Acuerdo con el Fondo

FMI, duro y directo: no negociará metas este año

Primer contacto extraoficial, y con contenido, entre Washington y Buenos Aires. Avisaron que este año no se discutirán los términos del acuerdo firmado en marzo. La discusión sobre el Facilidades Extendidas había sido planteada por Cristina en la cena del lunes.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño miércoles, 6 de julio de 2022 · 11:55 hs
FMI, duro y directo: no negociará metas este año
Foto: FMI

En los breves comunicaciones extraoficiales que por ahora mantuvieron emisarios del Poder Ejecutivo y embajadores eventuales del Fondo Monetario Internacional (FMI), quedó en clara una situación. Desde Washington no se aceptará una renegociación de las metas y objetivos planteados en el acuerdo de Facilidades Extendidas aprobado por el Board del organismo el 25 de marzo pasado.

Los interlocutores que vía Zoom aparecieron desde la sede del FMI le indicaron a las personas que estaban del otro lado de las pantallas, desde Buenos Aires; que una inquietud de ese calibre no tiene ninguna posibilidad de pasar por el directorio del Fondo. Y que, en consecuencia, ni siquiera sería planteada por el staff técnico del organismo ante la autoridad máxima de la entidad. Y que, antes, si existiera un pedido formal en este sentido, el reclamo quedaría en ese nivel y no llegaría a ser evaluado. Al menos no durante este 2022.

En síntesis, las metas de un déficit total de 2,5% del PBI, un punto porcentual de emisión y reservas en el BCRA aumentando más de 4.800 millones de dólares. Eventualmente, y si Argentina mostrara mucha buena voluntad en lograr las metas pero por algún motivo (como la invasión de Rusia a Ucrania) algunas de ellas no se termine de cumplir, se podría negociar un waiver. Esto sería recién en el primer trimestre del 2023. No antes.

La advertencia cae como un baldazo de agua fría ante una realidad: en la cena del lunes entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, una de las advertencias claras y directas que la expresidenta le hizo a su compañero de fórmula, es que se acerca el tiempo en que el acuerdo con el FMI deberá ser revisado. Esto, obviamente, si el jefe de Estado quiere que la nueva alianza con su vicepresidenta transite un tiempo más sobre la mesa. Por lo contrario, si Alberto Fernández continúa en su posición de defender la vigencia del Facilidades Extendidas tal cual fue aprobado en marzo, esta prontamente podría llegar a su fin.

Esto, lo sabe la alianza gobernante. Lo sabe el FMI. Y lo saben los mercados, para quienes hasta que no haya precisiones sobre este capítulo, seguirán sin confiar en la fortaleza de las promesas de Batakis.

Mientras tanto el FMI le dará una breve tregua a la nueva ministra de Economía, para que pueda acomodarse en su cargo. Es una decisión política tomada en Washington, la de no forzar una crisis desde el Fondo en Buenos Aires. No por beneficencia. Sino para que no se los culpe de una nueva caída de la economía argentina.

Hasta que no se acomode Batakis, el FMI, no emitirá opiniones, al menos de fondo, hasta la concreción de la segunda misión del año dentro del Facilidades Extendidas; la que, al menos según se negoció con el saliente Martín Guzmán,  se concretaría entre la última quincena del mes y la primera de agosto. Serán pocos días, pero servirán para que el Ejecutivo se ponga de acuerdo sobre a donde quiere llevar el acuerdo vigente con el organismo que maneja Kristalina Georgieva.

Al menos hay una esperanza: que el Fondo acepte durante la misión sin más la aprobación de las metas del segundo trimestre del año (las que efectivamente se lograron) y que cualquier crítica directa se concrete luego que el próximo equipo económico se estabilice con algún plan de mediano plazo.

Guzmán buscó al cerrar su negociación por la primera misión, que la segunda se extendiera hacia septiembre (lo más lejos posible en el tiempo), para que la tercer se concretara hacia fin de año. Sin embargo, desde Washington hubo una visión diferente. En la sede del Fondo se creyó que las misiones a la Argentina deberían ser lo más rápidas posible una vez cerrado el período a fiscalizar, dadas las crónicas dificultades que muestra la economía criolla. Y que precisamente la próxima misión terminara los controles correspondientes al primer semestre del año, período en el cual se inauguran los controles del Facilidades Extendidas firmado el 25 de marzo pasado. Y que, en consecuencia, fuera necesario cerrar la primer etapa de las misiones con el tiempo suficiente como para comenzar a realizar la tarea más importante desde la aprobación del Facilidades Extendidas: discutir metas y objetivos con posibilidad cierta de incumplimiento, y las condiciones en las que el país pueda manejar su economía para cerrar el 2022 aprobando el primer año del acuerdo.

Es algo que, obviamente, las partes (incluyendo Guzmán) ya consideraban a fines de junio muy difícil. Más bien, casi imposible. Y que sólo podría salvarse a partir de una seria negociación que debería comenzar una vez que la segunda misión del año haya culminado su faena; probablemente ubicada temporalmente en agosto. Esta promesa se mantendrá en Washington. Pero no mucho más allá en el tiempo. Terminado el tiempo de las treguas, el Fondo esperará definiciones.

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