Mar del Plata y Pinamar rechazan las restricciones de Alberto
Sus intendentes se muestran a favor de la persuasión y no de las prohibiciones. Debido a la repercusión de las fiestas en la costa, para mañana está prevista una reunión entre Axel Kicillof y los jefes comunales.
El rebrote de casos de covid-19 en todo el territorio bonaerense y CABA preocupa por estas horas al gobierno de Alberto Fernández, a punto tal que el Presidente mantuvo durante el fin de semana intensas charlas con el gobernador Axel Kicillof. De estas salió la urgente convocatoria a los intendentes de la costa para tratar la situación epidemiológica y establecer al menos un límite a la circulación nocturna como estrategia para poner freno al virus.
Sin embargo al cónclave de mañana en San Bernardo, los intendentes de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, y Pinamar, Martín Yeza, asistirán con una consigna acordado por ambos: plantearán que realizar "toques sanitarios" nocturnos sólo empeorará la situación, incluso con el riesgo de la desobediencia como reacción espontánea.
Por su parte, el gobierno porteño aclaró que prefiere esperar "la tendencia de los primeros diez días de enero" antes de tomar alguna medida restrictiva.
"Las prohibiciones no van a mejorar la situación epidemiológica. Al contrario, las reuniones se van a hacer en espacios cerrados, lo que va a empeorar todo", dijo a La Nación, el intendente de Pinamar, quien dispuso a lo largo de todo el fin de semana que se realizaran operativos de "dispersión" de jóvenes en determinadas playas del municipio. En ellas se desarrollaban fiestas de jóvenes al aire libre, pero en la mayoría de los casos sin barbijo ni distanciamiento social.
"Para parar la circulación tenés que cerrar las rutas, y no hay chances de decirle a alguien que alquiló que se tiene que volver. El camino es la persuasión, no la prohibición", planteó Montenegro, quien utilizó unos 150 agentes municipales para recorrer las playas y solicitar el distanciamiento.