La marcha de la CGT desde adentro: el palo de Moyano a su hermano, los carteles y la hamburguesa a 2.500 pesos
MDZ estuvo en la movilización de la CGT en donde consiguió declaraciones de Pablo Moyano y de distintos manifestantes. Las perlitas que dejó la marcha contra Javier Milei.
Casi 30 grados de calor acecharon a los manifestantes que se acercaron a la plaza del Congreso para apoyar a la Confederación General del Trabajo (CGT) con el paro general y para manifestarse en contra del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la Ley Ómnibus. Miles de personas salieron a manifestarse tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en otras zonas del país.
Para las 14.30 Pablo Moyano ya había cerrado su discurso y, para las 15, los manifestantes ya estaban desconcentrando la plaza. Muchos estaban desde las 10 de la mañana bajo un sol que no dio tregua. En las inmediaciones al Congreso, la gente caminó por calles y veredas, pero unas cuadras más alejadas al epicentro, la multitud comenzó a acomodarse arriba de la vereda. "Están cumpliendo mucho el protocolo ustedes, ¿eh?, están muy obedientes", le dijo un señor de, máximo 65 años, al grupo que lo acompañaba.
Cuando bajó del escenario, MDZ pudo intercambiar palabras con Pablo Moyano sobre los dichos de su hermano Facundo. "Yo de la farándula no hablo", exclamó desentendiéndose de la situación. Además, notablemente molesto por la pregunta, nos envió a hablar con él: "Ahí está, Facundo Moyano está ahí".
Es que Facundo Moyano, más temprano, había llamado a hacer una "autocrítica profunda" desde dentro del peronismo. "Nadie se hace cargo, y nadie hace una autocrítica", agregó. Dijo además que se debe encontrar a los "responsables" de la situación que atraviesa la Argentina.
La palabra de Pablo Moyano
Por su parte Leandro Santoro, diputado nacional perteneciente a Unión por la Patria, prefirió no dar declaraciones. "Yo no hablo", le dijo a MDZ. Se encontraba en el medio de la manifestación, como "uno más".
CGT, Camioneros, Uocra, MST, UOM, UPCN, entre tantos otros sindicatos y movimientos dijeron presente. Además, mucha gente fue autoconvocada por motus propio por fuera de cualquier movimiento. "Venimos a defender la salud pública", confesaron residentes y estudiantes de medicina a MDZ. "La patria no se vende", gritó otro.
"La marcha estuvo espectacular, porque fue contra los ajustes que está haciendo Milei", explicó un manifestante autoconvocado. "Esto así no va", indicó otro. Con una remera con la cara de Juan Manuel de Rosas, el participante de la protesta admitió que es trabajador del Estado. Al ser consultado sobre lo que le generaba que desde el Gobierno dijeran que los trabajadores estatales que cortaran se les descontaría el día, el hombre contestó que tendrán que "aguantarlo", y que habrá que "luchar".
"No al ajuste inquilino", sostenía el cartel un manifestante, perteneciente al Movimiento Inquilino Nacional. "Emergencia Habitacional Ya!!!", rezaba el cartel. Una chica de unos 25 años alzaba otro que se oponía al "tierricidio".
La marcha también tuvo su cuota emotiva: la participación de Abuelas de Plaza de Mayo, a las que se las despidió con un fuerte y conmovedor aplauso. Al retirarse en una Kangoo, los presentes entonaron juntos: "Madres de la Plaza, el pueblo las abraza".
La barrabrava sindical estuvo presente. Cada movimiento llevó consigo a los trompetistas, trombonistas y percusionistas para que le den una atmósfera de cancha a la movilización. La gente, al rededor, bailaba.
"A vos te dejo $2.500 la hamburguesa completa", dijo Oscar, el parrillero que también vendía choripanes y sánguches de bondiola a metros del Congreso. Al mismo tiempo, el de salame y queso costaba $2.000. Para las 15 no quedaban vendedores de gaseosas y cervezas, pero en el piso de la plaza quedaron los restos de basura. Los cartoneros aprovecharon la movida y recolectaron lo que veían con buenos ojos.
Miles de manifestantes se acercaron al Congreso y a sus inmediaciones para participar de la movilización dispuesta por la CGT. Una jornada con, aproximadamente, 6 horas de duración, el saldo fue positivo para ambas partes: Pablo Moyano dio su mensaje, y Patricia Bullrich no tuvo que activar el protocolo antipiquetes -salvo en pequeños focos-.