Asume la nueva conducción de la fábrica estatal de aviones
La nueva gestión buscará ampliar el negocio al mantenimiento de los aún no adquiridos cazas F-16 Fighting Falcon.
El miércoles asumirá la nueva conducción de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA). Es una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria, donde el Ministerio de Defensa es dueño del 99 % del paquete accionario y Fabricaciones Militares S.E. tiene el 1%. La convocatoria corrió por cuenta de la presidente de directorio saliente Mirta Iriondo y en representación de Defensa acudirá Raúl Marino, secretario de Investigación, Política Industrial y Producción y por Fabricaciones Militares, Carlos Pérez Aquino.
Luego de la asamblea ordinaria de accionistas, prevista para las 11 de este miércoles, se conocerán los nuevos miembros. Los seleccionados son: Fernando Sibila, presidente del directorio; el ingeniero Fernando Solís, vicepresidente; y los directores: Emilio Magnaghi; brigadier (RE) Jorge Antelo (en representación de la Jefatura de Gabinete); y brigadier mayor Pablo Sole (coordinador con la Fuerza Aérea). Se agrega un asesor especial, Antonio Beltramone que fue presidente de FAdeA en 2018.
Los elegidos para el directorio intercambiaron ideas y algunos planes de futuro la semana pasada en un videochat por la plataforma Zoom. Sibila y Solís, ambos cordobeses, conocen la actividad desde adentro, integraron el directorio en 2017. Los brigadieres Antelo y Sole, en tanto, comparten la misma experiencia, pero del "otro lado del mostrador".
La Fuerza Aérea ha sido cliente desde los orígenes del complejo aeronáutico, aunque la presencia de Antelo indica un ojo avizor de la Casa Rosada en una empresa que quedó exceptuada de la lista de "sujetas a privatización" en el proyecto de ley ómnibus.
El mendocino Magnaghi, abogado, exalumno del Liceo Militar General Espejo y piloto civil, es un fuerte empresario del sector energético, lidera la Cooperativa Eléctrica de Godoy Cruz (concesión del servicio eléctrico del departamento de Godoy Cruz, Mendoza) y los medios que integran Ciudadano News, con radios, diario y sistemas interactivos en las redes. Además, es coleccionista de aviones de guerra y trenes. Los compra, restaura y expone en el predio Santa Romana, ubicado en San Luis.
La inclusión de Beltramone, en calidad de asesor especial del directorio, viene con el antecedente de haber ordenado la planta en la línea de producción e incorporar negocios de envergadura en servicios a empresas aerocomerciales. De aquella etapa, sea por el impacto de la pandemia de covid en 2020, deficiencias del management de Mirta Iriondo (titular del directorio saliente), sumado a la crisis económica del país, poco queda en pie.
La planta con recurso humano de calidad y experimentado, se mueve en cámara lenta. La búsqueda de motivos se resume a la falta de dólares, conflictos gremiales y la ausencia de un plan de ventas exportador. La mayoría de los componentes, conjuntos, subconjuntos para fabricar una aeronave, por caso el IA-63 Pampa III, son adquiridos en el exterior, igual para el sistema Pucará Fénix y el entrenador básico IA-100 (material compuesto de estructura).
Sin certeza de caja no se pueden canalizar las ordenes de compra y cuando llegan las divisas y se coloca la orden del caso, la espera para hacerse del conjunto, por ejemplo, un motor, en el mundo aeronáutico ronda de 1 a 2 años, mínimo. Igual trámite para un tren de aterrizaje y asientos de eyección. De ahí los recurrentes atrasos en entregas de la serie Pampa III para la Fuerza Aérea.
En el módulo de servicios aeronáuticos (mantenimiento mayor y otros de menor complejidad), como el que tenía con Etihad Engineering para intervenir en aeronaves Airbus A-320, la planta cordobesa no consigue que el personal trabaje en 3 turnos rotativos tal como se hace en talleres de empresas aerocomerciales.
Se pagan cifras siderales en horas extras a los técnicos y mecánicos por lo que la ecuación del beneficio final para la planta resulta casi de pérdida.
Presiones sindicales diluyen la conciencia de rentabilidad en los trabajadores. El presidente Sibila trae una apuesta de mediano y largo plazo, orientar el esfuerzo al mantenimiento mayor de sistemas militares fabricados por Lockheed Martin, el caza F-16 Fighting Falcon, claro si finalmente se compra, y el avión de vigilancia y exploración marítima Orion P-3C/N cuya adquisición (4 aeronaves) está cerrada pero aún no se pagaron 10 millones de dólares de la cuota anticipo. Además, el transporte mediano Embraer ERJ 140/145 fabricado por el grupo brasileño homónimo de reciente incorporación a la Fuerza Aérea Argentina.
FAdeA tiene larga relación con Lockheed Martin. Comenzó en 1995 cuando el grupo estadounidense logró la concesión de la entonces Área Material Córdoba (ahora FAdeA) tras la privatización lanzada por el Gobierno de Carlos Menem. En la actualidad FAdeA es un Centro de Servicio Autorizado por Lockheed Martin para el mantenimiento de C-130 Hércules, ofrece diversos programas de modernización de los sistemas de esa aeronave, modificación de aviónica, sistemas auxiliares y motores, entre otros. Modificaciones que encaró y concluyó en 4 Hércules de dotación de la fuerza.
Defensa con la Fuerza Aérea, la Armada y el Ejército ocupa cerca del 90 por ciento de la actividad de la planta (contrato del Pampa III, IA-100 Malvina, P-3 Orion, helicóptero AB-206), el resto corresponde a servicios (mantenimiento aeronáutico civil) y manufactura de aeropartes para el grupo brasileño Embraer (avión de transporte KC-390).