Tuvo que ceder

Ganancias: primera rendición política de Martín Guzmán contra el FMI

El ministro de Economía se había comprometido a tomar este tipo de decisiones cuando se renegociara el presupuesto para el 2022. Sin embargo, la presión de Sergio Massa al gobierno, provocó que baje su bandera

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño viernes, 27 de mayo de 2022 · 14:25 hs
Ganancias: primera rendición política de Martín Guzmán contra el FMI
Foto: Télam

Martín Guzmán concretó ayer su primera y fundamental renuncia a lo firmado el 25 de marzo con el Fondo Monetario Internacional (FMI): aceptar el adelantamiento de la suba del mínimo no imponible de Ganancias para la cuarta categoría, para antes de rediscutir con el organismo la reformulación del Presupuesto 2022; algo comprometido recién para la revisión del los datos fiscales, monetarios y cambiarios del segundo trimestre del año. En términos mensuales, para julio.

El dato lo sabía el Ejecutivo a pleno. Alberto Fernández ya había escuchado hace 15 días de boca del propio ministro de Economía, la imposibilidad de darle la derecha al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de tomar la medida de elevar el mínimo de Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia hasta aproximadamente 275.000 pesos mensuales (este viernes se anunció que será de $282.792); dado que este cambio de perspectivas en los ingresos debía encuadrarse en lo que se discutiera con el FMI. Y que era algo que explícitamente había sido mencionado y discutido con el organismo para cerrar los números del segundo trimestre.

Según el compromiso tomado por el país dentro de las negociaciones que derivaron en la aprobación el 25 de marzo del Facilidades Extendidas firmado entre el país y el organismo, sólo podía haber alteraciones en los recursos del Estado nacional una vez que se hayan rediscutido las condiciones fiscales futuras de las cuentas públicas.

Esto sólo se daría, según lo firmado y comprometido por las autoridades argentinas, cuando Argentina abra sus cuentas a las nuevas realidades económicas de este año y revalúe las condiciones generales de los objetivos firmados. En este sentido, sólo cuando se pudieran recalcular las condiciones de gastos e ingresos para garantizar el logro de la meta de un déficit de 2,5% del PBI para todo el ejercicio, se podría avalar una corrección en la recaudación. Incluyendo una pérdida de recursos provenientes de la suba del mínimo no imponible en Ganancias.

En consecuencia, y según lo firmado por el Ejecutivo con el organismo financiero; habría que esperar a la autorización del FMI para avanzar en la suba del mínimo no imponible, algo que ocurrirá en junio, cuando se fiscalicen los datos del período abril- junio. De ahí que dentro del ministerio de Economía sólo se defendía la imposición técnica de un alza efectiva del mínimo no imponible para el segundo semestre del año, cuando desde Washington se avalaran los datos de la recaudación proyectada para la última parte del 2022, y se determinara que los ingresos soportan una pérdida de ingresos por la mejora en Ganancias.

En términos prácticos, la suba del mínimo no imponible sólo se podría aplicar desde la liquidación de los salarios de julio, que la mayoría de los trabajadores en relación de dependencia perciben en agosto. Por lógica cronológica, la liquidación llegará luego del pago del medio aguinaldo que se percibe en junio. Aclaraban ayer en Economía, antes de la rendición política ante Sergio Massa, que al tratarse de un tributo de consideración anual (no mensual) cuando los contribuyentes perciban la mejora, tendrían también un retroactivo que sumará los beneficios al primer semestre con lo que no habría pérdida en los ingresos de los trabajadores en relación de dependencia alcanzados por la medida.

La obligación de negociar los cambios presupuestarios en el segundo semestre del año, fue asumida por Martín Guzmán durante la Asamblea de Primavera Conjunta del FMI y el Banco Mundial (BM). El titular del palacio de Hacienda se comprometió en sus encuentros con el director gerente para el Hemisferio Occidental Ilan Golfjan a reformular el presupuesto prorrogado del 2021, para adaptarlo a las pautas establecidas en el acuerdo aprobado en marzo.

Esto no implica modificar las metas pactadas con el FMI de déficit fiscal de 2,5%, reservas en el Banco Central de más de 4.800 millones de dólares y un nivel de emisión monetaria medido en no más de 30% del total de déficit acumulado. A lo que se comprometió Guzmán fue a que podrían rediscutirse objetivos generales como la inflación, el panorama previsional y las políticas cambiarias y tributarias, entre otras cuestiones discutibles.

En la mesa de discusiones podrían ingresar el proyecto a la renta inesperada, reformas de las cajas previsionales para diplomáticos y jueces, el alza en la presión por el impuesto inmobiliario en todo el país; a la vez que las partes tendrían que ponerse de acuerdo en la evolución anual de la inflación.

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