Ya no es la pelea por los tercios

La posibilidad de que Javier Milei, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri compitan es cada vez más firme

Obligados a sobrevivir, Cristina y Mauricio Macri se ven en la necesidad a volver a participar. En frente, Javier Milei los espera teniendo un pacto con la primera y ganas de confluir con el otro.

Alejandro Cancelare
Alejandro Cancelare martes, 14 de enero de 2025 · 06:40 hs
La posibilidad de que Javier Milei, Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri compitan es cada vez más firme
Cristina Fernández de Kirchner comparte muchas más cosas con Javier Milei que las que el mundo político supone Foto: Juan Mateo Aberastain / MDZ

Cristina Fernández de Kirchner comparte muchas más cosas con Javier Milei que las que el mundo político supone. No sólo pasa por el interés que tiene por nombrar a Ariel Lijo como ministro de la Suprema Corte de Justicia sino que, además, le fascina el desparpajo y la audacia presidencial a la hora de tomar una medida o decisión política.

Sin embargo, lo que más quiere que haga Milei es algo que sí están dispuestos a hacer la hermana Karina y Santiago Caputo: erradicar del mapa político a Mauricio Macri, hoy obligado a defender su terruño personal, la Ciudad de Buenos Aires, ante la avanzada en todos los frentes realizados desde el más alto poder de La Libertad Avanza.

Otra vez los expresidentes coincidirán en un proceso electoral pero en distintos lugares. En 2019 ella fue candidata a vice y él a presidente. Ganó la fórmula que Cristina eligió componer con Alberto Fernández. Ahora, en 2025, la lógica indica que la expresidenta será candidata a diputada nacional en la provincia de Buenos Aires mientras que "el presi" lo será en la Ciudad Autónoma. Más allá de la amenaza de su primo Jorge, quien lo lanzó para cualquiera de los dos lados de la General Paz, todos saben que hay una brutal diferencia entre un lugar y el otro para las pretensiones macristas y las encuestas de opinión.

La idea de que haya apellidos tan potentes y con posibilidades importantes de triunfo desdibujaría al hoy apabullante oficialismo mileísta. Por eso en muchos laboratorios empiezan a colocar, tal cual lo anticipó MDZ, a "El Jefe" como candidato en la provincia de Buenos Aires, así la discusión es por el peso del apellido y no de las fuerzas que representan.

El proyecto oficialista tiene consigo una dualidad difícil de resolver. Por un lado es el que mejor parece captar el humor social y a pesar del feroz ajuste, con una actividad que no repunta, ganó en el tema de la paciencia y la esperanza. Pero, para completar una lista, La Libertad Avanza parece estar obligada a poner como referentes a dirigentes que no estuvieron en la primera hora y se suman para sobrevivir o porque si bien creen en el rumbo, esperan ser los beneficiarios de lo que vienen.

Karina no quiere salir de la Rosada, pero tal vez deba jugar en PBA.

Por el lado del peronismo kirchnerista renovador íntimamente nadie sabe cómo explicar, si se produce, la ruptura entre Axel Kicillof y su exjefa y hacedora política. Comparten la mirada de país, el esquema económico, el silencio sobre Venezuela, las preferencias por Rusia y demás cuestiones que los hicieron siempre trabajar codo a codo. Si bien es una prueba de carácter para el gobernador la ruptura, aún no pudo mensurar hasta qué punto le conviene emanciparse ahora o más adelante, con el campo más volcado en su favor. 

Este fin de semana se dieron múltiples encuentros y contactos de las que participaron intendentes con dirigentes sindicales, jefes comunales entre sí y con Sergio Massa, que nunca descansa. Inclusive en una de esas tertulias se lo vio muy a gusto a Ricardo Quintela, el gobernador de La Rioja que pretendió ir a una interna por la conducción del PJ contra Cristina Fernández de Kirchner. Por supuesto que se vio con algunos de los que hoy componen el PJ kirchnerista.

Mauricio Macri en campaña y defendiendo a los porteños es algo que seduce a muchos. Tal vez vuelva a verse con Horacio Rodríguez Larreta, con quien se distanció por apoyar a quien luego lo traicionó sin miramientos. La necesidad, dice el dicho, tiene cara de hereje.

De los tres grupos políticos en pugna, donde en teoría dos tendrían que estar aliados para enfrentar al kirchnerismo, es justamente éste último el que nuevamente aparece con menos límites para los acuerdos. Sin embargo, la condición de no decir cosas que no autorizan Máximo Kirchner o su madre, los inhibe de ser novedosos y en cada ocasión deben recurrir a los mismos cantos en contra del ajuste de Javier Milei.

El mileísmo es un proyecto basado en un apellido, que desperdició el armado que lo llevó al poder en 2023 por aceptar la incorporación de lo más rancio de la política doméstica, ahora no encuentra intérpretes que sumen más que un par de apellidos. Recordar que Menem es revalorizado por el fracaso kirchnerista, pero también en esa misma troupe llegaron legisladores como Ricardo Bussi, quien no pudo asumir como diputado nacional y se tuvo que quedar en su provincia, Tucumán.

 ¿Y el macrismo? Terminará padeciendo lo mismo que venía a combatir, el personalismo. La feroz interna que lo alejó brutalmente de su posible retorno al poder hace un año lastimó más de lo imaginable y rompió viejos compromisos personales, por los cuales ahora buena parte de su dirigencia histórica se ve liberado para escuchar nuevas ofertas.

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