En pocos párrafos

Niñez: más que feliz día, perdón

La mala gestión de la pandemia agudizó desigualdades y hubo retrocesos en cuanto al acceso a derechos básicos. Niños y adolescentes fueron los menos escuchados y los más impactados por las medidas enfrentar la pandemia.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 15 de agosto de 2021 · 18:31 hs
Niñez: más que feliz día, perdón
Foto: GETTY IMAGES

“¿Y por qué no nos consultan?”. La pregunta, realizada por una niña de 10 años, parece obvia, pero visualiza una realidad oculta: los niños y adolescentes en Argentina tuvieron durante la pandemia un retroceso en el acceso a sus derechos. Incluso en uno fundamental: incidir, ser considerados como sujetos de derecho. Desde algo que parece simple pero es trascendente como festejar un cumpleaños, hasta la realidad más dura que fue la marginación educativa, Argentina sembró un drama difícil de revertir.

Todo, en un contexto que ya era complejo. Por primera vez en décadas, la generación “de padres” de hoy tiene está resignada: no puede garantizar que le dejará a sus hijos e hijas una mejor calidad de vida.

Pandemias

Los niños y adolescentes son el grupo con menos riesgo sanitario frente al covid, pero paradójicamente son los más perjudicados por las medidas tomadas para enfrentar la pandemia en Argentina. También, los menos tenidos en cuenta. El impacto de la pobreza en niños y adolescentes se agudizó y, solo en Mendoza, supera el 60%. Es decir que 2 de cada 3 niños viven en hogares donde no tienen los recursos económicos suficientes. La desigualdad educativa se profundizó y ese impacto aún no se mide con precisión. Los problemas de vinculación, también. 

La UCA midió los múltiples impactos del aislamiento, pero se destacan 5:

  • La inseguridad alimentaria se incrementó casi 4 p.p. entre 2019 y 2020, mientras que la situación más grave y que afecta de modo directo a los niños/as y adolescentes subió 1,5 p.p. Los más afectados fueron los adolescentes, mientras que la infancia temprana fue la más protegida. La Tarjeta Alimentar tuvo un efecto protector de la primera infancia en el espacio de la alimentación. A igual situación de pobreza e indigencia los niños/as sin la Tarjeta Alimentar tuvieron el doble de probabilidad de experimentar inseguridad alimentaria severa que pares no destinatarios de Alimentar.
  • La pobreza e indigencia en términos monetarios guarda analogía con la inseguridad alimentaria, la primera se incrementó en 5,8 p.p. y la segunda en 1,6 p.p. La primera infancia estuvo más protegida de la indigencia y los adolescentes fueron los más afectados. Las infancias del estrato bajo integrado fueron afectadas en mayor medida respecto de 2019 por la indigencia y la inseguridad alimentaria severa.
  • A partir del análisis descriptivo, se conjetura que las transferencias de ingresos concentraron su efecto distributivo en la pobreza extrema (indigencia monetaria e inseguridad alimentaria severa), y fue muy limitado su efecto sobre la pobreza y vulnerabilidad de los hogares en el acceso a los alimentos en cantidad y calidad.
  • La atención preventiva de la salud del niño/a y adolescente sano se postergó de modo significativo en el marco del ASPO - COVID-19. Se estima que el déficit de controles médicos preventivos se incrementó casi 12 p.p. y el de la salud bucal 23 p.p. Si bien el aumento de la incidencia del déficit fue mayor a medida que aumenta la edad, en la primera infancia el déficit se duplicó. Las desigualdades son persistentes, pero el efecto ASPO fue transversal a las infancias.
  •  El ASPO tuvo un efecto muy relevante en los procesos de socialización de las infancias y adolescencia. Esto se advierte en el incremento de 10 p.p. de la insuficiente actividad física y el comportamiento sedentario. Ambos indicadores afectan a casi el 70% de los chicos/as entre 5 y 17 años. Si bien la insuficiente actividad física guarda una correlación regresiva a medida que desciende el estrato social, en la coyuntura ASPO, parece haber afectado de modo más significativos a las infancias de los estratos sociales medios no profesionales y profesionales. Mientras que el comportamiento sedentario es un fenómeno transversal a las infancias, en esta coyuntura, afectó en mucha mayor magnitud a las infancias más aventajadas en términos socioeconómicos.

"Me pareció mal que cerraran absolutamente todo en la fase 1. Parece que no, pero los nenes te podemos explotar la casa si estamos aburridos. Por lo menos podrían haber dejado  ir al parque por lo menos", dice la misma niña que pedía ser consultada. "Nos encerraron y de un día para otro abrieron todo de golpe. Como si nada. Y nadie nos pregunta", agrega. 

Por eso en el día de la niñez, más que feliz día, hay que decir perdón.

 

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