El Gobierno enviará más de 200 pliegos para ocupar vacantes en la Justicia y vuelve a la carga por la Corte

A 20 días de que sucumbieran en el Senado los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, el Gobierno insistirá "antes de las elecciones" con las designaciones de dos miembros para la Corte Suprema. En la gestión libertaria no se dan por vencidos, pese al contundente rechazo de la Cámara Alta a los candidatos que habían sido nombrados por decreto por el presidente Javier Milei a horas del comienzo de la apertura de sesiones del Congreso.
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"No puede seguir funcionando con tres integrantes, tenemos la obligación de que no se paralice", señaló a MDZ una alta fuente oficial, que reconoció la necesidad de "reformular la estrategia" para evitar otro revés parlamentario. Por esta razón, el Ejecutivo no piensa en desafiar otra vez a los senadores con una medida unilateral, sino que priorizará la negociación política.
"Venimos conversando con la oposición y somos optimistas que podemos llegar a un acuerdo esta vez, ya no tendrán excusa para decirnos nada porque ahora vamos a ir primero por el Senado", agregó un funcionario que responde al despacho presidencial.
A diferencia de las fallidas gestiones del anterior proceso, los delegados del mandatario van a acceder, por anticipado, a uno de los principales reclamos de la oposición. El Ministerio de Justicia tiene previsto enviar al Congreso "en los próximos días" los pliegos de 232 puestos vacantes en el Poder Judicial.
Desde los despachos más hostiles al jefe de Estado en la Cámara Alta aluden a que hay 184 cargos de jueces federales sin cubrir, además de fiscalías y defensorías oficiales.
La única acción evidente de la Casa Rosada sobre las vacantes fue en el segundo día de la gestión, cuando decidieron retirar el pliego del juez Daniel Rafecas para la Procuración General y otras 62 propuestas de jueces, fiscal y defensores oficiales que habían sido enviados al Senado durante el gobierno de Alberto Fernández.
“Desde el Ministerio de Justicia analizaremos caso por caso, teniendo en cuenta los lineamientos fijados por el presidente Javier Milei, su jefe de Gabinete y respetando el procedimiento correspondiente para proponer jueces independientes, idóneos, no políticos ni amigos”, decía el comunicado oficial. Esa revisión nunca contó con un resultado público y el Gobierno no avanzó en el tema, hasta ahora.
Ante este contexto, senadores dialoguistas levantan la voz. “Las vacantes de jueces, fiscales y defensores oficiales configuran un problema para la institucionalidad del país y tenemos que trabajar en poder alcanzar esos objetivos”, expresó el senador radical Maximiliano Abad.
"El funcionamiento limitado del Poder Judicial –no sólo en los altos tribunales, sino también en aquellos que intervienen en los asuntos cotidianos de la ciudadanía– refleja la necesidad de consensos institucionales que permitan resolver una problemática que impacta de manera directa en la calidad de vida de la población", señaló.
Con esta jugada, los alfiles del líder libertario apuestan a recobrar cierto consenso en el Senado, luego de que prácticamente toda la oposición se abroquelara para rechazar las designaciones de Milei, a quien acusaron de "ir en contra de la Constitución por querer saltear al Congreso".
Ante la hipótesis de que el Gobierno avanzara exitosamente con estos primeros movimientos, en los pasillos de Balcarce 50 se entusiasman con la idea de proponer otros postulantes para la Corte, dejando atrás a Lijo y García Mansilla. A pesar de la fragilidad numérica, el oficialismo cree que puede lograr el número para ir a la carga por otros candidatos antes de las elecciones de octubre, cuando La Libertad Avanza espera ganar con holgura y dejar atrás sus diferentes traspiés, sin depender de tantos aliados y evitando tejer monumentales ingenierías parlamentarias para que pasen sus proyectos.
Consumada la dimisión del catedrático, el Ejecutivo advertía que la Corte Suprema “no podrá funcionar con 3 miembros”, por lo que quedará “trabada”. "Se necesitan 3 votos y hoy no los tiene la Corte”, analizaron desde el círculo íntimo de la gestión, al interpretar que no habrá unidad de criterio entre Ricardo Lorenzetti con Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.
"Ahora tenemos ganas de mandar a Ricardo Rojas. Mandamos dos talibanes libertarios y listo", enfatizaban los colaboradores más cercanos al presidente, en tono desafiante tras aquella sesión traumática para el Ejecutivo. Rojas es un exsecretario abogado de la Corte Suprema de Justicia y exjuez en lo criminal de la Ciudad. Es amigo del presidente hace diez años y fue uno de los candidatos para reemplazar a Rodolfo Barra en la Procuración del Tesoro. Milei lo mencionó en la campaña electoral por su libro llamado “La inflación como delito”. Sin embargo, no hay información concreta, a la fecha, sobre quiénes serán los nuevos aspirantes a ocupar los dos puestos en el alto tribunal. Solo susurran algunos funcionarios que el presidente "no volverá a escuchar a Lorenzetti", quien promovió la postulación del cuestionado Lijo.