Deuda

El peculiar motivo por el que Martín Guzmán le pediría al FMI que le devuelva dinero

Es el dinero pagado por el país entre septiembre del 2021 y enero del 2022. Se liquidaron con los DEGs y Argentina considera que son parte de la negociación por el total del Stand By del 2018.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño jueves, 3 de febrero de 2022 · 12:20 hs
El peculiar motivo por el que Martín Guzmán le pediría al FMI que le devuelva dinero

Argentina ya pagó al Fondo Monetario Internacional (FMI) unos U$S 4.522 millones por el Stand By firmado en 2018 y ahora los quiere de vuelta. Una vez cerrado el Facilidades Extendidas con el organismo financiero, y luego que se haya aprobado en el Congreso Nacional, el ministro de Economía Martín Guzmán quiere que el dinero liquidado entre septiembre del año pasado y enero de 2022 vuelva a las reservas del Banco Central y forme parte del monto total renegociado en el nuevo acuerdo. Esto es, que se incluyan dentro de los U$S 44.700 millones que se discuten con el FMI para que entren en los nuevos créditos del nuevo acuerdo.

El dinero que se reclamará forma parte de los dos pagos por U$S 1.892 millones pagados el 22 de septiembre y el 22 de diciembre, más la liquidación de los U$S 738 millones totales del mes pasado. Todo este dinero había sido girado con los fondos provenientes de los Derechos Especiales de Giro (DEGs) que el FMI derivó al país en agosto del 2021, y que en su totalidad (cumpliendo una promesa del ministro de Economía al Fondo) se utilizaron para cumplir con los pagos del organismo correspondientes al Stand By.

Ahora, según el criterio de Guzmán, ese dinero debe formar parte del total de los los u$s44.700 millones que Argentina está discutiendo en el nuevo acuerdo, con lo que correspondería que de llegar a buen puerto las conversaciones y discusiones entre el Gobierno y la oposición en marzo en el Congreso Nacional; el dinero pagado entre septiembre y enero debe formar parte del monto a liquidar hacia delante. En consecuencia, ese dinero debería volver al país.

El argumento de Guzmán parece tener puntos a favor. Argentina negocia cómo pagar los u$s44.700 millones que el FMI le prestó hasta septiembre de 2019 durante el Gobierno de Mauricio Macri. El Facilidades Extendidas no es en realidad un plan de pagos de lo que se liquidó, sino un nuevo préstamo por el monto exacto que se liquidó hasta ese mes del 2019. El cronograma que se discute es el plan de liquidaciones de ese préstamo, en un plan de pagos a 10 años comenzando a pagar en 2025, acelerando las liquidaciones en 2026.

De lograr esta meta, para el Gobierno sería una noticia especialmente positiva. Al país le quedarían disponibles unos U$S 4.522 millones para ejecutar como reservas líquidas durante el 2022. Y como se trata de dinero que proviene de los DEG del propio FMI, podrían ser utilizados para paliar las consecuencias de la pandemia, según la fórmula original de lo que marcaba el propio organismo como destino del dinero. Y por fondos para la Pandemia, como se sabe, se pueden interpretar políticas públicas activas varias.

Pero nada es fácil para la Argentina. La conducción del FMI podría aceptar el punto de vista de Guzmán, e incorporar ese dinero a la negociación de la deuda y al acuerdo por el Facilidades Extendidas. Pero para hacer las liquidaciones desde Washington, seguramente exigirá que el país vaya cumpliendo con las metas trimestrales correspondientes, con lo que los U$S 4.522 millones podrían volver al país y reforzar las reservas del BCRA, siempre y cuando el país cumpla con lo comprometido en el acuerdo que se discutirá en el Congreso en marzo. Y, además, el regreso del dinero podría no ser en una sola liquidación, sino ir atomizándose en liquidaciones sucesivas en tres o cuatro pagos divididos en otros tantos trimestres. De ser así, el dinero volvería; pero en lugar de en un sólo giro, en sucesivas liquidaciones trimestrales que arrancarían en el tercer trimestre del 2022 y culminarían en el segundo del 2023. Y siempre y cuando el país cumpla con las metas firmadas, algo que ya se sabe será difícil de lograr para la coalición gobernante y las expectativas electorales de expansión del gasto para el año próximo.

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