Día de la Memoria

Quién fue la mujer asesinada en Mendoza cuatro días antes del golpe

Durante la madrugada del 20 de marzo Susana Bermejillo fue secuestrada por un comando paramilitar. Por la mañana apareció asesinada y por su muerte no hubo condenados.

Laura Fiochetta
Laura Fiochetta jueves, 24 de marzo de 2022 · 08:12 hs
Quién fue la mujer asesinada en Mendoza cuatro días antes del golpe

Es casi otoño. Es la madrugada del 20 de marzo de 1976. Los golpes a la puerta de O' Higgins al 355 del Barrio Bancario de Godoy Cruz son incesantes. Juan Carlos Carrizo, quien fue presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional, está acostumbrado: como otras veces, lo viene a buscar un comando paramilitar. Sigiloso, emprende una carrera por los techos, tiene el recorrido conocido, un vecino colabora. Pero esta vez es diferente: los paramilitares no se conforman y secuestran a su esposa, Susana Irene Bermejillo. Horas después, la asesinan junto a Mario Susso, también dirigente estudiantil de la UTN.

Un 10 de noviembre de 1949 había nacido Susana. Era la hermana mayor: Mónica y Alejandra vinieron después. Su mamá era ama de casa y su papá era peluquero. Fue a la secundaria al colegio religioso Padre Claret. Era muy buena alumna en cuanto a las calificaciones pero especialmente se destacaba por su compromiso con lo que pensaba. En su adolescencia comenzó a gestar sus ideas políticas y se distanció de la Iglesia Católica. Se la escuchaba discutir en nombre de los obreros o de las mujeres, a tono con los tiempos que corrían y de manera convincente. Quiso estudiar Literatura y se inscribió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. De los testimonios recogidos durante estos años, surge que su pensamiento se reflejaba, como suele ocurrir, en sus gustos musicales como la chilena Violeta Parra, o la argentina Mercedes Sosa.

Juan Carlos y Susana se conocieron en 1973. “Recuerdo un cuento sobre un cóndor, como metáfora de la libertad. Hablaba del imperialismo. Ya habían ocurrido los golpes militares tanto de Chile como de Uruguay,. En ese texto, Susana reflejaba que sabía lo que se venía, y que se trataba de una mano pesada”, nos dijo Carrizo parado en la puerta donde Susana fue secuestrada hace 46 años. Esa puerta hasta hace cuatro años, cuando la familia decidió vender la casa, conservaba una chapa blanca que era una especie de refuerzo que Zacarías, el padre de Juan Carlos, había colocado como protección tras el secuestro, pero también fue durante más de cuarenta años, un símbolo de aquel suceso que marcó a la familia para siempre.

Bermejillo escribía poemas, influenciada por las lecturas de Arthur Rimbaud, que era uno de sus favoritos. Hay un texto de su autoría que estaba guardado en una caja en máquina de escribir, al que accedimos gracias a una de sus sobrinas. “Hay una edad donde se dejan los juegos para enfrentar la vida. Ojalá nada te vende los ojos y cuando sientas la oscuridad luchá, hasta encontrar la luz”, escribió como un legado, Susana. El papel está intacto y sólo tiene los colores desteñidos del paso del tiempo.

Un 19 de marzo de 1975 se casaron Susana y Juan Carlos por civil en Godoy Cruz. Ambos afiliados al Partido Comunista, no creían en ninguna ceremonia religiosa católica. Ella se puso un vestido verde (foto) y fue una reunión llena de amigos. Tiempo después se fueron a vivir a un departamento que quedaba atrás de la casa de los padres de Juan Carlos, en O'Higgins al 355 del Barrio Bancario entre Reconquista y Cabildo Abierto. Adelante estaba la casa, luego un patio de tamaño moderado lleno de árboles, con un duraznero en el medio y atrás, el departamento pintado de blanco.

En febrero de 1976  Susana rindió su tesis de grado. Obtuvo un diez felicitado y eligió un tema vinculado a la Lingüística. El filósofo y académico Enrique Dussel, quien en esa época escribía sobre la filosofía de la liberación, la tuvo entre sus alumnas más reconocidas. De hecho, en el escrito del también teólogo llamado “Filosofía y Liberación Latinoamericana”, dice recordando su exilio en México: “… tanto sufrimiento de nuestro pueblo y de nuestro colegas y estudiantes (tengo presente a nuestra alumna Susana Bermejillo) no puede ser en vano.”

El 19 de marzo por la noche Carrizo y Bermejillo estaban festejando su primer aniversario de casados con otras parejas amigas. Hubo risas, mucho cariño y el festejo duró hasta la madrugada. Se fueron los amigos. A las 3.55 estacionaron dos autos. La puerta de la casa del padre de Zacarías fue golpeada insistentemente. Carrizo salió corriendo por los techos, esto ya había sucedido antes. “A esta la llevamos” dijeron los hombres, uno de ellos con cara tapada. Por la mañana, Susana apareció muerta. Había sido asesinada por un arma calibre 22 y una escopeta calibre 16, junto a Mario Jorge Susso, estudiante de ingeniería y dirigente del partido Comunista Revolucionario, secuestrado el mismo día que Susana y presuntamente por el mismo comando. Ambos cuerpos estaban en la calle Pescadores de Las Heras.

En la sentencia del sexto juicio por delitos de lesa humanidad  que se conoció en los tribunales federales el 20 de septiembre de 2018, no hubo condenas por los asesinatos de Bermejillo ni de Susso.

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