Alberto Fernández, víctima de fuego amigo

Desde que comenzó su mandato, el presidente Alberto Fernández viene sumando fuegos cruzados a su gestión, pero que ahora impactan directamente a él, ya que si antes era sólo la oposición la encargada de criticarlo, ahora comienzan a sumarse voces internas del Frente de Todos, o por lo menos afines a esa coalición.

Uno de los ejemplos más claros para representar lo dicho es el caso de Juan Grabois, que fue uno de los primeros en alzar su voz para criticar la última política implementada en materia de desarrollo social y que como objetivo incrementó los montos de la tarjeta alimentar. Entre las críticas que el dirigente hizo a esa política destaca que, según él entiende, los montos podrían haber sido canalizados mediante la Anses, y no por el mercado financiero al que acuden con la Tarjeta Alimentar.

Por otra parte, el dirigente tildó ese tipo de políticas como "menemistas y asistencialistas"; en ello, además, aseguró que el "pueblo no quiere plata, quiere trabajo, quiere dignidad". 

Otro de los personajes. en este caso más del mundo de la farándula que de la política, es Jorge Rial, que apuntó directamente contra Zaninni y su soberbia "al decir que se vacunaba porque correspondía". Antes, el conductor había dicho que él iba a preferir esperar su turno, pero luego enfatizó en que la espera se hace "larga y tediosa", de modo que prefería no dejar su salud en manos de los políticos.

Otro de los que siempre apoyó y que ahora decidió lanzar una crítica fulminante es el panelista Diego Brancatelli, que en un tuit refirió sobre el último aumento de la nafta que "El bolsillo de los Argentinos NO SOPORTA otro aumento de NAFTA". Si bien luego aseguró que él sigue bancando al gobierno nacional, también dijo que fue el propio Alberto Fernández quien alentó a que "cuando lo vean equivocarse, se lo digan".

Otro político, incluso del sector kirchnerista, forma parte de la lista de personas que se van sumando a las críticas al Presidente: Florencio Randazzo. Fue quien hace pocas horas salió al cruce de los gremios y dijo que hay que avanzar en una reforma laboral urgente, lo cual le puso los pelos de punta a los sectores sindicales, especialmente a la CGT que salió a contestarle en duros términos e incluso lo catalogó como un perdido al decir que "hace rato perdió el rumbo".

De esta manera, el escenario de apoyo al Gobierno nacional, específicamente a Alberto Fernández comienza a empañarse, o por lo menos, a reducirse en fuerzas, dado que si bien estas voces por ahora son "críticas y constructivas" (encima en un momento poco oportuno), mañana pueden ser, directamente, opositoras.