Vacaciones de lujo

El caso Volnovich-Ferraresi y por qué es una falla de "ética económica"

Más allá de tener el derecho de viajar al exterior (del que detenta cualquier argentino), la titular del PAMI y el ministro de Hábitat violentaron una máxima del oficialismo: que se queden en el Banco Central la mayor cantidad de dólares posibles.

Carlos Burgueño
Carlos Burgueño jueves, 13 de enero de 2022 · 12:00 hs

Luana Volnovich viajó a Holbox, una isla en el Caribe mexicano. Jorge Ferraresi eligió para vacacionar otra isla de la misma región del globo. En este caso, Cuba. Ambos cometieron un error enorme medido, no en una ilegalidad, sino en una falla ética; que quizá, con el tiempo, se la considere como una hermana menor del Vacunatorio VIP. Pero además, la titular del PAMI y el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, cometieron otro error notable: violentaron la "ética cambiaria", con la que el Gobierno somete (con algo de razón) al país.

La mayoría de los argentinos está impedido de acceder a los dólares, de manera directa o indirecta. No se puede acceder a las divisas para ahorrar o para pagar viajes al exterior en cuotas (medida tomada en diciembre pasado), pero tampoco hay disponibilidad de dólares para importaciones. Ni las de consumo final que faltan en las góndolas de los supermercados ni para insumos fundamentales para producción. Hace unos días se conoció además que tampoco hay divisas para importar automóviles, motos o vehículos en general (bicicletas); como tampoco indumentaria, computadoras, impresoras o elementos electrónicos. Todo indispensable para que el país funcione.

Toda esta situación de falta de dólares para cuestiones fundamentales, tiene una justificación. Aunque irrite, genere entendibles momentos de bronca y decepción en el público, hay una realidad insoslayable. El Banco Central, en el mejor de los casos, se maneja hoy con un nivel de dólares libres y líquidos de no más de US$5.000 millones. El resto del dinero de las reservas (unos US$50.000 millones máximo), como el swap chino; sólo pueden estar disponibles con cierto trámite previo, no siempre con éxito garantizado.

Con ese dinero debe sostener una estabilidad cambiaria siempre endeble en la Argentina, más en tiempos donde lo último que necesita el país es un período de inestabilidad financiera donde otra vez el dólar y su cotización (oficial y los otros) esté en la tapa de todos los portales. Mientras tanto, el Gobierno debe negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo del tipo Facilidades Extendidas, donde la característica fundamental será que, en cualquier calibre del pacto, la coincidencia será que al país le faltarán dólares por al menos dos generaciones.

Fue ante este panorama que el Gobierno nacional dispuso habilitar al Banco Central para que dicte las normas que considere necesarias, para que el público no acceda a los poquísimo dólares disponibles. Y que si estas normas irritan al público, no importa. Así, en noviembre pasado, prohibió la posibilidad de que los argentinos compren pasajes, alojamientos o servicios en el exterior en cuotas con su tarjeta de crédito. La vocera del Gobierno nacional, Gabriela Cerruti, justificó la decisión opinando que "se trata de una medida puntual y momentánea" que "viene a cuidar el rumbo de la economía argentina".

El mensaje era claro: no se puede perder un sólo dólar de las reservas. Una sola divisa que se pierda afectará las reservas, y expondrá al país (y obviamente al Gobierno de Alberto Fernández) a una posición de debilidad en tiempos claves para el éxito o el fracaso de la gestión económica de la coalición gobernante. Sólo así se justifican medidas que ponen en jaque la relación con el sector de los votantes (la clase media argentina) que le dio la victoria en las elecciones presidenciales del 2019.

Es en este marco en que se debe analizar el error del dúo Volnovich- Ferraresi. Afectaron la meta pactada por el propio Gobierno de Alberto Fernández de cuidar hasta el último dólar, imponiendo restricciones durísimas al público; generando irritaciones, incomprensiones y broncas a un país ya muy castigado por 10 años de estancamiento económico, y dos de restricciones plenas. Los argentinos que no tengan dinero suficiente ahorrado, dólares disponibles o acceso a la divisa en mercados alternativos; no pudieron viajar al exterior en este verano 2022. No pudieron comprar cuotas por estar prohibido por el BCRA, la alternativa para muchos argentinos de poder ir al exterior. En general la decisión generó irritación. Pero, otra vez, la actitud fue la de poner el hombro y tirar para delante. El panorama de destinos turísticos internos colapsados y un sector con la mejor temporada en décadas lo demuestra. Pero esto no quita la irritación que permanece por la medida. Así, la foto de Volnovich y la confesión de Ferreresi, se interpretan directamente como una falta de respeto.

En general, dentro del Gobierno (y también, en general, fuera de él) se trata de dos funcionarios dentro de los considerados buenos. Sin destellar, la titular del PAMI pudo organizar los números de una repartición siempre desquiciados; y, más allá de las crónicas esperas y complicaciones para turnos, hay una tenue mejora en la atención a los jubilados. Más teniendo en cuenta que le tocó tiempos de pandemias, donde nuestros mayores son el principal grupo a proteger. Esto, además de no haber sospechas del virus eterno de la corrupción, un clásico pamístico. En el caso de Ferraresi, su gestión a partir del reemplazo de María Eugenia Bielsa, una funcionaria con pasa desilusionante ante lo que se esperaba; corrigió bastante las falencias. Esto no quita que sus gestiones pasen desde ahora en adelante a ser juzgados por la falta de "ética económica" que mostraron en este verano 2022.

Es verdad que Alberto Fernández ordenó a los funcionarios del Gabinete nacional, donde trabajan Volnovich y Ferraresi, que no se viaje al exterior por motivos de descanso y que se elijan lugares dentro del país para vacacionar. Obviamente no fue una medida tomada por decreto o resolución reglamentaria, ya que sería ilegal. La Constitución Nacional prohíbe este tipo de decisiones. Pero sí la medida fue transmitida vía oral, y en general aceptada por toda la administración pública nacional. Salvo, por ahora que se sepa, por estos dos altos funcionarios; que por otro lado, son cercanos al kirchnerismo, que siempre pide restricciones al acceso a los dólares más duras que lo normal.

Un famoso cientista político norteamericano, Karl Deutsch, escribió en la década del 80 una obra cumbre de la sociología del poder llamada "Los Nervios del Gobierno". En el libro se inauguraba una escuela de la disciplina académica política que se concentra en el análisis de la manera en que un jefe de Estado toma las decisiones. Un analista conocería la manera de gobernar de un Estado en un momento determinado, al analizar la manera en que se toman las ordenes en un país, y la velocidad y efectividad en que se ejecutan. En el caso de Alberto Fernández, se pueden sacar conclusiones sobre la manera en que toma las decisiones para manejar la crisis argentina, y como esas decisiones se van trasladando por los diferentes "Nervios del Gobierno". Y si esas decisiones son aceptadas por los propios.

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