Opinión

Cuidando nuestros recursos

Debemos cuidar los recursos que tenemos disponibles y reducir el impacto por actividad humana si excediera los limites de sostenibilidad. Hemos avanzado en ese sentido, pero lo llamativo es que, a mi criterio, lo estamos haciendo erróneamente.

Tomás Gerpe
Tomás Gerpe sábado, 9 de julio de 2022 · 15:16 hs
Cuidando nuestros recursos
Foto: Pexels

La semana pasada se presento el informe SOFIA (Estado Mundial de la Pesca) 2022 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Este evento se realiza cada dos años con información que presentan los países miembros. La información no es la última disponible, sino que tiene un año de atraso entre que los países que la presentan, se organiza y luego se publica.

Un dato que viene resaltando hace tiempo es que la producción de origen de la acuicultura ya representa el 49% de la producción de lo que representa “pescados y mariscos”, siendo la pesca extractiva el 51%. Y Argentina tiene un gran potencial. Otro punto que llamó mi atención es que si bien los recursos pesqueros han decrecido por varios factores (contaminación, pesca, entre otros), han aumentado los desembarques de poblaciones biológicamente sostenibles. Sobre este segundo punto quisiera ahondar un poco.

Esto nos da clara idea que debemos cuidar los recursos que tenemos disponibles, reducir el impacto por actividad humana si excediera los limites de sostenibilidad. Se ha tomado la decisión localmente de proteger vía Áreas Marítimas Protegidas (AMP), y hemos avanzado al respecto y seguimos avanzando en ese sentido. Lo llamativo es que, a mi criterio, lo estamos haciendo erróneamente. Y creo que en gran parte es porque existe el prejuicio que el sector industrial pesquero es un depredador sin limites, una visión completamente anacrónica sobre el mismo.

Debemos proteger tanto los recursos como el ambiente en el que habitan siempre que sea necesario. El tipo de protección que se necesita debe definirse en función de las características propias del área o recurso que queremos proteger. Esto debe basarse en el conocimiento científico y además con objetivos claros fijados, ya sea mantener lo que encontramos allí o mejorarlo. Siendo el mar (así como los recursos que lo habitan) muy dinámicos, lo lógico sería trabajar en herramientas dinámicas o, por lo menos, lo menos rígidas posibles.

Sin embargo, quienes dicen querer proteger estos hábitats y sus recursos constantemente empujan a que todo esto sea realizado por ley, que es el instrumento mas rígido posible o el que menos adaptación dinámica posee (modificar una ley tiene requisitos mínimos de votos en las cámaras del Congreso provincial o de la Nación, según corresponda). Y luego no ponen el mismo énfasis en el resto de instrumentos disponibles para el desarrollo de las áreas mismas y su explotación sostenible (donde es factible). Este es el caso de las AMP Yaganes y Banco Burdwood, Ley 27.490.

Hay mucho por hacer, pero es lamentable que muchas veces el mensaje es “contra” lo que se hace en lugar de mejorar lo que se hace. He sido testigo de argumentos falsos que se han mantenido en el tiempo. He sido testigo de discusiones técnicas y planes con errores graves, sin embargo no he sido testigo de las correcciones de los mismos. Y ello conlleva que la implementación termine haciendo que los instrumentos no sean tan efectivos. Seguimos avanzando con falsos argumentos para creación de nuevas AMP donde terminaran siendo AMP de papel, que irán contra nuestros propios intereses y favorecerán intereses de terceros y externos. Debemos mejorar y profundizar en nuestros propios intereses. Las herramientas están, debemos saber usarlas. Es acá y ahora.

*Tomás Gerpe está vinculado con la industria pesquera.

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