Un teléfono, tres chips y los nervios que le atribuyeron a Walter Bento
Este jueves brindaron declaración testimonial dos trabajadores de Movistar. Contaron detalles de las excusas con las que Bento pidió dos cambios de chips en siete días.
"Al principio fue amable, después -cuando le dije que no podía anular la operación- se puso nervioso". Así describió un empleado de Movistar la actitud con la que Walter Bento exigía que le dieran un chip nuevo y minutos después que anularan el cambio de chip que acababa de realizar. El teléfono de Walter Bento es una pieza clave en la investigación penal pero también en el juicio político que podría acabar en su destitución. En concreto, Bento no solo se negó a entregar su teléfono al ser requerido por la justicia, también realizó maniobras para evitar que los investigadores pudiesen acceder al mismo.
Según explicaron los dos testigos, Walter Bento acudió a los locales de Movistar en tres oportunidades en el lapso de una semana. Primero pidió un nuevo chip asegurando que el teléfono se le había caído al agua y no funcionaba. Ese mismo día, minutos después de que le dieran un chip nuevo, pidió la anulación de la operación aduciendo que ya había solucionado el problema. Como eso no fue posible, se retiró ofuscado y volvió a la semana siguiente a pedir un nuevo cambio de chip.
Los testimonios de Emilio Ricardo Orellano, encargado de dos locales de Movistar, y Armando Roberto Vélez, empleado que atendió a Walter Bento, sirvieron para exponer las maniobras del juez federal en medio de la investigación que existía en su contra.
Vélez atendía el sábado 8 de mayo en un local de Movistar ubicado en la calle San Martín. Fue él quien atendió a un sujeto amable que ingresó para pedir un nuevo chip. "Me dijo que se le había caído al agua o a la acequia", narró el testigo y aclaró que la línea figuraba a nombre del Poder Judicial pero se le hicieron preguntas sobre facturas pasadas y llamadas para confirmar que era el usuario del teléfono. Una vez que se realizó ese procedimiento, se le dio un nuevo chip. Según narró el testigo días después del episodio, el sujeto salió corriendo a su camioneta y luego volvió a entrar al local para pedir que se anule la operación porque había solucionado el problema con el chip anterior.
Allí, según narró Vélez, la amabilidad del cliente se convirtió en nerviosismo. Sobre todo luego de que le explicara que la operación no se podía anular. "Al principio fue amable. Después, cuando le dije que no podía anular, se puso nervioso. Le expliqué que no había vuelta atrás porque se anula el chip viejo. Me puse un poco más firme para que entienda que no se podía. Insistía y le dije que se retirara. Se fue molesto. No le quedaba opción", explicó Vélez.
El empleado se quedó preocupado por el malestar del cliente y le advirtió al encargado que se había registrado ese altercado. Sobre todo para evitar sanciones o anticiparse a una queja ante casa central. Pero, para sorpresa de Vélez, exactamente siete días después, el sujeto volvió a entrar al mismo local.
"Vino de vuelta y le dije a mi encargado que era la persona del problema. Venía a hacer un nuevo cambio de chip y le dijimos que no se podía. Se quejó cuando le dijimos que aparecía esa leyenda en el sistema", manifestó Armando Roberto Vélez ante el tribunal. "No recuerdo textual qué decía la leyenda pero tenía que ir a casa central de Movistar", remarcó. El encargado del local, Emilio Ricardo Orellano, estuvo presente en esa oportunidad horas más tarde volvió a ver a Bento pero en otro de Movistar.
A pesar de que le dijeron que el nuevo cambio de chip no estaba autorizado, Bento intentó nuevamente por la tarde. Lo hizo en el local ubicado en calle Las Heras sin saber que pertenecía al mismo encargado. Orellano estaba allí presente y rápidamente reconoció al sujeto que había ido por la mañana al comercio de la calle San Martín. "Lo vi en la fila y le dije que no podía hacer ningún trámite con su chip y que tenía que ir a casa central. Le dije que se retirara", sostuvo el testigo ante el Tribunal Oral Federal N°2.
Un dato que quedó confirmado es que la línea no estaba a nombre de Walter Bento sino del Poder Judicial de la Nación. Justamente, ese es uno de los puntos que ha generado controversia. Bento se negó a entregar el teléfono cuando se lo requirieron asegurando que el aparato era de su propiedad, mientras que desde el Ministerio Público afirmaban que debía entregarlo porque la línea era del Poder Judicial. Bento ni siquiera figuraba como apoderado de ese número, según explicaron los empleados de Movistar.
Ninguno de los dos trabajadores sabía que el sujeto que estaban atendiendo era el juez federal Walter Bento. "A la semana vino una encargada de Movistar y nos dijo quién era y pusimos su nombre en internet. Era Bento, no me acuerdo el nombre. Después vino investigaciones, se llevaron las cámaras y tuve que venir a declarar", recordó Vélez.
La fiscal Gloria André le preguntó cuál fue el argumento con el que Bento pidió por segunda vez un chip nuevo en menos de siete días. "Me dijo que el chip nuevo se lo había roto el hijo. Estaba perforado. Hay que hacer un poco de fuerza para perforar un chip, pero puede suceder", destacó Vélez.
En mayo del 2020 Bento ya sabía que era investigado y su teléfono estaba intervenido. En ese contexto los investigadores sospechan que Bento borró información de sus conversaciones mientras que Bento afirmó en distintas declaraciones que la información se puede haber perdido cuando le clonaron su chip. "Clonaron ilegalmente mi teléfono celular propio, se metieron en las claves, subían y bajaban las aplicaciones. Mis hijos me decían 'papá, estás en línea' y yo no estaba en línea", dijo Bento cuando habló ante el tribunal.