La traba legal que Tierra del Fuego le puso a la empresa británica que instaló un radar en Tolhuin
La empresa firmó acuerdos militares con el Reino Unido. La negativa al emprendimiento satelital plantea dilemas en el Gobierno, que había solicitado la membresía de socio global a la OTAN.
El gobierno de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico por intermedio de la justicia disolvió la empresa de origen británico, inscripta como LeoLabs Argentina Srl y dio así un rotundo no al uso de la estación terrena satelital instalada en la provincia. El grupo madre está compuesto por 95% de acciones de la irlandesa Leo Labs Space Holding Limited y 5% la inglesa Leo Labs Limited.
Leo Labs montó en 2023 un radar satelital en la estancia El Relincho del municipio de Tolhuin con el objetivo de monitorear el tránsito de objetos y satélites en la órbita terrestre baja (low earth orbit, leo, acrónimo de la firma).
El 9 de agosto pasado, Gabriela Masset, titular de la Inspección General de Justicia de Tierra del Fuego resolvió en un solo artículo de la Disposición N° 607/2024, la extinción del emprendimiento de monitoreo satelital de la firma LeoLabs.
MDZ accedió al dictamen de 11 páginas que firmó Masset y en su artículo 1° ordena: “Promuévase la acción de disolución y liquidación judicial de la sociedad “LEOLABS ARGENTINA S.R.L.” por imposibilidad sobreviniente de lograr el objeto social” … “…y con carácter cautelar solicitar que la sociedad se abstenga de realizar actos tendientes a cumplir lo previsto por su objeto social”.
El radar en cuestión nunca estuvo en funcionamiento desde su instalación en 2023 porque intervino Defensa, entonces a cargo de Jorge Taiana que mediante un informe técnico con aportes brindados por INVAP S.E, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (EMCO), la Dirección Nacional de Contralor de Material de Defensa y la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar del ministerio de Defensa (DNIEM), aseguraba que la estación terrena (el radar), era un “riesgo para la seguridad nacional”, que afectaba “severamente la soberanía”.
En un artículo académico el anterior Jefe del Estado Mayor Conjjnto teneitne general Martín Paleo afirmó: “Las tareas que los satélites de empleo militar desarrollan son variadas, pero radican esencialmente en comunicaciones y exploración o reconocimiento. Pueden realizar otras adicionales, tales como localización geográfica, guiado de sistemas no tripulados (incluyendo misiles de muy largo alcance) o incluso la neutralización o destrucción de satélites de eventuales enemigos en caso de conflicto (aunque esta última capacidad no ha sido oficialmente empleada por ningún estado, excepto en pruebas de validación contra satélites propios).
Y concluía; el propósito es alertar desde el nivel Estratégico Militar, la seria amenaza a la seguridad nacional que supone la puesta en operaciones de la instalación de antenas de radar para el seguimiento de satélites de órbita baja, por parte de la empresa de capitales británicos LEOLABS en la provincia de Tierra del Fuego.
La clave de la disolución y liquidación de LeoLabs Argentina Srl. dispuesta ahora por la inspectora Masset es justamente que; como la firma fue inhabilitada nunca cumplió el propósito declarado en el objeto social, no desarrolló la actividad comercial-industrial para la cual fue exclusivamente constituida y los socios no llevaron a cabo otro emprendimiento o actividad productiva.
Todas causales de disolución de una empresa según la ley N°19.550 de Sociedades Comerciales que aplicó la IGJ fueguina.
El gobernador de Tierra del Fuego Gustavo Melella a través del dictamen de la IGJ puso en aprietos a la administración de Javier Milei que medita a paso lento qué hacer con LeoLabs.
El asunto es de incumbencia de la jefatura de Gabinete en las secretarías de Asuntos Estratégicos y de Innovación, Ciencia y Tecnología además del ministerio de Defensa y áreas del sistema de inteligencia nacional.
El debate, más allá de cuestiones administrativas, es aceptar o no que un grupo de probada participación británica instale un sensor satelital (de uso dual, civil y militar) y su connotación estratégica teniendo en cuenta la disputa soberana por las islas del Atlántico sur.
Las prevenciones sobre la empresa y la vinculación con servicios comerciales satelitales de uso dual se validaron el mes pasado.
La propia LeoLabs anunció la firma de un contrato con el ministerio de Defensa del Reino Unido para el desarrollo de la primera constelación de satélites de inteligencia, vigilancia y reconocimiento en órbita terrestre baja.
Hay voces en el gobierno que plantean un dilema; ¿cómo se percibirá una negativa al emprendimiento satelital cuando el país ha solicitado la membresía de socio global a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)?
En esas cavilaciones de analistas se plantean opciones; incluir personal de Invap o de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales en la estación satelital, también el aprovechamiento de los datos obtenidos.
Posturas más firmes sostienen que debería ser un quid pro quo para flexibilizar el veto inglés a equipamiento militar. El embargo establecido por Gran Bretaña se basa en no exportar material o tecnología que suponga un incremento de las capacidades militares argentinas.
Si uno aplicara el principio de reciprocidad tan usado en la diplomacia, no habría lugar para el radar satelital puesto que otorgaría una capacidad militar a Gran Bretaña en suelo argentino que hasta ahora no tiene.