"No conozco un político top pobre, pero la pobreza ya llegó al 50%"

Joaquín De la Torre parece inmutable, como que las crisis lo curtieron de tal forma que siempre lleva calma con sus tonos y sus modos.
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Tampoco guarda secretos. Mientras mantiene una charla privada nos hace pasar a su despacho en el Registro de la Propiedad Automotor de José C. Paz, en uno de los puntos más neurálgicos del noroeste del conurbano bonaerense, donde volvió a trabajar luego de su trajinar por la función pública y no teme que lo que allí él diga, luego se haga público. Y se agradece la confianza.
Durante una charla de más de veinte minutos con MDZ, ya con el "on" habilitado, De la Torre deja trascender que sería muy provechoso para la oposición salir de la puja actual de “blanco y negro” y propone una “tercer vía, con otra propuesta”. Sin embargo, elude la respuesta sobre dónde se ve personalmente en el momento que se conformen las listas de candidato, aunque “seré opositor a este gobierno”.
También admite que algunos candidatos y dirigentes, a los que califica como “malísimos”, ganan no sólo por el uso de la billetera sino, también, porque los opositores “parecen personas que están muy lejos y no generan ninguna empatía”.
¿Por qué cree que hay una aceptación tan pacífica por parte de los sectores que ven deteriorados todos los días su calidad de vida? Las reacciones más virulentas se observan de parte de aquellos a los que le tocan sólo el bolsillo o por situaciones de inseguridad.
A la gente no hay que subestimarla. La gente siempre define entre las opciones que la pueden representar y decir que votan por el bolsillo es injusto. Siempre vota por su economía, pero después mira todo lo demás. Nosotros, como políticos, tenemos siempre que mejorar nuestra oferta.
El peronismo republicano fue la punta de lanza y luego aparecieron otros desde sectores no kirchneristas. ¿Crees posible la comunión de todos los peronistas no K en un solo lugar?
No lo tengo muy claro, pero yo tengo muchísimo respeto por dirigentes como los que se nombran últimamente. Los políticos tenemos que siempre trabajar para que nos encontremos los que pensamos de manera coincidente. Es una posibilidad, hoy no está dada, pero no es algo muy utópico. Lo importante es fijar el para qué, después de ahí es mucho más fácil.
A muchísimos dirigentes, intendentes y gobernadores que participan del Frente de Todos a los que se los nota muy incómodos donde están. Igualmente pasa con personas que participan desde hace tiempo en Juntos por el Cambio. ¿Cree que entre los incómodos de los dos lados se puede conciliar un proyecto común?
Que buena pregunta… Pero no. Porque lo que siempre hay que pensar y ver es cómo actuaron ante crisis parecidas. Estos intendentes y gobernadores de los que vos hablás se portaron igual y prefirieron quedarse ahí adentro… se quejaron de las incomodidades pero se quedaron adentro.
Con respecto a los de Cambiemos, o actualmente Juntos por el Cambio, creo que las tensiones tienen que ver con el crecimiento y la maduración dentro del sistema político. Creo que hay muchos de los miembros de Cambiemos que hacía quince años que no hacían política pero hoy son diputados, senadores, y tienen que aprender a convivir entre ellos.
Lo que sí veo, en lugar de esa unidad por la que vos me preguntabas, que una porción importante de la sociedad está buscando algo que surja entre Juntos por el Cambio y el Frente de Todos pero que esa oferta electoral sea algo palpable, que la gente pueda acompañar.
Cuando se armó el Frente Renovador, en 2013, había un dirigente disruptivo, Sergio Massa. Pero esa fuerza tenía una composición muy fuerte de peronismo y de PRO, en su totalidad, sin que hubiera ni radicales ni otros allí. ¿Crees que hay posibilidad de volver a dar esta discusión en Juntos por el Cambio a través de una PASO, en la que también estén los radicales y la Coalición Cívica?
Hay amigos que creen que sí. Juan Amondarain (ex legislador peronista, jefe del bloque provincial de Massa, oriundo de La Plata) opina que eso que vos decís sería una cosa muy virtuosa. Yo le tengo un gran respeto a Juan porque es una persona que ve muy bien la política. La tarea de los políticos es tratar de encontrar puntos de encuentro. Y que se logre es por decisión de los dirigentes que deben darse cuenta lo que pasa en la calle. La política no puede ser una actividad de laboratorio sino realista y práctica.
Y lo que está pasando es que la pobreza es cada vez mayor, la gente vive peor y a pesar de cambiar de propuestas políticas o tendencias para ellos nunca pasa nada mejor. Y esa gente termina dependiendo sólo de lo que le da el Estado, el mismo que lo llevó hasta ahí.
Uno no escucha a dirigentes que han tenido responsabilidad nacional haciendo una autocrítica. Y si uno ve cómo viven esos dos mil políticos que estuvieron en lugares de preferencia, ninguno entró a la pobreza, pero la población ya llegó al 50% en ese estado.
Más que una flagelación por el pasado exijo una propuesta para cambiar todo esto.
Sinceramente y Primer Tiempo no contribuyeron para eso…
Hay cosas que hay que copiar de otros países. Los que fueron presidente tienen un rol muy importante, ayudando a los nuevos dirigentes que intentan serlo alguna vez. En Primer Tiempo, Mauricio Macri trata de transmitir experiencias y después hay interpretaciones sobre si quiere volver o no. Pero los políticos no somos quienes debemos decidir si tal o cual sirve o no sino que lo debe decidir la gente.
¿Dónde te ves electoralmente cuando se armen las propuestas de este año?
En la oposición a este gobierno nacional y provincial.
Las experiencias muestran que la propuesta la “ancha avenida del medio” termina siendo un callejón sin salida o una calle muy angosta y de tierra de un barrio del conurbano…
Ese concepto fue una creación mía, que fue virtuosa en 2013 pero dejó de serlo dos años después. Ese concepto tiene problemas, y yo prefiero hablar de una disposición distinta. Debemos salir del blanco y negro y salir por arriba, buscar una tercera posición.