Alfredo Cornejo prepara el terreno para unas paritarias austeras
Desde el Gobierno provincial ponen énfasis en la situación delicada que atraviesa la provincia por la caída de la recaudación y la quita del impuesto a las ganancias.
En el Gobierno provincial ya están abriendo el paraguas de cara a las negociaciones paritarias que se retomarán en febrero. Al igual que Javier Milei, el gobernador Alfredo Cornejo quiere dejar claro que "no hay plata" y así lo está manifestando su ministro de Hacienda, Víctor Fayad. En los últimos días se conoció el pedido de generar un 20% de ahorro a todos los ministerios y una caída del 20% en la recaudación impositiva. A eso, suman el impacto negativo que ha tenido en las arcas provinciales la eliminación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.
El mensaje es claro: no hay plata. Y el motivo por el que han salido a reforzarlo desde temprano es que saben que los ingresos de los empleados públicos quedarán atrasados a raíz del salto inflacionario que se registró en diciembre y que se repetirá en el mes de enero.
Los gobernadores apuestan a que el gobierno nacional de marcha atrás con la decisión de Sergio Massa de eliminar la cuarta categoría de Ganancias. Saben que si eso no ocurre muchos de ellos enfrentarán serias dificultades para pagar sueldos. En la Casa Rosada son conscientes de esa debilidad y la usan como palanca para conseguir apoyo para la aprobación de la ley ómnibus y la ratificación del DNU de Javier Milei.
En los últimos años las paritarias han estado atadas a la inflación. Si bien dejó de aplicarse la cláusula gatillo, los acuerdos siempre tuvieron como norte alcanzar la inflación mensual. Desde el Ministerio de Hacienda anticipan que eso no es posible con una inflación superior al 20% y una merma significativa en los ingresos provinciales.
Ante ese escenario, desde el gobierno le están anticipando a los sindicatos estatales que la propuesta será acorde a lo que la provincia esté en condiciones de pagar sin poner en riesgo la prestación de servicios. Sobre todo si no se compensa de alguna forma la estrepitosa caída de los ingresos por coparticipación producto de la eliminación de ganancias.
Más inflación, menos recaudación y menos coparticipación es el cóctel que ya preocupa en el Ministerio de Hacienda. Sobre todo porque saben que, a raíz de la inflación y la pérdida del poder adquisitivo, es probable que se recargue la demanda en los servicios estatales de Salud, Educación y Transporte.