Una relación entre Mendoza y Vizzotti que asoma como conflictiva
Tras el escándalo del "Vacunatorio VIP", la expectativa de Suarez por la asunción de Carla Vizzotti es baja. La nueva ministra entiende que, ante el aumento de casos, la estrategia debe ser restringir la movilidad y fue quien más presionó durante lo peor de la pandemia para cerrar actividades.
La expectativa de Rodolfo Suarez tras el abrupto cambio en la conducción del ministerio de Salud de la Nación en plena pandemia de coronavirus no solo es bajísima. Sino que además enciende en el mediano plazo una alerta importante.
Carla Vizzotti, la flamante ministra que ayer terminó reemplazando en el cargo a Ginés González García luego que se destapara el escándalo del "Vacunatorio VIP", es quien más ha confrontado con el gobierno provincial cada vez que desde aquí se decidían políticas de apertura de actividades, a contrapelo de lo que Alberto Fernández buscó imponer a nivel país durante los momentos más críticos cuando aumentaban los contagios.
Y para las autoridades sanitarias de la provincia nada hacer prever que, ante la certeza de la llegada de la segunda ola de contagios en los próximos meses, ese escenario se vaya a modificar: la exsecretaria de Planificación siempre mantuvo la posición de que, cuando suben los casos, la estrategia tiene que ser la disminución de la movilidad. “Cuando la orden era cerrar y el gobernador apostaba a otra salida, la que llamaba para presionar no era Ginés. Era Vizzotti”, recuerdan en el ámbito del ministerio de Salud provincial.
La ministra Ana María Nadal nunca guardó algunas críticas hacia González García cuando la consultaron en público. “Su gestión generó muchas dudas- decía hacia finales del año pasado- y eso no debería haber sucedido para que la situación sanitaria estuviera controlada y, además, para que se pudieran tomar decisiones basadas en la evidencia. Las idas y vueltas fueron muchas, se notaron diferencias internas y todo eso generó una desconfianza que no estuvo buena”, se quejaba la funcionaria de Suarez. En privado, los cuestionamientos eran mas fuertes. “Este Ginés que tuvimos este año- sostenían en 2020- fue la imagen de una persona grande, con pérdida de reflejos y con una situación ( por la pandemia) que claramente lo sobrepasó”.
Carla Vizzotti estuvo en varias oportunidades en Mendoza (la última fue el pasado 8 de febrero para monitorear el plan de vacunación), pero tras la remoción la incertidumbre a nivel oficial es palpable. El gobierno le reconoce a la nueva ministra su prestigio académico, aunque la acusan de cierta pérdida de equilibrio por su excesiva “politización” durante el último año. Más allá del estupor que causó la forma en que se terminó revelando cómo, desde la cartera que conducía Ginés, se escondieron vacunas para favorecer a un grupo de amigos, la preocupación esta centrada en otros varios niveles.
Primero en la distribución de recursos. A decir verdad, Mendoza no estuvo perjudicada a la hora del reparto de fondos para enfrentar la pandemia en lo que se refiere a Salud. O mejor dicho: la provincia siempre obtuvo respuesta cada vez que necesitó equipamiento (respiradores, por caso). Aunque debió convivir con distritos, como la provincia de Buenos Aires o algunos del norte del país, que claramente resultaron mas favorecidos a la hora de ese reparto.
Con respecto a las vacunas, el panorama es similar. Hasta aquí la provincia entró en el reparto equitativo en el interior de acuerdo a la cantidad de población de las dosis que arribaron al país de la Sputnik V, pero las críticas van dirigidas a la lentitud del desarrollo de la campaña de vacunación. Hasta este domingo solo 9.000 personas ya fueron inoculadas en Mendoza con las dos dosis correspondientes de la vacuna rusa y se estima que, a este ritmo, se tardará entre seis y siete meses más para vacunar a toda la población.
¿Pudo haber en la provincia un correlato de militantes y parientes vacunados por afuera del sistema como ocurrió en otros sitios? El gobierno sostiene que, de las escasas dosis que han llegado, el control fue estricto hasta aquí. Cada uno de los cargamentos que arribó, fueron transportados al Vacunatorio Central y desde allí distribuidos. Cada persona que fue pinchada en hospitales públicos y clínicas privadas quedó inscripto en un registro (con su matrícula profesional incluida) que permitió que no se hayan detectado desvíos.
Sin embargo, a partir de mañana, los controles deberán agudizarse. Por un lado comenzará el cronograma inscripción para la vacunación de profesionales de la salud mayores de 50 años ( a ellos le corresponderán unas 15.000 dosis de la Sputnik) y. por el otro, también se abrirá el registro para vacunar a los mayores de 70 años que son alrededor de 210.000 personas.
A ellos le corresponderá el lote que llegará de unas 20.000 dosis de la Covishiled (la vacuna elaborada en la India y desarrollada por Oxford y AstraZeneca) y aquí es dónde podrrían generarse problemas. Similares, a los que se registraron el viernes en la ciudad de Buenos Aires cuando se abrió el registro para vacunar a este sector y las páginas oficiales colapsaron. De esta partida, unas 5.000 dosis serán utilizadas para inocular a mayores internados en geriátricos y a su personal. Para aplicar el resto, se otorgarán turnos que no llegarán a cubrir, por ahora, el 10% de la demanda.