Javier Milei busca dejar el infierno y vaciar al kirchnerismo para llegar al paraíso
Javier Milei y la búsqueda del equilibrio fiscal con las calles vacías. El factor desunión en el kirchnerismo y el 2025 como meta.
Dante Alighieri describió los tediosos procesos, pasos, infiernos que debe atravesar una persona, un alma, para hallar lo que busca, el cielo, el paraíso o los superávit gemelos, son cuestiones contextuales. Ayer empezó su largo camino un Gobierno que decidió inicialmente con osadía y más simbolismo que números, recorrer el trayecto que, de logarse, cambiaría la historia del país. Plantea entonces Javier Milei el desfinanciamiento de distintos sectores del Estado y la quita de subsidios en lugares sensibles a una sociedad con bolsillos vacíos, con el kirchnerismo unido al Polo Obrero en su narrativa de conquista: nada puede ser más complejo para el comienzo de la gestión.
Luis Caputo y Javier Milei enconces caminan el camino gobernado por la oscuridad, cerca de Jerusalén en su primera etapa. Es aqui donde deberán resolver la primera de las transformaciones, donde está la quita de subsidios al transporte y el combustible y la desactivación de las Leliqs, donde la falta de pericia del equipo de Sergio Massa no dejó arista por descubrir. Allí se encontrarán paradójicamente con el León, representante de la lujuria, que en Argentina es exactamente la emisión monetaria, que logró récord con Sergio Massa para llegar a casi 15 puntos del PIB buscando un balotaje que lo encontraría besando la lona más de lo especulado.
Javier Milei hizo ayer através de Luis Caputo lo que quiso y no pudo Mauricio Macri en diciembre de 2015. Contó el desastre que deja la gestión de Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa en su estéril intento por esquivar el iceberg esquilmando dinero público. La emisión de 17 billones de pesos para una campaña desértica son ahora el nuevo norte a descativar que tiene el presidente y su equipo, que sutilmente explicaron cómo harán para bajar déficit con las calles vacías, algo desconocido.
El purgatorio de Javier Milei será entonces el 2025, cuando una vez atravesado el inferno y con la liquidación de Vaca Muerta y una campaña prometedora del agro, aparezcan las primeras flores y el déficit fiscal ya sea cero, con una inflación según proyectan, inferior al 40% anual, es decir, lograr que los tres punto que había bosquejado Sergio Massa lleguen en abril, pero de 2025. Errores del almanaque kirchnerista. Será la sociedad la que apoye en urnas lo que el recorte generó en sus vidas y confiar en lo venidero.
La oposición, esos monstruos malvados representados en seres sucios e insaciables, llenos de pereza, ira y los otros pecados, serán quienes le confirmen a la opinión pública, o a quienes los sigan siguiendo, el perfecto desastre al que irá la Nación por el plan de Javier Milei. El desafío que tendrá el kirchnerismo es si la inflación tiende a la baja en marzo, que es lo que aseguran va a suceder en el Gobierno. Si eso sucede, entonces la épica planteada hasta el hartazgo por el saliente Gobierno empezará a tornarse tangible, a medida que entran dólares, se sostiene el consumo y se desactivan las Leliqs, algo más parecido a una obra de ingeniería que a un plan económico.
El intento del Gobierno es evitar que la narrativa kirchnerista sea el fin de los derechos sociales. La duplicación de Tarjeta Alimentar y el aumento de la Asignación Universal por Hijo, esa herramienta diseñada por la Coalición Civica y aplicada por Cristina Kirchner quince años atrás asegura un mínimo de plafón para avanzar en el ajuste, por ahora esencialmente simbólico de cara a la base votante de Milei. Será entonces ya el momento de encontrarse con Santa Matilde, quien le ofreció al Dante olvidar los pecados y recordar lo bueno hecho. La tentación de la emisión monetaria siempre acompañará al Gobierno, cuya premisa básica es no caer para llegar al paraíso.
La posición kirchnerista fue más cantada que "Muchachos". El ajuste liberal insensible llegó para arruinar la prosperidad que había antes, y el guión de Luis Caputo despejó dudas: alentar exportaciones caídas, juntar dólares para saldar la deuda y revitalizar la generación de empleo y sostener como válvula a presión con AUH y Alimentar el consumo doméstico básico mientras la macro se ordena y reduce a la vez. Ya sin el hilo argumental, deberán buscar una vuelta de tuerca para explicar el fracaso liberal, en caso siempre que se cumplan los deseos del presidente y su equipo.
La suerte de Javier Milei está hechada, ahora viene lo que no es simbólico, la quita real de impuestos y liberación de combustibles y tarifas, lo que le costó el Gobierno a Mauricio Macri. La diferencia para nada sutil es que Cambiemos había prometido paradiso sin inferno, por lo que la decepción de sus seguidores fue total. Ayer el país parecía entrar en un estado de locura, un ministro aseguraba que lo venidero era doloroso, y miles de cuentas en redes y en las calles había un optimismo difícil de comprender: tal vez la batalla cultural empezó a ganarse.
Los temores del Dante no sólo eran externos, sus memorias y miedos lo perseguían y azuzaban sus anhelos, por lo que Javier Milei deberá buscar sin pausa que el fuego amigo, las voces internas, el internismo y la inexperiencia en la gestión de lo público, lo vuelvan al inferno, lo que pondrá a todo el país, en una situación irreversible.