El efecto Losardo

Los ministros que se quedan son los que están agobiados

La mayoría del gabinete del presidente Fernández sintió el impacto de la salida desgastante e intempestiva de Marcela Losardo de la cartera de Justicia. Temen pasar por el mismo calvario y se quejan en privado de la falta de blindaje político que exhibe Alberto para sus funcionarios.

Beto Valdez
Beto Valdez miércoles, 10 de marzo de 2021 · 20:59 hs
Los ministros que se quedan son los que están agobiados

La salida desgastante de Marcela Losardo del Ministerio de Justicia no sólo es un acontecimiento inédito porque el presidente Alberto Fernández no anunció al mismo tiempo a su reemplazante, sino que además generó pavor en el equipo ministerial de su administración. “Los verdaderos agobiados son los ministros que se quedan”, comentan en despachos oficiales. Evidentemente, no cayó muy bien el manejo del jefe de Estado con su amiga y socia de tantos años.

La preocupación de los funcionarios apunta a la falta de blindaje político que muestra Alberto a la hora de cuidar a sus funcionarios, sobre todo porque el lunes prácticamente despidió a Losardo al aire en C5N cuando sus voceros oficiosos y periodísticos habían instalado mediáticamente que pensaban ratificarla momentáneamente. Comentan que la ex ministra se va más enojada que Ginés González García, quien en privado habla muy mal del jefe de Estado, sobre todo por el discurso del 1 de marzo y la polémica Comisión Bicameral para juzgar a los magistrados. Ella no sabía, ni estaba de acuerdo con esa movida ideada en el Instituto Patria.

Pero el efecto Losardo ha logrado paralizar la actividad de un gobierno que hasta ahora no se ha caracterizado por su eficiencia. Muchos tienen miedo de correr el mismo destino que la ex titular de la cartera de Justicia. “Los únicos que están relajados son Wado De Pedro y Jorge Ferraresi por su origen kirchnerista”, comenta con sorna una fuente oficial. Se podría agregar a esa lista al ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien viene surfeando muy bien la interna del Frente de Todos en un área que ya conocía y que hoy no está prácticamente en la agenda del oficialismo.

A propósito de agobiados, tanto en el sindicalismo tradicional, como en el mundo de la medicina privada hay cierta inquietud respecto a la estabilidad de la ministra de Salud, Carla Vizzotti. Estos sectores con intereses concretos venían sosteniendo la figura de González García y ahora se aferran a su sucesora no por empatía, sino por espanto. Saben muy bien que si Vizzotti es renunciada va a ser inevitable el escenario que les genera pánico: el desembarco de Carlos Gollan o Favio Kreplak, responsables del área de Salud en la provincia de Buenos Aires y defensores de una estatización profunda del sistema. Además, están nucleados en Soberanía Sanitaria, una ONG vinculada a La Cámpora.

En estas últimas noches pocos ministros han logrado conciliar el sueño atormentados por la posibilidad de estar en la lista de “funcionarios que no funcionan”, famosa frase que acuñó Cristina Fernández de Kirchner el 10 de diciembre en La Plata. Otro de los pocos que no sienten inestabilidad en el cargo es el ministro de Economía, Martín Guzmán. Igual no está tranquilo. Sabe que CFK y Axel Kicillof, principal consultor económico de la vice, quieren dinamitarle el acuerdo con el FMI y discrepan con sus reclamos de austeridad fiscal en un año electoral.

 

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