Revolución Tecnológica

Los mendocinos que son parte del cerebro de YPF que monitorea Vaca Muerta

Profesionales mendocinos trabajan en el Centro de Operaciones en Tiempo Real con el que YPF toma decisiones y monitorea las perforaciones y pozos de petróleo no convencional más avanzados del país.

Laura Fiochetta
Laura Fiochetta domingo, 19 de enero de 2025 · 07:01 hs
Los mendocinos que son parte del cerebro de YPF que monitorea Vaca Muerta
Maximiliano Caratti y Cristian Videla. Foto: Walter Moreno/Mdz

Parece el futuro, pero es el presente. Hay colores de toda la gama en las pantallas con datos; como si fueran panes, se multiplican las cámaras, pero también para sorpresa del mundo tecnológico – y de nuestros prejuicios sobre él - el trabajo colaborativo que hacen día a día personas de carne y hueso es el motor del proyecto.  En conjunto, profesionales monitorean, toman decisiones y están totalmente conectados con otros trabajadores a mil doscientos kilómetros de distancia, en pozos de petróleo y perforaciones no convencionales.

Es Argentina, 2025. Hace más de un mes, se inauguró una sala que queda en el piso 26 de la Torre de YPF de Puerto Madero, el Real Time Intelligence Center (RTIC). Desde ahí observan y determinan todo lo que ocurre en Vaca Muerta, la formación que está a más de 1500 bajo el subsuelo de la Patagonia y tiene su epicentro en Neuquén. De hecho, hace dos años el centro funcionaba en esa provincia, pero al llevarla a Buenos Aires, fue super equipada y además, ahora conjuga la toma de decisiones con el trabajo estratégico.

En ese Centro de Operaciones trabajan 88 profesionales de distintas partes del país y del mundo, entre los que se encuentran 8 mendocinos. MDZ habló con dos de ellos. Cristian Videla, ingeniero industrial, egresado de la UNCUYO, quien se ha dedicado toda su vida al petróleo y Maximiliano Caratti, de la misma profesión y universidad, con 15 años en YPF.

El 13 de diciembre, día del petróleo, Horacio Marín, Presidente del YPF, inauguró la sala RTIC en el edificio de Puerto Madero. “La idea fue que se tomen decisiones desde la sala, y hacer más eficiente el trabajo desde ahí”, sostiene Videla.

“El equipo consta de tres personas que monitorean los pozos, un ingeniero (nosotros), un supervisor que es el jefe de operaciones, y un geólogo, que dice por dónde hay que ir navegando los pozos”, agregó Caratti. “Son pozos horizontales –nos dice Videla desarmando en nuestras cabezas la idea del tradicional pozo vertical- porque todo lo que es no convencional se trabaja de esta manera, son pozos que tienen de 5 mil a 6 mil metros de profundidad, con distintas ramas horizontales” Por su parte Caratti puntualiza que “Las ramas son la parte horizontal, van entre 3 mil y más de 4 mil metros de profundidad. Algo así, para graficarlo, como 30 cuadras de largo en una calle. Son como si fueran una letra L.” Por lo tanto, estamos hablando de pozos de grandes dimensiones, que son todos monitoreados desde el Real Time Intelligence Center.

La sala no se cierra nunca. Y no es una metáfora. Funciona las 24 horas, los 7 días de la semana. Trabajan en ella 88 profesionales, en 7 unidades operativas: 5 para la perforación de pozos, desde donde se controlan los 20 equipos de torre que operan en Vaca Muerta; y 2 de terminación desde donde se pueden controlar hasta 8 sets de fractura simultáneamente.

“No se para nunca de trabajar. Esta sala se maneja con Starlink -la tecnología más avanzada del mundo en cuanto a la velocidad de internet que fue incorporada recientemente- y por lo tanto vemos en tiempo real todos los parámetros de perforación en el pozo”, relata Videla. Todo desde sus pantallas, con datos y gráficos.

La palabra que se repite en los relatos de los ingenieros mendocinos es la optimización. “Nuestro trabajo consiste en optimizar el trabajo de la perforación y hacer más eficiente y rápido los pozos”, nos comenta Videla. No es sólo una intención, ya lo vienen logrando desde que la sala está activa. “Año a año se van bajando los tiempos, el objetivo de bajar los tiempos tiene que ver con los costos, si los bajás, los abaratás”, suma Caratti.

Cristian Videla en la sala de YPF

Si vemos las pantallas de la sala, visualizaremos cuatro divisiones. Cada equipo va observando sus parámetros. “Se usa inteligencia artificial, hay unas alarmas que saltan automáticamente si el pozo para por algún motivo. Con un chat interno y teléfono, nos comunicamos en el momento con Vaca Muerta y vamos viendo que se arranque rápido para optimizar la solución”, dice Caratti. “Si Si falla una herramienta de servicio direccional se saca, se cambia y se baja para seguir perforando; siempre buscando la optimización del tiempo”  explica Videla replicando nuevamente la palabra que más que un sustantivo es un verbo, porque implica acción permanente.

El trabajo en el mundo del petróleo es muy diferente a lo que prevalece en la mayoría de las labores. Casi nadie trabaja unas horas y se va a su casa. Sino que hay días de trabajo extensos, con descansos, pero en general son jornadas continuadas que se equilibran con francos del mismo tenor. Eso sí, trabajar de noche es de lo más común.

En el caso de la sala y específicamente de los ingenieros mendocinos, que además comparten turno, tienen 7 x 7. Es decir que están una semana en Buenos Aires y la siguiente en Mendoza. Los turnos son de 12 horas. Un turno es de día y otro de noche. Es decir que una semana es de día, la próxima de franco y la tercera de noche, para que todo el personal tenga la posibilidad de alternar. Algunos trabajadores en la sala hacen 14 días en el trabajo y luego 14 de franco.

El trabajo de los turnos de 12 horas es de 6 a 18 si es de día y de 18 a 6 de noche. Claramente que en Vaca Muerta tampoco se para. Quienes están en el campo tampoco lo hacen. El trabajo es permanente los 365 días del año y 366 si toca año bisiesto. “La conexión de la sala es con una persona que es la representante de YPF en el pozo”, agregan los ingenieros. En Vaca Muerta todo sigue casi igual sin importar si hay sol o luna en el cielo, salvo cuestiones puntuales como mover el equipo o bajar grúas.

Maximiliano Caratti en pleno trabajo

Desde la sala se ve todo lo que pasa en Vaca Muerta, además de las pantallas hay cámaras. “Los geólogos analizan lo que está bajo tierra (subsuelo), muy profundo. Cuando se perfora, con una compañía direccional que tiene un sensor de rayos gama, eso lo interpreta la gente de geonavegación y te van diciendo por dónde es la mejor zona para perforar”, nos dice Videla.

Como si fuera un joystick de cualquier play -o de alguna de los últimos modelos seguro-, cuentan con una herramienta en la sala para direccionar el pozo desde ahí. “Hay una herramienta que vos direccionás hacia arriba o hacia abajo, derecha o izquierda”, subraya Caratti. “Hay que subir 1 o 2 grados, y los ingenieros lo van comunicando a la compañia de servicio direccional en Vaca Muerta de esta manera, ellos le envían un comando a la herramienta para llegar a los grados deseados”, avisa Videla.

“La ventaja es que tenemos muchos pozos concentrados en la misma zona, porque son muchos pozos iguales y vas sacando mejoras pequeñas y sustanciales”, agrega Caratti. Esos pozos de Vaca Muerta son monitoreados en la sala por gente de Colombia, Venezuela, Perú, Córdoba, Buenos Aires, Tucumán, Neuquén y este casi 10% de mendocinos que se encuentra trabajando día a día para el presente que a la vez es el futuro. En el corto plazo, es la nafta que llega al tanque del auto de cada uno.

 

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