Axel Kicillof, Máximo Kirchner y una batalla que comienza con los intendentes como testigos
Máximo Kirchner siempre previó la derrota de 2023. Por eso casi trabajó como líbero y apareció en contadas ocasiones en la campaña. Sin embargo, que Kicillof haya sido el único ganador, lo incomoda.
La reunión entre Axel Kicillof con la mayoría de los intendentes del peronismo kirchnerista renovador de la provincia de Buenos Aires del lunes pasado, fue una primera muestra de las tensiones que no tendrán rápida resolución y que vienen desde hace un par de años, cuando se profundizó la distancia entre Máximo Kirchner y el gobernador bonaerense.
Cuando casi había terminado el relato de Kicillof sobre el sombrío panorama económico que se tiende sobre la provincia de Buenos Aires sin el auxilio directo del Gobierno nacional, y su posterior debate entre los jefes comunales presentes, Mario Secco, de Ensenada, lanzó el primer mensaje político directo. “Debemos andar pensando en Axel presidente”, dijo. Sentada al lado suyo, Mayra Mendoza no creyó que fuera ni el momento ni el candidato indicado porque reclamó que temas así se discutieran “delante de Máximo Kirchner”, a quien puso en la lista de sus preferidos para encabezar la representación del peronismo kirchnerista renovador de ahora al futuro u “otro compañero” sin excluir a nadie.
Secco, junto con Jorge Ferraressi, de Avellaneda, quien no estuvo en la juntada, son los dos puntales de la aún no conformada mesa Axel Presidente 2027, ya que lo consideran un primus inter pares y el representante partidario con mejor potencial de votos para el futuro.
El intercambio de opiniones entre Mendoza y Secco fue puntual y no deparó más que unos pocos minutos. Nadie más de los casi sesenta intendentes presentes se hizo eco de ninguna postura. A muchos, la mayoría, le cuesta creer que el gobernador empiece a armar por su cuenta sin tener la autorización previa de Cristina Fernández de Kirchner.

En la reunión nadie habló de ser una “oposición responsable” y sí remarcaron una apocalíptica conclusión en la que habría represión y violencia en las calles. El ajuste anunciado y promocionado en la campaña tendrá al peronismo kirchnerista renovador de la vereda de enfrente, aunque muchos de los actuales funcionarios de segunda y tercer línea continuarán en sus puestos porque no hay recurso humano para reemplazarlo.
Además de Kicillof, quien entendió que ese era el mensaje que tenía que remarcar es el ministro Gabriel Katopodis. Con su premonición sobre el cierre de la obra pública realizada en trenes, colectivos y en paros activos con los obreros de la construcción como testigos, él querrá decir, desde 2024, “yo les avisé” y desde ahí construirá su campaña a suceder al gobernador que lo tiene anotado para sumarlo a su gabinete cuando se reconstruya tras el 10 de diciembre.
En paralelo, por la noche, Sergio Massa, quien no repitió más la posibilidad de irse a trabajar al exterior como dejó trascender por varios medios, se juntó con los intendentes y legisladores que quedaron en su representación. Les concedió que “Javier (Milei) algo me debe”, en clara alusión a su aporte inicial en las PASO para fortalecerlo en desmedro de Juntos por el Cambio y vaticinó que hará frente con los compromisos económicos que su ministerio aún tiene presente con las provincias con respecto de coparticipación y adelantos extraordinarios.
Massa y Máximo Kirchner casi tienen la misma cantidad de intendentes que le responden en la provincia de Buenos Aires. 13 el primero y 12 el segundo, y a ambos se le pueden plegar, según sean las circunstancias, algunos aliados naturales trabajados durante todos estos años.
Sin decirlo directamente, Kicillof deslizó que los beneficios otorgados en plena campaña electoral, como la devolución del IVA por pagos que se realizan con tarjetas de débito y la eliminación de la cuarta categoría de Ganancias los desfinanció brutalmente y que la llegada al poder de Milei los puso en un verdadero callejón sin salida, porque Massa no llegó, (“no quiso”) coincidieron varios de los presentes en la reunión del lunes, en aprobar otros mecanismos compensatorios para las provincias.
“Más allá de los saldos institucionales, debería haber un reconocimiento político y simbólico a Sergio Massa”, expresó en la red social X Sebastián Galmarini, cuñado del excandidato presidencial y uno de los artífices de su campaña tras las PASO. “Ese reconocimiento debe darse porque no solo puso todo de sí, sino que fue fundamental para que retengamos provincias y ganemos un montón de municipios, además de conformar las mayorías legislativas que hoy detenta Unión por la Patria”.
La situación presupuestaria es algo que está en la primera fila de las preocupaciones de los intendentes y del gobernador, aunque éste debería reconocer que Milei está proponiéndole a los gobernadores lo mismo que él les pedía a los jefes comunales. “Usen la que tienen guardada en plazo fijo”.
Ahora, varios están dispuesto a hacerlo, aunque están analizando aumentos en las tasas municipales que van del 60% al 100%, algo que también hará Kicillof con los impuestos provinciales. Por ahora, y hasta nuevo aviso, la oposición se niega a discutir un nuevo endeudamiento de 150 millones de dólares que el ministro de Hacienda, Pablo López, le pidió a los legisladores oficialistas.

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