Servicios públicos

Menos acceso y sin inversión: la letra chica de la reducción de la tarifa del gas

Habrá menos aumentos y reducción de tarifas del gas. Pero el tope a los aumentos elimina la obligación de invertir a las empresas y, con ello, menos posibilidad de acceso a quienes no tienen gas.

Pablo Icardi
Pablo Icardi viernes, 25 de junio de 2021 · 09:22 hs
Menos acceso y sin inversión: la letra chica de la reducción de la tarifa del gas
Foto: ALF PONCE / MDZ

Buenas noticias, celebraciones y factura política. El gas en Argentina y particularmente en Mendoza va a ser más barato esta temporada y el oficialismo nacional busca "hacerlo saber"; sobre todo en un sector al que busca seducir: la clase media. La provincia entró en el grupo de distritos que tendrán rebajas y, además, el coto a los aumentos que aprobó el Gobierno nacional harán que el gas sea mucho más barato. Pero no es para todos y el acceso a ese servicio será más restringido en el corto plazo. Es que las rebajas implican también un corte a las inversiones obligatorias que deben hacer las empresas para mantenimiento y expansión de la red de gas natural. 

Las negociaciones política fueron tantas que se incluyó como zonas frías del país a distritos que están mucho más cerca del otro extremo. Y ahora se abre otro debate: las "zonas cálidas". Los legisladores del norte del país, donde el gas casi no llega, presionan para que haya beneficios similares para que se subsidie fuertemente la tarifa de la luz eléctrica porque ese servicio es más demandado en épocas de calor intenso. 

La política energética de Argentina es bipolar; tomando el término desde el punto de vista psiquiátrico. Pasó de los aumentos indiscriminados y salvajes de la gestión Macri - Aranguren (que generó más inversión, pero un desastre social y político) a la impronta del gobierno actual, que se asemeja al que ocurrió hasta 2015: tarifas planchadas, hipersubsidios y cero inversión. En ninguno de los casos el resultado final es positivo. 

Letra chica

El tope a los aumentos de las tarifas generó una crisis interna en el Gobierno nacional. Por un lado porque incumple los acuerdos y genera un efecto dominó en el mismo sentido. Es decir, que las empresas no ejecuten sus obligaciones y tengan justificación para hacerlo; una realidad que ya se vivió y que generó mucho más trabajo para los abogados que para los ingenieros. 

En los acuerdos firmados con las empresas distribuidoras de gas quedó plasmado lo que ocurrirá en el futuro inmediato. Esas empresas no están obligadas a realizar inversiones. Por lo tanto el gas será más barato, para menos personas.

El Gobierno firmó "acuerdos transitorios de renegociación" y se determinó un régimen y una adecuación tarifaria de transición con la tarifa del gas. Allí se autoriza un aumento restringido y se imponen las condiciones "excepcionales" del período. En ese acuerdo hay un punto clave. "Durante el presente acuerdo transitorio de renegociación no se contempla un plan de inversiones obligatorias a ejecutar por la licenciataria", dice el acta firmada entre la Secretaría de Energía y la empresa Distribuidora de Gas Cuyana (Ecogas), que abastece a la región. El formato es idéntico para todas las distribuidoras. El acta tiene la firma de Federico Bernal, interventor del Enargas y de Martín Guzmán, ministro de Economía de la Nación. 

Martín Guzmán avala la "tarifa de transición" que no exige inversiones.

Las tarifas son tan de "transición" que no está claro ni cuál será el horizonte, ni la duración del período. De hecho la revisión generó parte de las internas en el Gobierno. Todos los entes reguladores están intervenidos y la intención del presidente Alberto Fernández y el ministro Martín Guzmán era "analizar el estado de situación" de los servicios públicos. Esa información no se produjo y por eso se toman las medidas. 

El freno a las exigencias de inversión tiene como consecuencia directa el corte a cualquier intento de expansión de la red. Pero también puede afectar la calidad de los usuarios actuales.

Es ley

La ley que se aprobó en el Senado mutó. La idea era considerar a algunos sectores del país como "zonas frías", ampliando los beneficios que tiene la Patagonia (Malargüe incluido) y la Puna y que se vencían. Pero se agregaron otras áreas que permitieron ganar votos en cada cámara. Por eso así como está Mendoza, hay otras áreas que no tienen tanto de "frío". Quedan excluidos todos los distritos del país que ni siquiera tienen acceso al servicio y, en el contexto actual, difícilmente lo tengan por la falta de inversiones. 

La rebaja será del 30% y alcanza al 50% a quienes son destinatarios de algunos planes sociales, jubilados y otros grupos. Vale decir que en Argentina muchas veces las carencias económicas que generan la demanda de un plan social se corresponden con carencias de servicios. Es decir, que quienes tienen asistencia económica del Estado y que deberían tener una rebaja del 50% en la boleta del gas, en general no tienen gas natural

La senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti fue una de las impulsoras del proyecto, junto a Máximo Kirchner, y aseguró que "un tercio de los argentinos serán beneficiados por esta ley". En ese tercio están las personas de mayores ingresos.

De manera automática ingresó al Congreso un proyecto para establecer las "zonas cálidas" de Argentina y emular el descuento del gas, al de la electricidad. Lo impulsan las provincias del norte y argumentan que en épocas de calor, ellos demandan mucho más consumo de electricidad para refrigerar hogares. Ese proyecto busca crear un fondo para subsidiar el consumo eléctrico de "la Zona Cálida del norte Grande Argentino". En realidad esa región no existe, pero es una zona geográfica creada por la política. Incluye a Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca y hasta La Rioja (que algunas veces está en el Nuevo Cuyo). También están Misiones, Chaco, Corrientes y Formosa. Esa "subregión" ya generó tensiones por el régimen de promoción industrial que impulsa el Gobierno y que obligó a compensar con subsidios a otras provincias. 

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