Cristina Fernández de Kirchner le hará una oferta a Axel Kicillof que no podrá rechazar
El peronismo kirchnerista renovador de la Provincia de Buenos Aires está a punto de perder el último eslabón que junta la cadena. La falta de diálogo entre las partes, los desafíos permanentes y la desconfianza de media década de relaciones con alta tensión personal y política entre Máximo Kirchner y Axel Kicillof, donde los mediadores como Sergio Massa o la conductora original de todo el proceso, Cristina Fernández de Kirchner, tampoco pueden incidir en este proceso de desintegración política.
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Unos y otros creen que los periodistas, al consultarles sobre tal o cual reunión o trascendido es mandado por el otro bando. A pesar de la confianza que subsista en años de profesión, ya nadie está ajeno al prejuicio de la consulta original. Entre ellos, Cristina y Axel, que se mensajeaban varias veces por día, desde hace varios meses no existe ni siquiera un saludo protocolar.
Eso permea hacia el resto, de manera horizontal y vertical. Por eso no llamó la atención que ayer, en la previa y con posterioridad de la reunión convocada por la expresidenta para analizar los resultados electorales en las primeras votaciones desdobladas lo único que trascendiera era que ella y sus aliados pretendían modificar la decisión del gobernador de anticipar la elección en Provincia de Buenos Aires.
“Es una locura. Eso no se puede cambiar”, le dijeron dos protagonistas trascendentales del encuentro que el martes mantuvieron Cristina Kirchner con sus fieles coroneles. “Sí hablamos del tema, creemos que es un error haber separado la puja provincial de la nacional, permite especulaciones y no le brinda la energía a la estructura para pelear ordenadamente”. No lo dicen, pero en la sede de Matheu al 100, tal cual lo dijo la ex vice de Alberto Fernández en Moreno, hace medio año, dividir la elección fue un error porque dejó sin la movilización de los intendentes el apoyo para la lista de diputados nacionales que pretendía encabezar la ex presidenta.
Todo es para el reproche o la mirada conspirativa. Lo último que provocó el pase de facturas fue la decisión del gobernador de impulsar un proyecto de ley para habilitar las reelecciones de los intendentes, sin el respaldo de la mayoría de su propio bloque y mucho menos de las bancadas opositoras fue tomada como un desafío adicional y como parte de puja por demostrar quién manda.
“La de los legisladores ya tenía el consenso de todos, inclusive de los opositores. La de los intendentes no camina” dijo uno de los que sufriría la continuidad de los dos mandatos para los jefes comunales. Kicillof pretende que se traten los dos temas o ninguno. Parecería que quedará en ninguno, con lo cual se le complicará el apoyo de distritos claves donde los senadores o diputados son los hombres del poder real.
Lo que sí está claro que en el entorno de Cristina Kirchner, en el que pesa mucho la postura de Máximo, están pensando en delegar todas las decisiones en Axel Kicillof. "Puso la fecha, eligió la manera, se encaprichó en desdoblar... Entonces, le vamos a dejar todo en sus manos". dice un conocedor de cómo piensa la ex presidenta. "Lo van a hacer de buena fe. Si falla, si terminamos perdiendo, bueno, entonces cada uno se tendrá que hacer responsable", concluye casi risueñamente.
Entre los tantos consejos que está escuchando el gobernador en los últimos tiempos uno tiene, hasta el momento, mayor incidencia. Es el que le acercó un hombre del “poder permanente” que le aconsejó no avanzar en ninguna negociación seria hasta que se decida la suerte judicial de la expresidenta. Para este consejero, la Corte Suprema ratificaría la condena de primera y segunda instancia contra Ella en los próximos meses, pocas semanas antes al armado definitivo de las alianzas y de las listas de candidatos.
“Por más que no digan que no se puede presentar en Provincia, es imposible que lo haga con una condena que todo el mundo aplaude”, opinó otro confidente consultado. Sin Kirchner en la boleta, la negociación se asemejaría a la que en estos momentos mantienen La Libertad Avanza y el PRO luego de los resultados de la elección porteña.
Quienes dialogan con Kicillof encuentran a un gobernador diferente del que veían hace algunos meses. Decidido, siente que se ganó el derecho a su propio futuro y a encabezar el proceso post kirchnerista sin renunciar a sus ideas rectoras. “Ganó las elecciones de 2019 y 2023 de manera categórica. La primera le podrían endilgar que era porque a Macri le iba mal. Ahora es toda de él”, dicen en su entorno.
Por eso no extraña que pretenda llevar hasta el final, “al mejor estilo de Néstor”, se ufanan. Otros, sin embargo, siempre sospechan que, finalmente, la unidad verá la luz y, en ese momento, ellos también deberán buscar otros rumbos. Algunos son hoy sus principales referentes y espadas políticas. Como prueba de amor, quienes quieren participar de su Movimiento Derecho al Futuro, critican que “la gente de La Cámpora y de Sergio Massa todavía mantienen los cargos originales. Si no los echa es porque no rompe”.