Así quedó distribuido el juego de poder dentro de la nueva UNCuyo

Hoy es el último acto oficial que presidirá el rector Daniel Pizzi. El martes 16, día de la UNCuyo, asumirán las nuevas autoridades: Esther Sánchez como rectora y Gabriel Fidel como vicerrector, representantes del oficialista Interclaustro, que resultaron ganadores luego de la intrincada elección de junio pasado que generó una gran disputa con la oposición por el parejo resultado.

Los cargos de mayor visibilidad ya fueron presentados. Sánchez, que viene de ser decana de Ciencias Económicas y es especialista en costos, tendrá para su gestión una mirada de austeridad, aseguran desde su entorno. Incluso la nueva secretaria Económica Financiera será Cecilia Asensio, quien ocupó el mismo cargo en Económicas y antes lo hizo en Odontología. Durante la última gestión de Pizzi (2018-2022) ese rol fue para Fernanda Bernabé, dirigente de Libres del Sur, partido político que integra el Interclaustro y Cambia Mendoza a nivel nacional. Sin embargo, esa agrupación quedó relegada en esta nueva gestión. 

Para el equipo que comanda Sánchez, la realidad económica del país que repercute directamente en las universidades y una necesidad de dar una impronta diferente a la gestión, hacen que uno de los focos esté estrechamente direccionado a hacer una manejo racional de los recursos. Para la oposición, en cambio, se viene una etapa de “ajuste”.

El peso de la Franja Morada, el ala estudiantil del radicalismo también será otra característica de la nueva etapa de la UNCUYO. No es para menos: el claustro estudiantil fue decisivo para que la fórmula del Interclaustro se proclamara ganadora.

Por eso, dos áreas que manejan muchos recursos y tienen personal a cargo, estarán en manos de dos personas que provienen de la Franja. Por un lado, Juan Pablo Cebrelli Riveros estará al frente de Bienestar Universitario. El joven viene de la facultad de Derecho, donde fue secretario del centro de estudiantes.

La nueva secretaria de Extensión, Celeste Parrino, también tiene historia de militancia en la Franja de la Facultad de Filosofía y Letras y es profesora de Historia. Actualmente está a cargo del Consejo de Extensión de la UNCUYO y la articulación con la Red Nacional de Extensión Universitaria y de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM).

En el equipo también se destaca el nuevo secretario académico, Julio Aguirre, un politólogo hijo de la fallecida ex secretaria académica y reconocida profesora Estela Zalba. De esta manera, atrás quedaron los rumores de que sería nombrada en ese cargo Claudia García, quien termina su gestión como decana de Ciencias Políticas y Sociales y fue también precandidata a rectora pero no fue elegida.

Aguirre es ponderado por la nueva gestión como un “académico brillante”. Para la oposición le falta experiencia para el cargo que tendrá la coordinación de los planes de estudios de todas las facultades, entre otras tareas.

Fidel, quien es el vicerrector- también estaba anotado en la carrera para ser rector pero finalmente fue elegido como vice por el Interclaustro- tendrá un rol de articulación con universidades de afuera de la provincia y con sectores productivos, que es lo que él postulaba para su campaña.

Algunos dirigentes universitarios ya lo ven en carrera como candidato a rector para 2026. Otros en cambio, teniendo en cuenta el armado del equipo de trabajo, visualizan a otro hombre que es quien tendrá un gran poder dentro de la universidad: Miguel González Gaviola.

El funcionario será desde esta semana próxima el decano de Ciencias Económicas, y hasta hoy es el vicedecano. Es amigo de Sánchez – la amistad nació en 2002 cuando él era el secretario económico financiero de la Universidad y la llamó para hacer un trabajo de proyección presupuestaria-. Pero además, tiene muchísimo peso en las decisiones sobre el equipo de gestión. Es hermano del ex vicegobernador Juan Horacio González Gaviola.

Compromiso Universitario, que es la oposición, decidió no aportar dirigentes a la nueva gestión. Las relaciones quedaron muy complicadas luego de que la agrupación pidiera segunda vuelta y no lo consiguiera.

Además, lo que se viene con miras a las elecciones de medio término de dentro de dos años (para renovar parte del Consejo Superior) es una reorganización de las agrupaciones políticas, en las que algunos sectores podrían acercarse a otros y construir nuevas alianzas.