Gobierno en crisis

Negociación clave: Alberto Fernández no podrá cerrar el Congreso todo el año

Una tormenta espera al gobierno desde mediados de año. Deberá negociar la renovación de casi todos los impuestos nacionales que garantizan la recaudación al Tesoro. Gobernadores saben que es el momento de presionar por fondos.

Rubén Rabanal
Rubén Rabanal domingo, 29 de mayo de 2022 · 11:17 hs
Negociación clave: Alberto Fernández no podrá cerrar el Congreso todo el año
Alberto Fernández deberá negociar con la oposición. Foto: TELAM

El Gobierno tiene por delante otra tormenta que aún se mantiene silenciosa pero puede ser potencialmente letal para una administración que da claras muestras de no poder negociar soluciones a casi ningún problema. La cuestión es simple y a la vez de una complejidad tal que obligará a Alberto Fernández a sentarse desde mediados de año a discutir con todos los gobernadores y la oposición el reparto de fondos entre la Nación y las provincias. En diciembre vence la vigencia de más de la mitad de los impuestos nacionales que financian la caja del Estado. La renovación, que se votó por ultima vez el 27 de diciembre de 2017 obviamente se hace por ley, por lo que el presidente deberá comenzar la negociación esta vez con bastante tiempo de antelación. Mauricio Macri lo hizo en el 2017 y prorrogó hasta el 2022 (es decir por 5 años) la vigencia de todos los tributos que caducaban ese año. Ahora esa bomba le estallará a Alberto Fernández.

Pocos argentinos recuerdan que el impuesto a las Ganancias no es un tributo permanente, sino de emergencia. Así fue creado por decreto durante el gobierno de José Feliz Uriburu y con una vigencia inicial de un año. El país tiene larga tradición en convertir en permanentes los tributos que llegan solo por un tiempo. Ganancias no es la excepción y de su denominación original de "impuesto sobre los réditos", cambió al actual nombre pero continuó hasta nuestros días. El Congreso ante cada vencimiento siempre aprobó la renovación del tributo, pero nunca se hizo la reforma que lo convirtiera de impuesto de emergencia en permanente como si lo es, por ejemplo, el IVA. Por lo tanto, cada cierto período de tiempo, el Poder Ejecutivo debe ir al Congreso a pedirlo.

Hay un dato curioso que el peronismo debería registrar en estos días cuando Alberto Fernández y su ministro de Economía debieron ceder  a la presión de Sergio Massa, el jefe de la Cámara de Diputados que avanza en el gobierno aprovechando la grieta cada día mas extensa ente el presidente y Cristina Fernández de Kirchner, de subir el mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias sobre los salarios a $ 280.000. Fue Juan Domingo Perón en 1973 quien decidió crear la "Cuarta Categoría" en Ganancias y así gravar los sueldos de los trabajadores en relación de dependencia con ese tributo. Hasta ese momento, todos los gobiernos, liberales o no, solo cobraban Ganancias sobre  bienes, empresas y algunas inversiones. Otra ironía histórica de los peronistas.

¿Cuáles son los "peligros", entonces, que la Casa Rosada deberá enfrentar en esta negociación que tiene por delante para conseguir la renovación de los impuestos que vencen? En realidad, son muchos.  La gran guerra política de la Argentina es la Coparticipación Federal de Impuestos y esta es una de sus batallas mas importantes. El 31 de diciembre de este año vence la vigencia de Ganancias, pero también del impuesto a los Bienes Personales, el tributo sobre débitos y créditos bancarios, el impuesto adicional de emergencia sobre el precio final de venta de cigarrillos y hasta parte del monotributo.

Nadie en su sano juicio puede pensar que el Congreso deje caer la vigencia de esos impuestos que, salvo por el IVA, son la columna vertebral de la recaudación tributaria del país, desfinanciando así mortalmente al Estado. La cuestión es otra; la negociación fuerte con gobernadores y opositores que se desató cada vez se debió votar la renovación fue  por la distribución de cada uno de esos impuestos. 

Este debate grande por el sistema tributario, que dieron en su momento Carlos Menem, Cristina Fernández de KirchnerMacri, siempre estuvo impactado por la presión de las provincias que aprovechan ese momento de "debilidad legal" en la caja de la Nación para negociar mas fondos. Los presidentes suelen forzar en el Congreso plazos de renovación (por ser de emergencia estos tributos siempre tienen que tener un vencimiento para no ser objetados constitucionalmente) que coinciden con momentos políticos de cada caso. Macri, por ejemplo, lo hizo por un plazo largo de 5 años, pensando en su reelección que no fue, Despejó el final de su primer mandato de este problema y lo hizo en medio de las tormentosas votaciones de diciembre de 2017, cuando el Congreso estuvo bajo asedio por el cambio en la fórmula de actualización previsional. 

Ejemplos de las presiones que aparecieron en cada una de estas negociaciones sobran. En uno de los vencimientos de vigencia del impuesto a las Ganancias, por ejemplo, Eduardo Duhalde le arrancó a Carlos Menem el Fondo del Conurbano Bonaerense, que en ese momento fue de $/U$S 650 millones. Hubo que modificar el artículo de la distribución de Ganancias para que los diputados de la provincia de Buenos Aires aceptaran votar la renovación. Algo parecido sucedió en varias ocasiones con el impuesto al cheque que tambien vence este año. Domingo Cavallo lo ideó con el 100 % de su recaudación para el Tesoro nacional. Finalmente las provincias consiguieron con el tiempo derivar a su arcas parte de la recaudación.

Esta vez las condiciones de este debate pueden ser bastante más complicadas que en ediciones anteriores. Alberto Fernández llegará a la negociación presionado por las provincias, que volverán a pedir más fondos, en medio de revisión de metas con el FMI que no le dejarán ceder caja y con la debilidad política que muestra el gobierno cada día. No habrá descanso y menos la chance de tapar conflictos manteniendo el Congreso cerrado, como viene sucediendo, ya el el presidente lo necesitará funcionando. 

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