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La Corte Suprema de Cristina Fernández de Kirchner

Una vez más, la vicepresidenta ha hecho lo que quiere en el Senado, ayudada por los gobernadores del Partido Justicialista.
Foto: Twitter Unidad Ciudadana
Foto: Twitter Unidad Ciudadana

Nadie duda que para ella, que hace unos años amadrinó la reducción de 9 a 5 miembros, lo importante no es si la Corte Suprema tiene 5, 9, 15 o 25 miembros, sino demostrarle su poder a los jueces que deben evaluar las pruebas en el juicio Vialidad y en todos los demás. Su estrategia política siempre ha sido maquiavélica: es preferible que le teman y no que la quieran. Pero para los gobernadores y para el PJ, el asunto es muy diferente y de muchísimo más largo alcance o sea, más grave para nosotros:

Si los gobernadores logran lotear los cargos de la Corte y quedarse con algunos, aumentarán exponencialmente su ya gran poder, porque es sabido que la tradición pejotista es “primero el movimiento”, o sea, tendrán jueces de la Corte cautivos. El ya agobiante medioevo en el que viven algunas provincias, empeorará. Para el PJ propiamente dicho, también sería un gran aumento de poder, porque como tiene y probablemente seguirá teniendo mayoría en el Senado, la oposición siempre deberá sentarse a negociar con ellos para designar no solo jueces de 1o y 2o Instancia, sino esta absurda cantidad de jueces de Corte.  No es necesario aclarar que en esas negociaciones gana la casta y pierde la gente. Algunas almas bellas creen que esta aprobación parcial es inocua, porque el delirio no será aprobado en Diputados.

¿Qué puede pasar en Diputados?

No es fácil estar tranquilos. En general, las pretensiones de cambios judiciales logaron se rechazados por la oposición, pero en otras cuestiones casi tan importantes -al menos para la gente- los diputados del aparente opositor Roberto Lavagna han votado con los “k”, al igual que la siempre kirchnerista izquierda. Para peor, incluso algunos diputados del resto de la oposición se han ausentado por diversas pero inaceptables excusas: viajes a Disney, a Europa, o enfermedad. Lo que haya sido, fue funcional al kirchnerismo y estuvo mal, por decir lo menos.

Además, la ampliación de la Corte es una zanahoria a los ojos de muchos gobernadores, que así como controlan a sus senadores, también controlan a sus diputados. La tentación de ampliar su poder disponiendo de sitiales en la Corte es enorme y no extrañaría si algunos diputados privilegian mantener sus bancas y renovarlas, antes que mantenerse firmes frente a este atropello contra la división de poderes. Hay quienes asumen este riesgo de la aprobación de la ley en Diputados, pero buscan consuelo en que
igual, no podrán cubrirse las vacantes. Olvidan dos factores clave: primero, que una Corte de 15 miembros no puede funcionar con solo 4 y como ha dicho varias veces el constitucionalista Martín Oyhanarte, se aplicaría el art. 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial: se completará con los presidentes de las Cámaras Federales y si no bastan, con conjueces. De esa forma aumentará el riesgo de que alguno de esos jueces temporales agregados, tenga la debilidad moral de dejarse asustar o comprar por alguien, dada la inestabilidad de su membresía.

El argumento de que el kirchnerismo se ha comprometido a no usar ese recurso es vacuo: muchas veces ha cambiado de opinión y el actual presidente merece figurar en el Libro Guiness por la cantidad de veces que se ha desdicho. Además, si la Corte tiene 15 miembros, solo 4 no pueden actuar porque sería tanto escándalo institucional como sobre todo legal: como dijimos, la ley 23.498 no es optativa: debe aplicarse. Una vez más estamos frente a un posible retroceso gravísimo: si se aprueba la ley en Diputados, sufriremos a una Corte de funcionamiento casi imposible y tironeada desde todos lados. Esa no es la Corte que concibe ni nuestra Constitución ni ninguna otra en el mundo, salvo los equivalentes de Venezuela, Cuba, Nicaragua y Norcorea.

Resumiendo: la compulsión antisistema de CFK y del kirchnerismo nos somete a un potencial desastre que pagarán nuestros hijos y nietos, cuando la Argentina se consolide en la pobreza y subdesarrollo en el que ya entramos.

No los dejemos.

* Alejandro Fargosi es abogado, fue miembro del Consejero de la Magistratura de la Nación