El nuevo papelón de Alberto Fernández en la cumbre del cambio climático

Pese a los esfuerzos del gobierno argentino, la intervención de Alberto Fernández ante la Sesión Plenaria de la Cumbre de Líderes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se desarrolló ayer en Glasgow pasó prácticamente sin pena ni gloria, con una bajísima concurrencia que demostró la intrascendencia del presidente en el concierto diplomático internacional.

Desgastado por las fuertes internas en el Frente de Todos y a punto de sufrir una nueva derrota electoral en las elecciones legislativas, Alberto Fernández viajó a Roma y Glasgow en un intento de conseguir apoyos sólidos para las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, la comitiva argentina se trae más tropiezos que aciertos, con un presidente que no logró declaraciones contundentes de otros países en favor de la Argentina e incluso fue rechazado por el papa Francisco, además de protagonizar bochornosos episodios con el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden y el exsecretario de Estado de ese país, John Kerry.

Una imagen que se viralizó rápidamente muestra el momento en que Alberto Fernández sube al estrado para dar su discurso ante un auditorio prácticamente vacío. Según explicaron anoche en el programa +Voces, del canal LN+, la exposición del presidente en Glasgow fue presenciada solo por 20 personas, la gran mayoría miembros de la propia delegación argentina.

"Esto tiene que ver con una concepción general del Gobierno", afirmó el conductor Luis Majul, a lo que su colega Alfredo Leuco añadió: "Esta es la imagen de la soledad de un gobierno que tiene relaciones carnales con los países menos democráticos y más violadores de los derechos humanos del mundo, como Nicaragua, Venezuela y Cuba. En consecuencia, los desarrollados toman distancia".

Durante su disertación, Alberto Fernández señaló que "los aportes concretos que debemos comprometer deben inscribirse en el marco del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Estos aportes deben estar acompañados por medios para su implementación que nos permitan una transición hacia una economía limpia, con menos carbono y resiliente a los impactos del cambio climático".

En ese sentido, insistió con su propuesta de "crear mecanismos de pagos por servicios ecosistémicos, canje de deuda por acción climática e instalar el concepto de deuda ambiental", y amplió: "Es necesario aplicar la emisión de los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional a un gran pacto de solidaridad ambiental, que incluya a los países de bajos ingresos y renta media, y que sirva para extender los plazos de las deudas y la aplicación de menores tasas".