera vez, La Libertad Avanza será primera minoría en la Cámara de Diputados.

Por primera vez, La Libertad Avanza será primera minoría en la Cámara de Diputados.

Juan Mateo Aberastain/MDZ

El tratamiento del Presupuesto 2026, la denominada “ley de leyes", comenzará este lunes bajo un clima parlamentario que refleja, quizá mejor que cualquier discurso, el modo en que La Libertad Avanza administra sus mayorías recientes. El oficialismo decidió activar en simultáneo las comisiones de Presupuesto y Hacienda, y de Legislación Penal, con un objetivo explícito, producir dictámenes exprés para llevar el paquete fiscal al recinto entre el miércoles 17 y el jueves 18 de diciembre.

La maquinaria se pondrá en marcha a las 17, cuando Alberto “Bertie” Benegas Lynch sea ratificado al frente de Presupuesto y Hacienda. A esa altura deberían estar definidos los 49 nombres que integrarán la comisión. Una hora antes, la diputada cordobesa Laura Rodríguez Machado volverá a ser designada presidenta de Legislación Penal, desde donde el Gobierno pretende reflotar el proyecto de “inocencia fiscal”, un texto que eleva a 100 millones de pesos el piso para considerar evasión dentro del Régimen Penal Tributario.

El laberinto en Diputados

La idea inicial era avanzar también con la ley de “compromiso nacional para la estabilidad fiscal y monetaria”, aunque su ausencia en Mesa de Entradas obliga a reordenar prioridades.

La elección de los tiempos no es inocente. El oficialismo sabe que, si consigue encadenar dictámenes entre lunes y martes, podrá reponer en extraordinarias el despacho de Presupuesto que perdió vigencia por no llegar al recinto antes del cierre del período ordinario.

Es una anomalía institucional que se repite desde hace más de dos años, la Argentina discute un presupuesto sin que el Poder Ejecutivo haya logrado aprobar uno propio desde 2022. Milei lo prorrogó durante sus primeros años de gobierno, lo que convierte la discusión de esta semana en un ejercicio de normalización tardía.

Mientras tanto, en los pasillos de Diputados continúa el reacomodamiento de fuerzas que definirá la arquitectura interna de todas las comisiones relevantes. Durante la semana pasada, los jefes de bloque opositores peregrinaron por la oficina de Gabriel Bornoroni para escuchar, de manera individual, cuántos lugares les fueron asignados. La lógica aplicada por la Presidencia de la Cámara es el sistema D’Hont, aunque con un detalle, la ausencia de Juan Schiaretti en la sesión preparatoria (todavía no juró) inclinó la balanza en detrimento de Provincias Unidas, que recibió tres sillas en Presupuesto, una menos que el PRO, la UCR y el MID.

Ese episodio reveló algo más profundo que una cuenta matemática. La Libertad Avanza apuesta a consolidar un ecosistema de apoyos parlamentarios más afín y previsible. De allí que el interbloque PRO-UCR-MID, más alineado al oficialismo, haya resultado beneficiado respecto de Provincias Unidas, pese a que ambas bancadas tienen tamaños similares.

El reparto dejó, nuevamente, a la izquierda en una posición marginal: no logró ubicar a Nicolás del Caño en Presupuesto y debió conformarse con lugares en Legislación del Trabajo y Legislación Penal.

Con 95 diputados, La Libertad Avanza inicia esta etapa como primera minoría, superando a Unión por la Patria, que quedó con 93 tras la partida de legisladores cercanos al gobernador catamarqueño Raúl Jalil. Esa diferencia mínima tiene un efecto mayor: para la comisión de Presupuesto, el oficialismo se adjudicará 20 de las 49 sillas, mientras que el peronismo se quedará con 18. De este modo, ambas fuerzas concentrarán 38 lugares, configurando un esquema de debate que roza la lógica bipartidista, con el resto de las bancadas disputando apenas 11 espacios.

Las proyecciones del Presupuesto 2026

La propuesta presupuestaria del Ejecutivo expresa la identidad económica del mileísmo en estado puro, es decir, equilibrio fiscal, disciplina monetaria y un calendario de desinflación que proyecta 10,1% anual para 2026, 5,9% para 2027 y 3,7% para 2028. El tipo de cambio nominal sería de $1.423 en diciembre de 2026, con una trayectoria que acompañaría la reducción del IPC hasta los $1.488 previstos para 2028. El Gobierno estima recursos por 148,2 billones de pesos y gastos por 148 billones, lo que arrojaría un superávit cercano a los dos billones. El 85% del gasto se dirigiría a áreas sociales, un dato no menor luego del conflicto por los vetos presidenciales a leyes impulsadas por la oposición.

La distribución sectorial muestra una estructura clásica, 8 billones para la administración gubernamental, 7 billones para defensa y seguridad, 106 billones para políticas sociales y 14 billones destinados al pago de deuda pública. La novedad no está en la composición, sino en el énfasis del Gobierno en presentar estas cifras como la prueba de un ordenamiento fiscal que, según Milei, sería la condición indispensable para iniciar un ciclo de crecimiento.

Hace más de 1.100 días que la Cámara de Diputados no debate un Presupuesto en el recinto. El último fue el del 26 de octubre de 2022. La discusión que se abre ahora no sólo definirá el marco fiscal del próximo año: servirá como termómetro de la verdadera capacidad de La Libertad Avanza para administrar una mayoría frágil, pero suficiente, en un Congreso donde los alineamientos todavía se están decantando. El tratamiento exprés del Presupuesto será, en el fondo, un ensayo general de la gobernabilidad mileísta.