Salieris de San Martín

La bronca simulada de Suarez: por qué deberá firmar la paz con Alberto

A pesar de ser opositor y manifestar bronca por la discriminación a Mendoza, el Gobernador acepta las condiciones impuestas en el Consenso Fiscal y mañana firmará el pacto. La resignación a demandar recursos.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 26 de diciembre de 2021 · 08:28 hs
La bronca simulada de Suarez: por qué deberá firmar la paz con Alberto
Foto: Gobierno de Mendoza

El gobernador Rodolfo Suarez amenazó: iría a la Corte Suprema a reclamar lo que considera justo para Mendoza; que le entreguen los recursos que, según él, le correspondían, pues Mendoza fue discriminada por Alberto Fernández. Pero lo que ocurrirá será otra cosa: en vez de ir a mesa de entradas de Tribunales, mañana habrá foto junto al Presidente para apoyar el Consenso Fiscal, un acuerdo que entre otras cosas prohíbe que haya reclamos judiciales contra la Nación por el reparto de recursos. En la foto no estaría Suarez, quien enviaría a su vice Mario Abed. Para el caso es lo mismo: Mendoza adhiere al nuevo pacto, resigna reclamos y se admite vulnerable fiscalmente.

Ese es solo uno de los ejemplos de la sutil diferencia entre lo que se pregona y lo que se ejecuta en el Gobierno de la provincia. Y no es porque sea antojadizo: la fragilidad de las cuentas provinciales le quita margen de maniobra e independencia al Gobierno. No es un problema exclusivo de Suarez. Ya le pasó, incluso, a Alfredo Cornejo, quien en los dos primeros años tuvo que guardar críticas hacia Mauricio Macri por la dependencia que tenía de la ayuda financiera que le pudiera dar quien era presidenta. Ni hablar de Francisco Pérez, que hasta sufrió humillaciones de parte de Cristina Fernández de Kirchner cuando compartían gestiones y quien incluso le hizo agudizar la crisis interna. Si se sigue el camino hacia atrás, siempre aparece la resignación y la pérdida de independencia como eje.

El caso de Suarez es particular porque a pesar de sus modos correctos es el gobernador que mayor posición opositora ha tenido desde el 2003 en adelante. Cobos fue K, Celso Jaque y Pérez estaban sometidos por Cristina, Cornejo fue aliado de Macri. Suarez no tiene vínculos con nadie en la Nación y durante la pandemia se plantó en contra de lo dispuesto por Fernández hasta el punto de hacer campaña con ello. Pero en Casa Rosada ya tiene un prejuicio. “Dice una cosa, pero no usa los canales institucionales para presentar proyectos o recursos. Además, después pide refinanciar deudas”, explican. Allí está la calve de por qué Suarez es bravucón con algunas palabras, pero más sumiso al ejecutar: Mendoza está endeudada con la Nación, necesita refinanciarse y depende de la voluntad política de Alberto, Martín Guzmán y Wado De Pedro. Incluso de algún guiño de Anabel Fernández Sagasti.

Mendoza se convirtió en una provincia sumisa. Por eso, por ejemplo, Córdoba, Santa Fe, San Luis (y siguen las firmas) demandaron y cobraron juicios millonarios por recortes de fondos (como los usados para financiar a la ANSES) y Mendoza no. Solo el juicio por los prejuicios que generó la Promoción Industrial se capitalizó en los pagos de hasta 1023 millones de dólares que la Provincia recibe y que serán usados para construir Portezuelo del Viento. Las planillas donde se trasluce cómo la provincia recibió mucho menos recursos que otras en 2020 y 2021 se reparten con agilidad. Pero no se han transformado en acciones políticas concretas. 

No es el único caso en que el discurso público no se condice del todo con lo que ocurre en la realidad. Pasa también con las diferencias internas entre el equipo de Suarez y el de Cornejo. Incluso en las visiones encontradas entre los dos dirigentes de mayor poder en la provincia. Ocurre con temas domésticos, como la realización o no de la obra Portezuelo del Viento, y también por posiciones políticas. Pero lo que se mantiene firme es el acuerdo para mantener las formas. Si hay conflictos, que no se note.

Dependencia

El Consenso Fiscal tiene apenas una cláusula que se refiere al pago en cuotas de las deudas que se arrastraban por el acuerdo anterior. Pero hay cláusulas no escritas a las que le temen en el cuarto piso de Casa de Gobierno. Y es que si no se firma, no le den acceso a refinanciar. Dependencia pura. Por eso Suarez dejará solo a su otrora compadre político, Horacio Rodríguez Larreta. El Jefe de Gobierno de Buenos Aires no firmará porque, entre otras cosas, sí demandó a la Nación por los recortes en la coparticipación.

Mendoza mantuvo las pautas del consenso fiscal 2017, que planteaba bajar gradualmente Ingresos Brutos y desde el Gobierno aseguran que seguirán así. No habrá aumento de impuestos, aunque lo que no dicen es que podrían aprovechar la ventana para sumar ese gravamen a actividades no incluidas. Se entiende que no harían uso de la posibilidad de poner impuestos a las herencias, por ejemplo. Desde la Nación explican que nunca se habló de “impulsar aumento”; sino simplemente poner un marco parejo. “Cada provincia tiene autonomía para imponer sus impuestos y eso es lo que se ratifica”, explican.

La foto de mañana es mucho más un gesto político que un avance fiscal. Tras las tensiones por el fracaso del Presupuesto, las idas y vueltas en la oposición por el tratamiento de Bienes Personales y en la víspera del acuerdo con el Fondo, Alberto Fernández tendrá su encuentro “federal”, con Mendoza como protagonista.

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