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Del recuerdo de Macri con Larreta al desafío de Axel Kicillof con Cristina Kirchner por el PJ

Axel Kicillof festejará con los propios el Día de la Lealtad, virtud que Máximo Kirchner cree que no tiene al querer emanciparse de la conducción de su madre. Quedan tres días para que arreglen.
Kicillof será el orador principal en un acto en Berisso Foto: X
Kicillof será el orador principal en un acto en Berisso Foto: X

La no noticia de la reunión fantasma entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof movilizó a todo el peronismo que teme lo peor: que al final deban participar de una interna partidaria por la presidencia del Partido Justicialista que a nadie le interesa.

Durante todo el martes se especuló con algo que no sucedió. Pero, como jamás había pasado con anterioridad, del lado de la expresidenta y vice de la Nación dijeron que se habían juntado durante tres horas y hasta contaban que ella estaba vestida con ropas blancas. Desde las cercanías del gobernador, en cambio, siempre negaron que se hayan visto, inclusive aquellos que tenían como información que iban a hacerlo.

El sentimiento que atraviesa al peronismo kirchnerista no es temor, sino algo muy parecido a la angustia. Esa que aparece cuando el desenlace está próximo y nadie tiene un elemento para frenar lo inexorable. Un choque de frente. "El que mas aguante, gana" se sinceró un experto en mil batallas.

Hoy, en un relajado lugar del norte del Gran Buenos Aires, un exdiputado peronista, de origen más que progresista, se topó accidentalmente con un exfuncionario de Mauricio Macri y analizaron la desconcertante situación por la que atraviesa el principal partido de la oposición, que es que, por primera vez, no todos reconocen en Cristina Fernández de Kirchner una conducción indiscutible.

A los dos les surgió el mismo ejemplo. Uno, porque lo padeció y producto de esa guerra interna, entre conductor y heredero, terminó apareciendo un emergente como Javier Milei. “Ojo que Axel no termine haciendo lo de Horacio, que por jubilarlo antes a Mauricio no solo no lo jubiló sino que terminó sin nada”.

Un intendente del Gran Buenos Aires, alineado con Máximo Kirchner, cree que el gobernador debe aceptar que Cristina Fernández es la conductora y la referente que se plantó con mejor estrategia a Javier Milei. La comparó con “Messi” y cree que no debería haber discusión sobre lo que decida "Ella" porque “siempre mostró que estuvo para ayudarlo. Primero, cuando decidió que sea candidato en 2019 y, luego, con el gobierno de Alberto, forzando la entrega de fondos de coparticipación que no tenía”.

Para este jefe comunal, sería muy valioso que “algunos compañeros dejen de mirar a Máximo como un chico sin experiencia ni criterio. Es un dirigente valiosísimo, clarísimo, que tiene claro todo el panorama y que si no hubiera sido hijo de Néstor y Cristina, hoy estaría conduciendo todo este proceso”.

“Ella va a revolucionar al peronismo. Y también convocará a todos”, se entusiasmó. Sin embargo, consultado sobre esa supuesta convocatoria que también iba a hacer la Mesa de Acción Política y el kirchnerismo, aceptó su inconsistencia. Los que ya se fueron, no volverán y los que están, en muchos casos, se quieren ir.

Era su elegido. Algo se rompió. La tensión actual sería el anticipo para un nuevo acuerdo. 

Un colega suyo, con el que suele hablar habitualmente, no piensa lo mismo. Quizás porque en algún momento participó de las primeras reuniones que conducía José Ottavis, el jefe camporista bonaerense que decidió retirarse de todo lo concerniente a la política partidaria. Si bien trabaja para “la unidad” y considera que “sería una locura que Cristina y Axel se peleen”, también cree que “no podemos seguir aceptando órdenes a través de X. Ya somos grandes, todos tenemos un recorrido que merecemos que nos digan por qué alguien que nunca quiso al Partido Justicialista ahora lo quiere y cuál es el sentido. Como quedó demostrado, no sirve la unidad por la unidad misma” aunque “sí tenemos que estar todos juntos para frenar a este modelo que propone el gobierno de Milei”. 

En el día de la Lealtad Peronista, nadie ve un acto de traición por parte del gobernador. Pero asumen que su silencio es un grito de guerra para frenar los reclamos del hijo de los dos presidentes y que esa actitud, además, contó con el apoyo, en los mismos términos, de más de cuarenta intendentes peronistas bonaerenses.

En el acto programado en Berisso, donde Kicillof será el orador central, no estará presente ni la ex vice de Alberto Fernández ni su hijo. Tampoco los jefes comunales vinculados con La Cámpora. Será solo para los kicillofistas, corriente que se ha empezado a organizar como tal.

Para la mayoría de la dirigencia bonaerense, “lo de Ricardo Quintela no es lo importante. Es un gobernador que se animó y caminó, pero no nuestra pelea. Ahora, es un delirio decirle a un compañero que gobierna que no sirve y se tiene que ir a su casa”, inició con su relato uno de los organizadores del acto de Berisso.

“Sin embargo, lo que en el Instituto (Patria) no contemplan es que él primero, para ser intendente de La Rioja Capital, se tuvo que pelear con Carlos Menem. Luego se enfrentó con Luis Beder Herrera para quedarse con la gobernación. Disfruta pelearse con gigantes. Así que no lo veo bajándose contra Cristina”, reflexionó.

Lamentablemente, para los amantes de las discusiones políticas y las peleas frontales, aquellas que determinan conducciones claras, todo esto puede transformarse, como la no reunión entre Axel y Cristina, en una nueva no noticia. Primero porque Ella jamás compitió contra nadie en una interna. Cuando podía hacerlo, prefirió irse por fuera, como lo hizo contra Hilda Chiche Duhalde en 2005 y con Unidad Ciudadana en 2017. “No está a la altura de los mortales”, ironizan.

Sin embargo, lo que más peso tiene, además de todos los antecedentes remarcados, son los millones de pesos que demandará una elección de estas características. Nadie está dispuesto a poner un centavo por una herramienta electoral de la que seguirán siendo parte, conduzca quien conduzca. Los que se volcaron en favor de Kicillof en su pelea con La Cámpora le advierten que debe mantenerse firme y “trabajar para una unidad en la que estemos todos”.

“Si no pasa eso y termina aceptando la mirada fija de Cristina, listo, nosotros estamos entregados también”, confesó. El sábado, al filo de la presentación de listas, se sabrá cómo quedará conformada la unidad, sin internas de por medio. Si sucede lo contrario, será un milagro.