A una semana de las elecciones: una certeza y seis dudas
Cerca de Javier Milei, Sergio Massa y Patricia Bullrich se muestran optimistas, pero por lo bajo reina la tensión y la incertidumbre. Futuro con mira en lo electoral pero también en lo económico.
“Vamos a ganar en primera vuelta”. “Vamos a estar en el balotaje”. Todos exteriorizan optimismo, pero por lo bajo son una bola de tensiones. En el comando de Javier Milei están convencidos de que el triunfo en las elecciones del 22 de octubre superando el 40% y sacando más de 10 puntos de ventaja está a la vuelta de la esquina.
No parece sencillo. Necesitaría crecer más de 8 puntos porcentuales respecto a lo que sacó en las PASO del 13 de agosto. Viene de sacar el 31,6% de los votos afirmativos (como se contará el próximo domingo) y debería tener un impulso incluso mayor al que tuvo Mauricio Macri en 2019, que pasó de 32,9% a 40,3%. Pocos creen que eso sea posible, pero el nivel de incertidumbre reinante hace que nada se descarte.
Para lograrlo necesita seguir sacándole votos a sus dos rivales principales. Cerca de Sergio Massa están seguros que estarán en el balotaje, sobre todo porque no ven a Patricia Bullrich competitiva. En Juntos por el Cambio, por el contrario, en la última semana tras el debate hubo un shock de optimismo y creen que estará en la segunda vuelta.
El nivel de nerviosismo aumenta a medida que se acerca el próximo domingo donde se votará al futuro presidente. Se percibe en cada bunker pero sobre todo también en el sistema económico.
El escenario está plagado de incertidumbre, la mayoría electorales pero también sobre el futuro político, social y económico. El dólar por encima de los mil pesos es solo un anticipo de las dificultades que se vienen.
Las dudas sobre lo inminente
En ese contexto, se van acumulando los interrogantes sobre lo que pasará en el futuro inmediato.
- ¿Milei llega a ganar en primera vuelta?
Existe un consenso bastante generalizado de que el candidato de La Libertad Avanza está creciendo respecto al 31,6% que sacó en las PASO. Se sostiene en un efecto contagio por el exitismo sumado a un contexto político (Insaurralde + Chocolate) y económico (dólar + inflación) que pide a gritos un cambio rotundo.
Sin embargo, para el análisis se toma como referencia encuestas que en la previa al 13 de agosto subestimaron el potencial de Milei. ¿No lo pueden estar sobreestimando ahora? Además, muchos de esos trabajos detectaron que también creció un temor a un eventual gobierno del conservador libertario.
- ¿Quién entra al balotaje?
La mayoría de las encuestas está viendo a Massa mejor posicionado que Bullrich para entrar a la segunda vuelta con Milei. Desde un primer momento habría traccionado a todo Unión por la Patria, inclusive aquellos que votaron a Juan Grabois. El temor a Milei, en el universo peronista/kirchnerista/progresista/populista sirvió como el mejor amalgamador de votantes y evitar fugas hacia el FIT.
La pregunta que queda dando vueltas, no obstante, es si Massa va a lograr ser lo suficientemente ignífugo como para que el escándalo de Insaurralde y la feroz devaluación no le afecte su caudal de votos.
Por el otro lado, cerca de Bullrich hay renovados aires de optimismo. A pesar de que algunas encuestadoras la muestran a la baja en la última semana, en su equipo aseguran que sus números dan lo contrario y que está en un virtual empate con Massa (menos de medio punto arriba en la última).
El desempeño en el debate fue clave, no solo para mostrar una imagen distinta, sino para contagiar a las bases. “Si le iba mal en el debate era game over”, dice un candidato de Juntos por el Cambio, “ahora hay que ordenar todo por abajo”.
El anuncio de Horacio Rodríguez Larreta como eventual jefe de Gabinete fue el final de una estrategia en la que terminaron de entender que el diferencial ya no lo iban a tener vendiéndose como un cambio, porque Milei salió mejor parado en ese rubro, sino como algo más sólido y confiable que lo que vende el libertario.
- ¿Hay chances de que Milei no llegue al balotaje?
Una sola encuestadora, la brasileña Atlas Intel, dio un escenario de Massa primero y Milei y Bullrich empatados en el segundo lugar. De concretarse, se llevará el reconocimiento de haber sido la única que lo anticipó (algo que logró en 2019). Sí hay, sin embargo, analistas que insisten con que el escenario de tercios puede volver a repetirse. Son aquellos que creen que el candidato de La Libertad Avanza no creció como algunos esperaban, que Massa está trabado y solo mantiene un voto ideologizado, y que Bullrich logró retener todo el voto de Juntos por el Cambio. En esa lógica, los nuevos votantes serán clave.
- ¿Cuánta gente más irá a votar?
La respuesta puede ser determinante el domingo 22 a la noche. Y todos tienen argumentos para confiar que se van a ver beneficiados. Por eso la incertidumbre. Se habla de entre un millón y medio y tres millones más de personas que podrían sumarse a votar y no lo hicieron en las PASO.
Milei confía que son aquellos desencantados con la política, que no querían votar a ninguna de las opciones y que como vieron que el libertario sorprendía ahora buscarían subirse a la ola.
En Unión por la Patria, en tanto, miran los números de participación y encuentran sectores del Conurbano que estuvieron por debajo de la media. Son justo lugares donde suele recibir mayor porcentaje el peronismo. Por eso creen que el Plan Platita puede servir para acercar a parte de ese electorado. Fue lo que pasó en 2021, cuando la lista que encabezaba Victoria Tolosa Paz logró acercarse a la de JxC a fuerza de recursos.
Bullrich, por su parte, mira a “Chetoslovaquia”, ese cordón centro del país que tantas alegrías le dio a Juntos por el Cambio y que en esta elección le fue más esquiva. “Hay de 5 a 7 puntos de personas que no votaron, no responden encuestas y no van a votar a Massa”, resume un dirigente macrista.
- ¿Quién se beneficia de la debacle económica?
La respuesta a la pregunta anterior va íntimamente ligada al impacto que el derrumbe del peso tenga en el electorado. Hay especialistas y dirigentes que creen que se puede beneficiar Juntos por el Cambio, como un sector con experiencia, equipo y apoyo político adecuado para enfrentar un contexto que será durísimo.
Otros, en cambio, siguen mirando a Milei como el beneficiario. No solo por la insólita decisión de Alberto Fernández de demandarlo (algo que despertó la furia de Massa) sino porque la idea de que el país es un barrilete sin rumbo es la que lleva a mucha gente a aceptar la idea de barajar y dar de nuevo. Cueste lo que cueste (o quizás sin entender lo que puede costar).
- ¿Qué pasará el 23 de octubre?
Pero las incertidumbres, las dudas, no se acaban el 22 de octubre. Al día siguiente, los mercados darán un veredicto sobre cómo interpretan el resultado (si es que pudiera haber una interpretación uniforme) pero además el ministro de Economía, Sergio Massa, deberá dar precisiones sobre el camino a seguir.
La devaluación del 20% del 14 de agosto ya perdió impacto. ¿Se viene otro shock el lunes después de las elecciones? Si Massa está en el balotaje evitará a toda costa hacer una devaluación. Si gana, en cambio, deberá contenerlo a la espera de que llegue el balotaje del 19 de noviembre
La única certeza
Ante tanto escenario de incertidumbre, el panorama social, político y económico esconde una sola certeza: gane quien gane las elecciones, el futuro inmediato de los argentinos será peor al actual.
Más rápido o más despacio, quien gobierne el país deberá sincerar variables para empezar a estabilizar la situación. Pero antes de que se estabilice, el común de los economistas coincide en que el impacto en precios y pobreza será inevitable.
Quién lo haga será clave, pero sobre todas las cosas será más importante quién detenta el poder con el ajuste ya realizado. El mediano y largo plazo aceptan encender llamas de esperanza, la pregunta es si “la casta” argentina, con Milei incluido, entiende cómo evitar apagarlas. Saben jugar con fuego, pero no controlarlo.